La importancia de tener bien controlado el asma estos días

Dr. Luis Manuel EntrenasJefe del Servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba

Durante esta pandemia de COVID-19 hay que estar alerta y seguir estrictamente lo establecido por las principales instituciones sanitarias. El pasado 5 de mayo se celebró el Día Mundial del Asma y estos pacientes no son de riesgo, presentan las mismas posibilidades de contagio que cualquier otro ciudadano, si bien si se contagian pueden presentar mayores complicaciones durante el curso de la enfermedad.

A esto habría que sumarle que los síntomas de las infecciones respiratorias, como algunos de los generados por el COVID-19, pueden ser parecidos a los del asma. Esta patología consiste en una enfermedad inflamatoria de las vías aéreas que desencadena una obstrucción bronquial y se manifiesta por dificultad al respirar, por una sensación de falta de aire, por ruidos torácicos (pitos), y por tos.

Además, puede ocurrir de forma aislada y limitada a las vías aéreas, pero con mucha frecuencia se asocia a manifestaciones en otros órganos del aparato respiratorio como la nariz (rinitis, rinosinusitis) o de otros sistemas, como la piel (dermatitis), especialmente en pacientes que asocian procesos alérgicos o inflamatorios.

En la mayor parte de los casos es fácilmente controlable con medicación, habitualmente administrada por vía inhalatoria. Sin embargo, un porcentaje desarrolla asma de más gravedad, con gran impacto en su calidad de vida, con síntomas que afectan a las actividades diarias, al sueño, requerimientos elevados de medicación y frecuentes crisis, que a veces precisan atención hospitalaria y tratamiento con corticoides sistémicos.

Por eso, insistimos en que es preciso que los asmáticos tengan en cuenta una serie de recomendaciones en el momento actual debido a COVID-19, ya que los virus respiratorios son de los más frecuentes, y un ataque de asma y la infección por COVID-19 son difíciles de diferenciar, pues los síntomas de las infecciones respiratorias pueden simular los del asma.

No obstante, y en general, el asmático ya conoce los síntomas de su enfermedad, donde no es frecuente tener fiebre o dolor de cabeza y suelen mejorar con el uso de medicación broncodilatadora o de rescate.

Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) se ha lanzado la nueva Guía Española del Manejo del Asma, que incluye un apartado sobre COVID-19, y en la que se aportan los siguientes consejos para las personas con asma durante esta pandemia:

1.- La adherencia al tratamiento preventivo es fundamental, especialmente en este momento para minimizar el riesgo de crisis.

2.- Seguir las recomendaciones del Ministerio de Sanidad: distanciamiento social, lavado de manos, limpieza específica de las superficies, juguetes en el caso de los niños, entre otras. En el caso de alergia al polen, llevar a cabo las pautas habituales dadas por su médico en las salidas al exterior.

3.- Ante cualquier duda siempre consultar con su neumólogo o pediatra.

4.- Tener asma no es excusa para no practicar deporte al aire libre. Muchos pacientes renuncian a ello por miedo a sufrir una crisis, pero hay que tener en cuenta que si la enfermedad está bien controlada, la actividad física es la mejor opción para mejorar la resistencia respiratoria.

5.- Una persona con asma alérgica confinada en su casa está más expuesta a los ácaros. Hoy más que nunca debe mantener medidas estrictas de higiene y de evitación en el domicilio (ácaros, la exposición al humo del tabaco, irritantes ambientales, entre otros, especialmente en el dormitorio. Se recomienda ventilar y lavar la ropa de cama con mucha frecuencia.

6.- Mantener los inhaladores fuera del alcance de terceras personas.

LA MITAD DE PACIENTES NO TIENE CONTROLADA SU ENFERMEDAD

Lamentablemente, hoy por hoy se calcula que más de la mitad de los pacientes con asma no tienen su enfermedad controlada. La causa principal es la falta de adhesión a la medicación, a pesar de que se trata de una enfermedad que requiere de un tratamiento crónico pero en ocasiones, los pacientes se confían y abandonan el uso de estos medicamentos debido a la eficacia y potencia antiinflamatoria de los medicamentos.

El paciente no percibe la necesidad, pero pasados unos días o incluso semanas, el proceso inflamatorio, que estaba controlado, se reactiva y surgen de nuevo los síntomas, por lo que es preciso el uso de la medicación de rescate con frecuencia.

Hay que tener en cuenta que el asma es una enfermedad multifactorial que no se puede prevenir, y en la que participan muchos elementos, como la genética, o las distintas comorbilidades, como con el entorno (exposición ambiental a irritantes, contaminantes o alérgenos).

Existen distintos niveles de afectación de la enfermedad y distintas formas de asma, dependiendo de la edad de comienzo, la asociación con otros procesos, el tipo de proceso inflamatorio subyacente y comorbilidades, entre otros aspectos. Generalmente, los pacientes disponen de un tratamiento para las crisis puntuales, lo que se denomina ‘tratamiento de rescate’ y un tratamiento de mantenimiento, que es el que se debe utilizar de forma regular todos los días para controlar la enfermedad aunque el paciente se encuentre totalmente asintomático.

Por otro lado, a la hora de acudir al hospital estos días, los pacientes que acuden a Urgencias notarán que no se les aplica la medicación con nebulizadores porque estos tienen una gran capacidad de generar partículas en aerosol, algo que puede potenciar el contagio en caso de infección, y que no hay que evitar confundir con los dispositivos inhalatorios convencionales que todos los pacientes utilizan. Asimismo, es conveniente que en las exacerbaciones se utilicen los corticoides orales.

El paciente que mantiene su enfermedad bajo control tiene escasas probabilidades de padecer un ataque de asma. Para ello, debe tomar la medicación y es muy importante no tener miedo a tomar corticoides inhalados porque, además de ser la medicación controladora fundamental, hay indicios de que pueden ayudar a impedir la infección por COVID-19.