Si viajas al extranjero, tus vacaciones deben empezar en el hospital

Dra. Karen ColmenaresResponsable de la Unidad de Atención al Viajero del Hospital Quirónsalud Barcelona

“Mejor empezar las vacaciones en el hospital, que terminarlas ahí, de mala manera y antes de tiempo”. Juan y Luisa están acostumbrados a pasar sus vacaciones en el extranjero, en especial en países en desarrollo, y por eso saben de lo que hablan. Caribe, Latinoamérica, Asia, África… Su mera enumeración evoca unas vacaciones intensas, paisajes y playas vírgenes, costumbres ancestrales, culturas hechizantes… Y también serios problemas sanitarios que es necesario conocer y prevenir mucho antes de cerrar la maleta para evitar problemas de salud cuando ya no haya remedio.

Como Juan y Luisa, cualquier viajero experimentado sabe que antes de viajar a según qué países hay que informarse sobre qué se puede encontrar: desde las enfermedades endémicas hasta las vacunas que son recomendables o necesarias, pasando por qué equipamientos sanitarios hay disponibles o cuál es el acceso a los fármacos que podamos necesitar. Es fácil caer en la tentación de consultar todo eso con el “Dr. Google”, en cuyo caso pueden pasar dos cosas: que se asuste tanto que decida quedarse en casa o que consiga información inexacta, desactualizada, contradictoria o directamente falsa.

La alternativa más razonable, segura y cómoda es acudir a alguna de las denominadas ‘unidades del viajero’ existentes en los hospitales mejor dotados de nuestro país. En la consulta, los especialistas podemos asesorarle sobre todas las medidas preventivas y recomendaciones generales para cada destino concreto. Y, lo que es muy importante, adaptándolas a la situación personal del viajero, ya que según sean su edad, historial clínico o dolencias crónicas que pueda padecer, tendrá unas necesidades u otras y responderá de forma diferente a las situaciones que se pueda encontrar.

El lugar y tipo de viaje, el tiempo previsto de estancia, las actividades que prevén llevar a cabo y la situación y ámbito de salud que se aplica en cada destino en particular son otras de las variables que la unidad del viajero tomará en consideración a la hora de proporcionarle la información más útil y rigurosa disponible.

Aunque “empezar las vacaciones en el hospital” es recomendable incluso cuando decidimos hacerlo en el último momento, lo más aconsejable sin duda es visitar la unidad del viajero al menos entre cuatro y ocho semanas antes de iniciar el viaje, y con mayor antelación aún si se trata de un viaje de larga duración o si vamos a trabajar. Hay que tener en cuenta que necesitaremos ese tiempo para administrarnos las distintas vacunas necesarias, si son más de una, y que otras requieren que transcurra un tiempo determinado antes de que la inmunización sea efectiva.

Antes, durante… y después del viaje

Pero no basta con vacunarnos y disponer de una información sanitaria general sobre nuestro destino. Una vez allí, debemos saber qué podemos hacer, qué debemos evitar y cómo podemos protegernos ante las diferentes -y a veces insospechadas- fuentes de problemas de salud que podemos encontrarnos. Por ejemplo, probablemente muchas personas ignoren que el animal que más humanos mata en el mundo no es el león, la serpiente, la araña o el cocodrilo, sino el diminuto mosquito.

Por eso,  en la unidad del viajero explicamos cómo protegerse de las picaduras de mosquitos (y otros insectos), que trasmiten numerosas enfermedades graves y muy extendidas en algunas zonas como la malaria o el zika; también aconsejamos sobre qué alimentos y bebidas podemos ingerir y cómo debemos hacerlo; o sobre cómo reaccionar de urgencia ante cualquier episodio que afecte a nuestra salud, para lo que también informamos sobre el botiquín básico que debe viajar con nosotros.

Armados con estos escudos profilácticos y conocimientos útiles, aumentaremos notablemente nuestras posibilidades de regresar de nuestras vacaciones sin mayores problemas de salud. Desafortunadamente, los imprevistos forman parte de la épica de todo viaje, más aún cuando se trata de esos países que las guías turísticas califican de “exóticos”.

En la unidad del viajero sabemos que el riesgo cero no existe. Por eso, también atendemos a las personas que, a su regreso, sientan algún síntoma o indisposición que pudiera estar relacionado con el destino. Ante la más mínima sospecha, siempre es preferible acudir a la consulta especializada que confiarse y dejarlo correr con consecuencias que pueden ser graves.