Santiago Alba Rico
Filósofo, escritor y ensayista
Quiero imaginar un periódico que no miente intencionadamente, que no conspira con los poderes del Estado, que no es instrumento de un partido o un gobierno, que aborda las noticias con honestidad profesional, que alberga opiniones plurales bien argumentadas y literariamente convincentes, que tiene una línea editorial pero no una ideología sectaria, que contribuye a consolidar y no a erosionar la esfera pública, que defiende la democracia antes que el negocio, que cree en la división de poderes y en la necesidad de un cuarto poder realmente insobornable; un periódico independiente pero no neutral, riguroso aunque no objetivo, incómodo pero no gritón, polémico pero no amarillo, con líneas rojas pero sin horcas ni censuras. Imaginemos, en efecto, un periódico hecho por una gavilla de ciudadanos libres, reunidos para asegurar el derecho a la información y a la deliberación de sus compatriotas; para mantener siempre vivo, en definitiva, el conflicto con las propias convicciones y con las propias instituciones.
Ese periódico aún no existe. En un mundo donde la esfera pública conservase su entera autonomía —y fundar un medio de comunicación fuese exactamente lo contrario de fundar un banco— ese periódico ideal podría ser de derechas o de izquierdas, según el ideario político de sus responsables, sin que esa diferencia se tradujese en una guerra peligrosa para la democracia o para la convivencia. En un mundo, en cambio, donde un periódico es al mismo tiempo un proyecto informativo, una empresa con acucias de monopolio y un arma política privilegiada, ocurre casi siempre que sobreviven solo los medios de derechas, donde se acoplan mejor esos tres avatares, y que la guerra se traslada al seno de una izquierda autorreferencial, más bien impotente y con poca capacidad de intervención.
¿Qué sería, en todo caso, fundar un periódico de izquierdas? ¿Qué definiría a un periódico de izquierdas? Que no sería “de izquierdas” sino que intentaría satisfacer, frente a esta tendencia “derechista”, todas las cualidades enumeradas en el primer párrafo. O formulémoslo en presente: un periódico de izquierdas es un periódico que, contra esta tentación “derechista”, se comporta como si fuera posible ya una gavilla de ciudadanos libres reunidos para asegurar el derecho a la información y la deliberación y mantener el conflicto con las propias convicciones y las propias instituciones. “Como si fuera” quiere decir que se está en camino y que se cometerán, por tanto, errores y se colarán tensiones; pero “como si fuera” quiere decir que ese camino no puede ser jamás el de una guerra izquierdista entre facciones de izquierdas ni entre periódicos de izquierdas. Un periódico de izquierdas albergará, pues, todas las voces y todas las palabras que quepan en el primer párrafo.
Imaginemos, pues, un periódico. Algunos lo están ya imaginando.
Elizabeth Duval Ensayista, novelista y poeta
Orencio Osuna Director de la Fundación Espacio Público
Juan Carlos Monedero Director del programa ‘En la frontera’ de Público TV y director del Instituto República y Democacia
Marta Nebot Periodista y articulista en ‘Público’
Juan Carlos Escudier Subdirector de ‘Público’ de 2012 a 2016
Cristina Fallarás Escritora y periodista
Lara Moreno Escritora. Su última novela es ‘La ciudad’
David Torres Columnista de ‘Público’
Yayo Herrero Antropóloga, ingeniera, profesora y activista ecofeminista española