La verdad del TDAH en adultos: infradiagnóstico, adicciones y trastornos psiquiátricos

Dra. Juncal SevillaPsiquiatra especialista en TDAH del adulto del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid)

Si pensamos rápidamente en una persona con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) nos viene a la cabeza un niño pequeño y muy movido, y con dificultades a la hora de aprender en la escuela. Lo que no todo el mundo sabe es que más del 50% de los niños y de los adolescentes con TDAH continúan presentando síntomas del trastorno al llegar a la edad adulta

Eso sí, gracias a los avances científicos de la última década, los especialistas estamos mejor formados para identificar aquellos casos de este trastorno neurobiológico durante la edad adulta. Sin embargo, y pese a la creencia popular de que el TDAH está sobrediagnosticado, la realidad es que en la actualidad sigue siendo un trastorno infradiagnosticado entre la población adolescente y la adulta.

La prevalencia del TDAH en adultos oscila entre el 2,5 y el 4%, según estudios epidemiológicos  un estudio epidemiológico realizados a nivel internacional en la población general; por lo que este trastorno no es  sólo afecta a la población infantil sino que a día de hoy sabemos que tanto los síntomas, como el impacto funcional, pueden persistir en la edad adulta.

Aunque los síntomas son esencialmente los mismos en los niños que en los adultos, en estos últimos puede llegar a tener un severo impacto en su funcionalidad y en su calidad de vida.

Además, el problema no es únicamente el infradiagnóstico como tal, sino que, a día de hoy, sabemos que el TDAH se asocia en una mayor proporción que en la población general a patologías tales como el trastorno por consumo de sustancias, trastornos de ansiedad y trastornos depresivos, pero también a otras patologías tales como trastornos de personalidad o de la conducta alimentaria.

Por ello, una de las dificultades que existen a la hora de diagnosticar el trastorno en la edad adulta es la comorbilidad o coexistencia del TDAH con otras patologías psiquiátricas. La realidad es que los síntomas del TDAH se pueden solapar con los de otros trastornos, como el trastorno por el abuso de sustancias, trastornos de ansiedad o del ánimo haciendo que el clínico únicamente identifique estas patologías comórbidas, en cuya identificación está más entrenado, pasando por alto la presencia de los síntomas propios del trastorno de base.

Podríamos decir que el TDAH en la edad adulta se caracteriza por estos  aspectos más allá de la adolescencia:

1.-Hay una notable reducción de la sintomatología hiperactiva respecto al déficit de atención, que se pueden manifestar en inquietud interna muchas veces confundida con ansiedad.

2.-Los síntomas de inatención son en global una severa dificultad a la hora de ser capaces de organizar su día a día, dificultades en la priorización de tareas, tendencia a dejar todo para el último momento o graves dificultades en la gestión de su tiempo, llegando tarde con frecuencia o siendo mucho menos eficientes que el resto de la población

3.- En los adultos con TDAH se describen alteraciones en el rendimiento académico. A pesar de tener capacidad intelectual, sus dificultades para la organización y para la focalización de la atención en tareas sostenidas, muchos de ellos están abocados al fracaso académico.

4.- También son destacables las dificultades de adaptación al medio laboral, relacionadas con el control de impulsos, la comisión de descuidos y de errores, y los cambios frecuentes de trabajo.

5.- Se han observado problemas en las relaciones interpersonales, así como en la habilidad de conducir, ya que en muchos casos, por ejemplo, asumen más riesgos y pueden conducir de forma más temeraria.

6.- En los pacientes adultos con TDAH el riesgo de desarrollar trastornos adictivos con o sin sustancia consumo de sustancias adictivas es mayor, con una prevalencia de hasta el 40%. Y viceversa: Entre los pacientes con conductas adictivas, la prevalencia del TDAH es más elevada que en la población general. Además, el consumo de sustancias se inicia a edades tempranas.