¿Realmente hay que esperar tras la comida a bañarnos por miedo a un corte de digestión?

Llega el verano, el calor, las vacaciones, y el tiempo que pasamos en el mar o en la piscina. Toda...

Dra. Adelaida SánchezJefa del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella

Llega el verano, el calor, las vacaciones, y el tiempo que pasamos en el mar o en la piscina. Toda la vida nuestras madres y abuelas nos han obligado a esperar después de comer para poder bañarnos ante el miedo de un posible corte de digestión pero, ¿hasta qué punto debemos hacerlo?

Podemos bañarnos pero bajo ciertas condiciones, según explica la jefa de Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella, la doctora Adelaida Sánchez, ya que, a día de hoy, casi todos los veranos, por desgracia, hay gente que sigue falleciendo por bañarse poco después de comer; un fatídico desenlace que se achaca a lo que conocemos como ‘corte de digestión’.

Aunque se trata de una expresión muy común y muy extendida en nuestra sociedad, el término ‘corte de digestión’ en sí no se corresponde con ninguna entidad clínica reconocida, según sostiene.

“El llamado ‘corte de digestión’ o ‘hidrocución’ se produce como consecuencia de un cambio brusco de temperatura al entrar de manera precipitada en agua fría. Esos grados de diferencia provocan una reacción de los vasos sanguíneos (se estrechan), y por tanto fluye menos sangre al cerebro, lo que puede originar un desmayo. El peligro de perder la conciencia en el agua radica en que se puede producir un ahogamiento", advierte la doctora Sánchez.

En concreto, fue en 1953 cuando el doctor G. Lartigue, médico militar francés, lo investigó por primera vez. Lo llamó ‘síndrome de hidrocución’ o ‘shock termodiferencial. Este doctor encontró que los accidentes mortales en el agua presentaban analogías clínicas con los provocados por la electricidad, creando las palabras ‘hidrocución’ e ‘hidrocutado’ (‘ejecución por el agua’), análogas a ‘electrocución’ y ‘electrocutado’ (‘ejecución por la electricidad’).

“Consiste realmente en una reacción vagal que puede producirse al sumergirse en el agua fría, provocando en el mejor de los casos mareos y vómitos y, en el peor, la pérdida de conocimiento o síncope, con el consiguiente peligro de que, si la persona se encuentra en el agua y no está acompañada, pueda sufrir un ahogamiento”, añaden en este sentido desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC).

Además, esta entidad científica dice que se presenta de forma más frecuente con temperaturas del agua inferiores a 27 °C, o cuando existen al menos 5 °C de diferencia entre la temperatura del cuerpo y la del agua.

En concreto, detalla que el organismo precisa un esfuerzo considerable para mantener la temperatura del cuerpo a 37 °C, lo que se debe lograr en breves instantes, y más cuanto más fría es la temperatura del agua. “Si no lo consigue, se produce un descenso rápido de la temperatura corporal, seguido por una rápida retención de la respiración, provocada por un laringoespasmo reflejo, protector en principio contra la inundación del árbol traqueobronquial, que puede provocar un síncope situacional, de origen reflejo”, aclara la entidad.

CUIDADO CON EL CONSUMO DE ALCOHOL Y DE DROGAS

A su vez, la SEMFYC apunta que existen otros factores predisponentes, como situaciones de pérdida de conocimiento previa, accidentes, aparte del consumo de alcohol y de drogas.

Sánchez precisa entonces que los síntomas más habituales del corte de digestión o hidrocución son "fácilmente identificables": el afectado suele presentar palidez, escalofríos, visión nublada, mareos, náuseas y vómitos.

Según indica, en estos casos es “importante” auxiliar a la persona, procurándole calor para que recupere temperatura: “El cuadro desaparee al poco tiempo. Normalmente la persona se recupera al cabo de una o dos horas, pero es conveniente acudir a un médico".

A su vez, la SEMFYC sostiene que las probabilidades de que la recuperación sea rápida y completa son elevadas si la persona se encuentra en el agua y es rescatada, restableciéndose la ventilación antes de que sufra un daño anóxico cerebral irreversible.

En este sentido, la especialista de Quirónsalud advierte de que la hidrocución no se asocia únicamente a la digestión, sino a cualquier circunstancia en la que pueda darse ese cambio brusco de temperatura: "La mayor incidencia de casos se produce en personas que se bañan tras haber realizado ejercicio físico, o después haber tomado el sol durante un tiempo prolongado".

Con ello, destaca que, puesto que el proceso de digestión requiere de una mayor cantidad de sangre en nuestro estómago, todas aquellas personas que quieran bañarse tras este tipo de situaciones deben ser cautelosas y seguir lo que les indica el sentido común, puesto que realmente el consejo exclusivo de esperar 2 horas tras la ingesta no tiene evidencia conocida.

Ahora bien, la jefa de Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella explica que si se ha comido ligero, basta con ir aclimatando el cuerpo al agua, e introducirnos de manera escalonada en la playa o piscina; “pero si la comida ha sido muy copiosa conviene esperar antes de meterse en el agua".

VIGILAR CONSTANTEMENTE A LOS NIÑOS EN LA PISCINA

En última instancia, recuerda que el ahogamiento es una de las 5 primeras causas de mortalidad entre 1 y 14 años de edad en el mundo y en España, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al tiempo que la Asociación Española de Pediatría (AEP) lo sitúa como segunda causa de muerte accidental en la infancia.

Con ello, la doctora Sánchez resalta que la supervisión del niño en el agua debe ser constante, aunque este haya adquirido la destreza y la habilidad suficientes en el medio acuático: "Nunca se puede dejar al niño solo o al cuidado de otro menor mientras esté en la bañera, piscinas, o cerca de cualquier boca de riego. El adulto debe vigilar sin perder de vista al niño que se encuentran dentro del agua. Es importante evitar distracciones como contestar un mensaje del móvil o conversar con otras personas. Un descuido de unos segundos puede tener consecuencias muy graves”.