Insuficiencia cardíaca, una enfermedad más mortal que el infarto

Dr. Manuel AnguitaJefe del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Córdoba

En España, entre el 4 y el 6 por ciento de la población adulta mayor de 40 años sufre insuficiencia cardiaca. Hablamos de la gran epidemia del siglo XXI, la enfermedad cardiovascular más importante y con mayor mortalidad entre la población adulta, más que el infarto de miocardio. En un año se registran 6 casos por cada mil personas, o lo que es lo mismo, de cada mil personas cinco o seis desarrollarán una insuficiencia cardiaca, siempre y cuando no la hayan padecido antes. Esto quiere decir que cada año hay más casos nuevos y más casos activos, lo que hace que aumente la prevalencia de esta enfermedad. En los últimos 15 años, la cifra de mortalidad de pacientes que han sido ingresados por insuficiencia cardiaca no ha bajado del 10 por ciento, mientras que en los casos de infarto esta cifra es del 7 por ciento y ha ido disminuyendo en los últimos tiempos.

Pero ¿qué es la insuficiencia cardiaca? La insuficiencia cardiaca ocurre cuando hay un fallo de funcionamiento en la bomba del corazón, es decir, cuando el corazón no puede bombear adecuadamente al resto del organismo sangre rica en oxígeno (la que entra en el corazón desde los pulmones). Cuando esto sucede, la sangre a veces retrocede y se acumula el líquido en los pulmones, en el hígado o en las piernas. Uno de los síntomas más comunes que presenta esta patología es la disnea: el paciente siente que se ahoga, le falta el aliento cuando realiza una actividad o incluso si está acostado; en pocas palabras, se siente débil. Otro síntoma es el edema. En este caso, la persona que lo sufre ve cómo se hinchan las piernas, los tobillos o los pies de una manera alarmante.

Insuficiencia cardíaca, una enfermedad más mortal que el infarto

Algunas afecciones cardiacas, como tener la presión arterial alta o la enfermedad de las arterias coronarias, van dejando poco a poco el corazón demasiado débil o rígido como para llenarse de la sangre que llega de los pulmones y no tiene fuerza suficiente para bombearla. Lo que queremos decir es que cualquier problema de cualquier estructura cardiaca que no se cura adecuadamente puede provocar insuficiencia cardiaca. De ahí la importancia de esta enfermedad y de acudir al cardiólogo al primer síntoma.

Si se nota falta de aliento, fatiga, latidos del corazón irregulares o agotamiento al realizar alguna actividad física, se debe acudir al médico especialista. En consulta estudiamos las causas que provocan estos síntomas y, si es insuficiencia cardiaca, ponemos el tratamiento inmediatamente al diagnóstico. El tratamiento adecuado y a tiempo puede mejorar los síntomas de la enfermedad y ayudar a algunos pacientes a vivir más. Hoy en día existen tratamientos muy efectivos con medicamentos, siempre que se hagan a tiempo. También el implante de dispositivos como marcapasos especiales o desfibriladores ayudan a mejorar la calidad de vida del paciente con insuficiencia cardiaca. Sin embargo, este es un tratamiento complejo que está dirigido a profesionales expertos en esta patología.

A pesar del tratamiento, la mortalidad de los pacientes de insuficiencia cardiaca a largo plazo es elevada, en torno al 30-50 por ciento después de los cinco años de haber recibido el alta médica. De ahí la importancia de la prevención.

La clave para evitar la insuficiencia cardiaca está, fundamentalmente, en reducir los factores de riesgo. Aunque esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad, es más fácil que surja a partir de los 65 años. Por eso es muy importante llevar una vida saludable. Los cardiólogos aconsejamos comer sano, hacer ejercicio moderado a diario, controlar el peso corporal, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, y llevar un control sobre la tensión arterial, ya que la hipertensión es el factor de riesgo más importante para sufrir esta patología.

Como ya hemos dicho, la insuficiencia cardiaca se puede presentar repentinamente por diferentes causas, sobre todo, evidentemente, por problemas cardiovasculares como cardiopatía congénita, arritmias, estrechamiento o bloqueo de las arterias coronarias o presión arterial alta, por citar algunas afecciones cardiacas. Por eso es muy importante acudir al cardiólogo para llevar a cabo revisiones periódicas y mantener una vida saludable para evitar problemas cardiovasculares.