El suelo pélvico es cosa de todos. Claves para fortalecerlo y prevenir incontinencia urinaria
Una de cada dos mujeres mayores de 50 años y dos de cada diez hombres, ha tenido una incontinencia urinaria en alguna ocasión determinada, como por ejemplo, al estornudar, toser, reír o al realizar algún ejercicio físico de impacto. Esto ocurre porque el suelo pélvico está débil. El suelo pélvico es el conjunto de músculos y ligamentos que rodean la parte inferior de la zona abdominal, sujetan los órganos pélvicos, es decir, la vejiga, la uretra, la vagina, el útero y el recto, y hacen que funcionen correctamente. Cuando estos músculos se debilitan surgen problemas que afectan a los órganos pélvicos. Las lesiones del suelo pélvico, predisponen a la mujer a padecer, en algunas ocasiones, incontinencia urinaria y/o fecal, prolapso genital (cuando alguno de los órganos pélvicos cae como consecuencia de la debilidad de los músculos) o, disfunción sexual. Los hombres, además de la incontinencia urinaria, también pueden llegar a padecer goteo postmiccional, incontinencia fecal y disfunción eréctil.
Cómo detectar los problemas en el suelo pélvico
Para diagnosticar las lesiones que pueden afectar a los órganos pélvicos utilizamos estudios neurofisiológicos, los cuales evalúan el sistema nervioso central y periférico. A través de ellos podemos objetivar cual es el origen del problema. Estos estudios tienen diferentes finalidades, la primera confirmar un diagnóstico previo, además de excluir otro tipo de patología. Nos permiten concretar la gravedad de la enfermedad, hacer un seguimiento de la misma, su evolución y orientar el pronóstico de la afectación. En este caso principalmente descartaremos si la causa del trastorno es radicular o periférica (neuropatía del nervio pudendo). Además permite localizar e identificar alteraciones sub-clínicas (que no producen síntomas). En pacientes con trastornos funcionales genitourinarios, ano-rectales o sexuales, los estudios de neurofisiología son de gran utilidad para corroborar un diagnóstico de sospecha de enfermedad neurológica.
Causas de la debilitación del suelo pélvico
Las personas con estreñimiento crónico suelen padecer debilitamiento del suelo pélvico por los esfuerzos que hacen a la hora de defecar. También ciclistas y levantadores de pesas pueden sufrir lesiones en esta zona ya que el suelo de la pelvis soporta una gran presión cuando se realizan, así como aquellas personas que practican deportes de impacto que pueden provocar un aumento de la presión intraabdominal. En mujeres suele ser más frecuente. El embarazo, el parto, el posparto y la menopausia, son factores que dañan el suelo pélvico. Asimismo, si han sufrido algún traumatismo, cirugía o radioterapia en la zona pélvica después del parto, suelen tener problemas de suelo pélvico. A su vez el sobrepeso puede dañar y debilitar los tejidos que sostienen la vejiga y otras estructuras.
Cómo prevenir la debilitación
Para prevenir este problema hay que entrenar y ejercitar regularmente los músculos del suelo pélvico. Los ejercicios de Kegel son una práctica sencilla que consiste en activar la musculatura del suelo pélvico, se trata de realizar contracciones pélvicas, como si tuviéramos la intención de contener la orina. La musculatura pélvica se fortalecerá si se realizan estos ejercicios tres veces al día, haciendo diez contracciones de 5 segundos. También es importante incluir en la dieta diaria fibra y probióticos que favorecen la salud y facilitan el tránsito intestinal. Mantener el peso adecuado y hacer actividades físicas de bajo impacto como pueden ser la natación, bicicleta, elíptica o gimnasia abdominal hipopresiva que mejora la musculatura del abdomen y del suelo pélvico. Y siempre, ante cualquier duda sobre este tema, acudir al especialista.