Cuando el apoyo emocional es esencial para el éxito en la reproducción asistida

Dr. Enrique Pérez de la Blanca y Dra. Silvia GilJefe del Servicio de Reproducción Asistida del Hospital Quirónsalud Málaga y responsable de la Unidad de Apoyo Emocional de Reproducción Asistida del mismo centro hospitalario.

El proceso emocional es una de las principales preocupaciones que los pacientes viven ante un tratamiento de reproducción asistida. ‘¿Lo lograré?¿Qué pasa si mañana llega mi menstruación?¿Lo estaré haciendo bien?’. Y es que la búsqueda de un embarazo puede ser un proceso largo y duro, con inestabilidad emocional y desarrollo de inquietudes.

De hecho, el 54% de los tratamientos de fertilidad se abandonan por la falta de apoyo emocional, necesario muchas veces para no tirar la toalla durante todo el proceso, que en ocasiones no suele ser fácil. Este acompañamiento emocional ayuda a controlar esos momentos de altibajos, y también a luchar contra ellos.

A día de hoy, la reproducción asistida es responsable del 10% de los nacimientos en España. Sin embargo, no siempre es necesaria en casos de infertilidad. La Sociedad Española de Fertilidad precisa que entre un 12% y un 18% de parejas acuden a un especialista por problemas de infertilidad, pero hay otros factores que pueden afectar a ésta y deben ser tratados como algunos casos de diabetes, cáncer, sobrepeso o infrapeso, enfermedades tiroideas o hipofisarias, trastornos nutricionales, o el abuso de alcohol y del tabaco.

En mujeres sanas, sin ningún tipo de problema, se deberá acudir al especialista si el embarazo no se logra tras 1 año intentándolo. Sin embargo, desde los 35 años, es aconsejable consultar a un especialista a partir de los 6 meses de estar intentándolo. Pasados los 38 años de la mujer, las posibilidades de tener un embarazo al año son de un 10%; cuando alcanza los 40, el índice se reduce a un 7%; y al llegar a los 42, las posibilidades son prácticamente inexistentes. Por ello, siempre que sea necesario acudir a una Unidad de Reproducción Asistida es importante informarse y acudir a un centro de calidad.

EL SHOCK DEL DIAGNÓSTICO

Así, estamos educados en cómo evitar un embarazo no deseado, pero no así en el funcionamiento fisiológico de nuestra fertilidad y de las condiciones óptimas para lograr tener un bebé. Es más, cuando decidimos buscar un embarazo no contemplamos la posibilidad de no lograrlo. Por ello, tras un diagnóstico de infertilidad, la pareja sufre un shock por el impacto de la noticia, un duelo de su fertilidad.

Es normal en estos procesos el tener altibajos emocionales, con manifestaciones de miedo, ira, o tristeza por ejemplo, así como estados nerviosos ante la incertidumbre. Las pacientes pueden pasar de la alegría más absoluta y de la esperanza cuando se acerca el final del ciclo menstrual, a la tristeza y a la ansiedad cuando llega la menstruación, y la técnica no ha funcionado en este ciclo. Puede surgir una auténtica montaña rusa de sentimientos, aún más intensa conforme aumenta el número de tratamientos de reproducción asistida.

El malestar que generan esos altibajos emocionales puede desencadenar otras afecciones de las que debemos preocuparnos, ocuparnos, y siempre pedir ayuda. Nos encontramos casos de trastorno del sueño, de hábitos alimenticios alterados, de autoimagen distorsionada y de baja autoestima, sintiéndote culpable, más pequeña o inferior. Son habituales a su vez los malos pensamientos que te impiden llevar a cabo las actividades de la vida diaria y te hacen sentir sola y fuera de tu entorno; o bien momentos de tensión frecuente con tu pareja o familia, creando la sensación de incomprensión por parte del resto.

SE PUEDE ACUDIR A CONSULTA A PESAR DE LA PANDEMIA

Por eso, y aunque muchas parejas pueden hacer frente perfectamente a este proceso que a veces se complica, siempre es aconsejable buscar un apoyo y un acompañamiento estable que nos ayude a sobrellevarlo. No se trata de decir qué es lo que hay que hacer, sino de apoyar y de enseñar a sobrellevar toda esa montaña rusa de sensaciones.

Este apoyo emocional se puede realizar de varias maneras, vía telefónica, pero también presencial, con una atención a demanda de la pareja, y estando disponibles en los mayores momentos de estrés y de preocupación. No hay que olvidar que los centros hospitalarios han diseñado unos circuitos libres de coronavirus, por lo que no se debe de tener miedo de acudir a la consulta si se siguen las precauciones marcadas (mascarilla, distancia, y lavado de manos frecuente).

En el caso concreto del Hospital Quirónsalud Málaga contamos además con la certificación ‘Aplus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19’, que acredita que nuestro centro cumple con los estándares de desinfección y cumplimiento de protocolos más exigentes en esta pandemia. Además, se trata de un hospital con la estructura asistencial necesaria como para no tener que realizar distintos tratamientos o fases del tratamiento en varios centros, sino que todo se realiza en la misma instalación y de forma segura, incluido este apoyo del que hablamos, gracias a su nueva Unidad de Apoyo Emocional.

En estas citas, la paciente tendrá un espacio para expresar cómo se siente, liberando la carga emocional, y en consecuencia, aliviándose. Le brindaremos toda la energía y positivismo que necesita, eliminando las charlas negativas, y aprendiendo a ver el lado bueno de las cosas.

Otro factor importante y que le mostraremos es el de adquirir herramientas para las relaciones interpersonales, que nos permitan aflojar las tensiones en la pareja, familia y amigos, aprendiendo a cuidar y a mimar las relaciones, y por supuesto priorizando los momentos divertidos y relativizando los conflictos. Igualmente, con los pensamientos hacia nuestra propia persona y en cuanto a la gestión de las emociones hacia nosotros mismos, aprendiendo a canalizarlas y evitando las malas vibraciones para centrarnos en lo mejor de nosotros puede ser útil en estos procesos difíciles sobre todo para la mujer.

Es importante siempre establecer una red de apoyo, eligiendo a personas de tu entorno social o familiar que te sirvan de colchón, o bien ilusionarte con un proyecto, o dedicarle tiempo a otras actividades, como acciones solidarias, apuntarse a algún curso, o simplemente escribir sobre tu proceso y tus emociones; sin olvidar el mindfulness, ya que la meditación te ayudará en el presente y te podrá aliviar la ansiedad por el miedo a las expectativas del futuro.