Qué hacer tras un alta hospitalaria: el papel clave de la enfermera

Teresa de la HuergaEnfermera de la Unidad de Continuidad Asistencial de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid

Cuando un paciente sale del hospital en muchos casos sale desorientado, sin saber qué hacer, o inseguro porque no va a estar igual de atendido que como lo estaba durante su ingreso, en caso de que necesite de continuos cuidados.

No obstante, esos ‘miedos’ y sensaciones pueden desaparecer hoy día gracias a que en muchos casos, tras el alta hospitalaria, los pacientes pueden mantener su propia autonomía gracias a un adecuado control de los síntomas en el domicilio, y también por la ayuda de dispositivos de última generación, que facilitan un control de los síntomas, y una interlocución constante con el profesional sanitario que le atendió.

Estos dispositivos médicos de última generación favorecen, por ejemplo, que el paciente pueda controlar determinadas constantes, o bien que se le inyecte un medicamento en el momento exacto, o por ejemplo, una interlocución directa con aquellos especialistas que le han tratado en el hospital.

Entre los diferentes dispositivos disponibles destaca la vía subcutánea en el paciente con necesidades paliativas, una técnica de fácil manejo y poco agresiva, que no precisa de hospitalización, y evita inyecciones repetidas. Entre sus ventajas se encuentra que tiene menos efectos secundarios que la vía intravenosa, y permite la administración de sueroterapia, o combinar fármacos a través de infusores.

Por otro lado, en ciertas ocasiones, y dependiendo de la complejidad de la enfermedad y de la intervención, el cirujano digestivo decide realizar un estoma, que puede ser temporal o definitivo. Consiste en exteriorizar el íleon o el colon a través de la pared abdominal, de forma que las heces se recogen en una bolsa adherida a la piel. El manejo de ello no suele ser fácil, por lo que en muchas ocasiones la ayuda de la enfermera o un control con el especialista puede facilitar su manejo.

En cuanto a la crioterapia, una técnica que emplea el frío o las bajas temperaturas, y que se lleva a cabo habitualmente en los centros de salud para determinados tratamientos, lo habitual es que, desde los centros de salud, se ponga a disposición del paciente una e-consulta, que permite enviar imágenes a los dermatólogos del hospital para que, en un plazo de entre 48 y 72 horas, hagan una orientación terapéutica.

Hoy día, gracias a la teledermatología y a la aplicación de la crioterapia de forma ambulatoria se favorece la accesibilidad de los pacientes, evitando consultas y desplazamientos innecesarios al hospital.

Asimismo, en el vendaje vascular de los medios inferiores, por ejemplo, el manejo, el seguimiento, y los controles necesarios en las insulinas, o el modo en el que realizar las transferencias de los pacientes encamados puede ser útil a la hora de fomentar su movilidad.

UN SECTOR EN CONSTANTE INNOVACIÓN

En este contexto, hay que celebrar que el número de pacientes que se van de alta con nuevos dispositivos crece cada día. Eso sí, esto exige una formación continuada del personal de los centros de salud y del hospital, y también una continuidad de los cuidados entre los diferentes ámbitos.

A su vez, como el sector sanitario se encuentra en constante innovación, este panorama exige igualmente una formación continuada del profesional sanitario y, más concretamente, de los profesionales de enfermería fundamentalmente, para conocer las últimas novedades en técnicas y tratamientos. Todo ello permite que los pacientes puedan mejorar sus autocuidados. El conocer las complicaciones más frecuentes que suceden repercute directamente en la seguridad del paciente y en la calidad de la asistencial por parte de los profesionales.

Precisamente, desde la Fundación Jiménez Díaz se forma a los profesionales de Enfermería para favorecer esa mayor autonomía de los pacientes tras recibir el alta hospitalaria.

De hecho, recientemente ha tenido lugar, organizada por la Unidad de Continuidad Asistencial de la Fundación Jiménez Díaz, el III Taller de Enfermería: ayudando a la continuidad de cuidados, dirigidos a profesionales de Enfermería de Atención Primaria, de centros sociosanitarios y del ámbito hospitalario. Desde que comenzaran en 2017, 340 profesionales de centros de salud y sociosanitarios se han visto beneficiados.