Acidez y ardor de estómago: 10 consejos imprescindibles para el reflujo gastroesofágico
El reflujo gastroesofágico (RGE) es una enfermedad bastante común, y es que el 40% de la población ha presentado ardor o acidez al menos una vez al mes. El reflujo puede llegar a ser peligroso para la salud si no se trata. En este artículo explicamos los síntomas, causas y riesgos, y vamos a desvelar 10 consejos y remedios muy útiles para el reflujo gastroesofágico.
¿QUÉ SE SIENTE CUANDO SE TIENE REFLUJO?
Una sensación de ardor o quemazón (pirosis) en el pecho subiendo por la garganta, generalmente después de comer o por la noche. Otros signos frecuentes del reflujo gástrico son dificultad para tragar o sensación de tener un nudo en la garganta. Pueden presentarse otros síntomas como tos crónica, laringitis, alteración del sueño o asma.
¿QUÉ ES LO QUE CAUSA EL REFLUJO?
Al comer, un anillo circular que rodea la parte inferior del esófago (esfínter) se relaja para permitir que los alimentos y líquidos bajen al estómago. Después el esfínter vuelve a cerrarse. La enfermedad por reflujo gastroesofágico se produce cuando el paso del estómago al esófago queda mal cerrado y el ácido gástrico se desplaza hacia arriba. Este flujo puede irritar, dañar e inflamar el esófago.
La obesidad, la hernia de hiato, los efectos secundarios de medicamentos, la infección por la bacteria Helicobacter Pilory o el retraso del vaciado gástrico, son algunos ejemplos de los motivos o factores de riesgo que producen reflujo gastroesofágico. También es común el reflujo en el embarazo a causa de la presión abdominal que produce el crecimiento del feto.
REMEDIOS Y CONSEJOS PARA EL REFLUJO GASTROESOFÁGICO
La mayor parte de las personas pueden ayudar a controlar el reflujo ácido cambiando los hábitos o estilo de vida. Si alguna vez has padecido los síntomas de esta enfermedad, aquí tienes 10 consejos y remedios caseros esenciales para combatir el reflujo gastroesofágico.
- Evitar las ingestas copiosas y calóricas: las comidas abundantes altas en calorías y carbohidratos aumentan la distensión gástrica y favorecen la apertura del cardias (paso del esófago al estómago). Comer raciones más pequeñas y más veces al día ayuda a reducir los síntomas del reflujo.
- No alcohol ni bebidas con gas: el alcohol relaja el esfínter esofágico inferior y las bebidas carbonatadas aumentan el volumen dentro del estómago, por lo que propician que aparezca la sensación de quemazón.
- Elevar la cabecera de la cama: antiguamente se ponían dos libros u objetos debajo de los soportes del somier para elevar la parte superior de la cama. Es importante dormir con la cabeza incorporada entre 15 y 30 cm para ayudarse de la gravedad y acostarse dos horas después de cenar, así ya se ha producido el vaciamiento del estómago y conseguiremos prevenir el reflujo gastroesofágico.
- Ejercicio moderado y control el sobrepeso: numerosos estudios afirman que la práctica de deporte disminuye la acidez estomacal además de prevenir la obesidad. Eso sí, evitar los ejercicios que impliquen una fuerte presión abdominal.
- ¡Cuidado con el picante! Los alimentos que contienen picante provocan irritación de la mucosa del esófago y favorecen el ardor de estómago. Vigilar también con los cítricos o ciertos condimentos.
- Masticar bien los alimentos antes de tragarlos: comer despacio y masticar correctamente los alimentos facilita la digestión y evitaremos comer más de lo necesario, ya que el estómago tarda aproximadamente 20 minutos avisarnos que está lleno.
- Evitar el café, el chocolate y la menta: estos tres alimentos irritan la mucosa del estómago, por lo que ocasiona la aparición de acidez.
- No fumar: el tabaco, como buen tóxico, también contribuye a que se relaje demasiado el esfínter.
- Evitar las grasas: las comidas con alto contenido de grasas suelen ser indigestas y disminuyen la motilidad gástrica, por lo que deja que pase el flujo ácido del estómago al esófago.
- No ingestas tardías por la noche: evita saltarte las comidas para que no llegues con hambre por la noche y hagas una ingesta más abundante, ya que las ingestas por la noche aumentan la producción ácida en el estómago. No olvides que no debes acostarte inmediatamente después de comer o cenar.
El tratamiento con fármacos inhibidores de la bomba de protones, conocidos como protectores de estómago, son en muchos casos la solución al problema del reflujo, combinado con los cambios de hábito y consejos descritos.
Con el tiempo, si el reflujo no se trata o mejora, puede desencadenar serios problemas de salud. La inflamación crónica del esófago puede provocar graves complicaciones como estenosis esofágica, úlcera esofágica y hemorragias o la enfermedad del esófago de Barrett que a la larga puede derivar en cáncer de esófago.
Siempre es recomendable la consulta con un médico especialista que realizará los estudios complementarios pertinentes: una gastroscopia, una prueba para medir la potencia del esfínter esofágico inferior o incluso una medición de los picos de ácido que se producen en el esófago durante un registro de 24 horas.
Si los cambios de hábitos y la medicación no dan resultado, el tratamiento quirúrgico es la mejor opción para prevenir riesgos mayores y aliviar los síntomas. La cirugía del reflujo se conoce como funduplicatura de Nissen. Hoy en día es una cirugía segura y eficaz que se puede realizar por laparoscopia de manera poco invasiva, de modo que el paciente puede abandonar el hospital en 48 horas y recuperar rápidamente su ritmo de vida normal.