La mejor receta frente al coronavirus: ¡quédarse en casa!

QuironSalud

Realizar un confinamiento absoluto es la acción más eficaz para llegar a un control de la infección. Si permanecemos en casa haciendo el confinamiento estricto se evitará, no sólo la infección entre los convivientes del hogar, sino la del resto de la población, y también la del personal que necesitamos que trabaje para que el país funcione, como recuerda de forma recurrente las autoridades.

Además, hay que tener claro también que el hecho de tener enfermedades previas no te hace más propenso al contagio, pero sí es un factor de riesgo para que la enfermedad curse de forma más sintomática o tenga una peor evolución. En concreto, se estima que en el 80% de los casos, el nuevo coronavirus Sars-Cov-2, que provoca la enfermedad COVID-19, produce una infección leve de las vías respiratorias, y que puede cursar asintomática, o con mínimas molestias en la garganta, o bien con tos irritativa, o bien cambios en el gusto y en el olfato. En algunos casos se añade un cuadro febril de varios días de evolución con debilidad y, en ocasiones, de diarrea.

En aproximadamente un 15-20% de casos, la infección de las vías respiratorias es más intensa, originando una neumonía sintomática, que puede ser más o menos extensa, y que puede evolucionar hacia la resolución de forma espontánea, o bien gracias a los fármacos, o en última instancia puede progresar hacia los cuadros más graves (aproximadamente el 5%).

Estos casos más graves cursan con insuficiencia respiratoria marcada y, por tanto, mayor aporte de oxígeno, llegando incluso a precisar de la ventilación mecánica. Desgraciadamente, hay casos en los que no se consigue oxigenar adecuadamente los tejidos y, por ello, la COVID-19 puede provocar el fallecimiento.

Como en muchas infecciones virales los síntomas pueden ser muy variados, pero básicamente son los mencionados. Otros que se han encontrado son la pérdida o alteración del sentido del gusto y del olfato, aparte de que puede haber trastornos digestivos en forma de diarrea, principalmente, aunque también cansancio generalizado, apatía, o decaimiento.

La mortalidad estimada no es desdeñable, está aproximadamente en el 4-5%, si bien es claramente dependiente de la edad, siendo muy infrecuente en personas menores de 40 años y muy superior en mayores de 80 años. A pesar de todo esto, a día de hoy la tasa media de recuperación es muy alta, y la inmensa mayoría de los pacientes se recuperan completamente.

Otro aspecto que se debe conocer es que la mayor parte de las personas infectadas se recuperan sin secuelas; si bien, las personas más frágiles, es decir, las de mayor edad, o con comorbilidades como la hipertensión, la obesidad, o la diabetes, entre otras, pueden tener una enfermedad más grave y debilitante, que origine una merma de sus capacidades vitales, previamente disminuidas. Es decir, debido a la enfermedad, pueden tener problemas de nutrición, o de movilidad, entre otros, y en edades avanzadas la recuperación siempre es más difícil.

Por eso, todos los pacientes sospechosos deben llevar mascarilla quirúrgica siempre, y todo el personal sanitario que los atienda debe estar adecuadamente protegido, principalmente con mascarilla y protección ocular, siguiendo en todo momento las recomendaciones de salud que están dando las fuentes oficiales, a las que Quirónsalud se suma

Así que no lo olvides, el confinamiento nos protege del contagio y también protege a toda la sociedad. Es, sin duda, la mejor medida de prevención y es que #EsteVirusLoParamosEntreTodos.