El déficit de sueño es un factor promotor de la obesidad

Lourdes de la Bastida LópezNutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba

La alteración tanto de la calidad como de la cantidad del sueño nocturno es un factor asociado a la obesidad y a otras patologías, restringir horas de sueño se asocia a peores hábitos alimentarios, cambios endocrinos, modificación de la regulación de la ingesta alimentaria y peor funcionamiento del metabolismo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. En España se estima que en el año 2019, uno de cada cuatro hombres y una de cada cinco mujeres padecía obesidad, definida como un índice de masa corporal (IMC) mayor o igual a 30.

El sueño es una necesidad biológica y durante la noche es recomendable dormir entre 7 y 8 horas para mantener un buen rendimiento físico e intelectual. En los últimos años los problemas de sueño han aumentado coincidiendo con el incremento de los índices de obesidad. Además la reducción de tiempo de descanso nocturno puede provocar mayor apetencia por alimentos ricos en energía y afecta negativamente el metabolismo de la glucosa y lípidos.

En este sentido, la vuelta al trabajo es un buen momento para planificarnos mejor y establecer una rutina, en el control de peso no sólo influye lo que comemos sino también el momento del día que lo hacemos. Existen estudios que demuestran que comiendo antes de las 15.00 horas se consigue mayor pérdida de peso que si se come después de esta hora y también se ha observado que consumir carbohidratos en el desayuno y en el almuerzo es más conveniente que tomarlos en la cena. Además, se relaciona el consumo de carbohidratos después de las 20.00 horas con un mayor índice de masa corporal, por lo que lo ideal sería establecer un horario regular de alimentación.

Los alimentos que presentan un mayor contenido de carbohidratos son zumos, bebidas azucaradas, helados, golosinas, cereales refinados, bollería, galletas y productos ultraprocesados. Para conocer el contenido de hidratos de carbono de los alimentos envasados es importante leer correctamente la información nutricional de los mismos que debe estar reflejada en el etiquetado.

Debemos adquirir unos hábitos de vida saludables, con una alimentación variada y equilibrada, realizando actividad física, unido a un correcto descanso y todo adaptado a las necesidades de cada persona. Así podemos perder peso y grasa corporal, reduciendo las cifras de obesidad y las complicaciones asociadas como la diabetes y enfermedades cardiovasculares.