Cataratas, cuando la visión de nuestros ojos se empaña
Nuestro ojo es nuestra cámara fotográfica. Recoge las instantáneas del día a día gracias al cristalino, nuestra lente natural que enfoca y recoge las imágenes en la retina. El cristalino, para entendernos mejor, es una estructura transparente que actúa como una lente biconvexa que puede modificar su curvatura y espesor para enfocar correctamente los objetos que están a diferentes distancias y con distinta luz. Está situado detrás del iris y con el paso del tiempo envejece y se vuelve menos flexible, más opaco y más grueso, produciendo lo que conoce como una catarata. La visión de las personas que tienen cataratas suele ser parecida a mirar a través de una ventana empañada, lo que hace más difícil leer, conducir, especialmente por la noche, o reconocer la expresión de la cara de otra persona.
Cómo reconocer los síntomas
Una catarata provoca una visión turbia o nublada que, al principio, afecta a una mínima parte del cristalino, por lo que es muy probable que no nos demos cuenta de la pérdida de visión. Por eso es importante hacer una visita al especialista para una revisión ocular, especialmente si se empiezan a notar problemas como visión borrosa o nublada, dificultad para distinguir las cosas por la noche, sensibilidad a la luz o necesidad de una luz más potente para leer, si se ven los colores más pálidos o amarillentos, además de tener dolores de cabeza o visión doble por un solo ojo. La mayoría de las cataratas van desarrollándose lentamente y no afectan a la vista; sin embargo, a medida que pasa el tiempo, terminan dañando la visión, lo que hace que cueste más trabajo realizar las actividades diarias.
Por qué se forman las cataratas
Como ya hemos dicho, el cristalino enfoca la luz que entra en el ojo y produce imágenes claras y nítidas en la retina. Cuando el cristalino se nubla, se produce la catarata y, a medida que se desarrolla, la opacidad aumenta. Esto hace que la catarata bloquee la luz cuando pasa por el cristalino y, por tanto, la imagen no llega definida a la retina y la visión se vuelve borrosa. Las cataratas suelen formarse en los dos ojos, pero no al mismo ritmo, sino que en uno evoluciona más rápido que en el otro, lo que provoca una diferencia de visión importante entre un ojo y el otro.
Existen diferentes tipos de cataratas. Algunas aparecen a una edad muy temprana y, las más comunes, las cataratas seniles, se producen por la edad. Sin embargo, cada vez estamos viendo esta opacidad ocular en gente más joven. Antes la media de edad de las personas que desarrollaban cataratas estaba por encima de los 70 años y ahora la encontramos por encima de los 50.
Solución
La única manera de eliminar una catarata es la cirugía. La intervención es un procedimiento habitual y seguro que consiste en extraer el cristalino opaco y reemplazarlo por otro cristalino artificial transparente. Este cristalino se denomina lente intraocular artificial. La operación dura unos 5 o 10 minutos, se realiza con anestesia tópica, es decir, con unas gotas en los ojos y, a través de una mínima incisión de unos 2 milímetros, se descompone el cristalino con láser o ultrasonido, se absorbe la catarata y se coloca en su lugar la nueva lente intraocular. Esta lente artificial intraocular puede rectificar la miopía, el astigmatismo, la hipermetropía y hasta la presbicia. Por lo tanto, después de la operación el paciente tiene una mejor visión.
La recuperación no conlleva complicaciones y, en pocos días, se puede volver a las actividades normales. Eso sí, hay que tener cuidado de no realizar esfuerzos físicos ni movimientos bruscos con la cabeza. Los primeros días es muy probable que se vea borroso, por lo que hay que poner unos colirios antibióticos y antiinflamatorios que ayudarán a la cicatrización de la herida y poco a poco, en torno al mes de la intervención, se irá recuperando la visión totalmente.
Cuida tus ojos
No se conoce nada que pueda prevenir la aparición de cataratas o ralentizar su avance. Sin embargo, existen una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollarlas como, por supuesto, el envejecimiento, la exposición excesiva a la luz del sol, algunas enfermedades como la diabetes, la obesidad o la presión arterial alta, así como fumar o beber alcohol en exceso. Por eso es importante realizar una revisión de la vista con regularidad para detectar tanto las cataratas como otros problemas oculares en etapa temprana. Y conviene recordar que la luz ultravioleta del sol contribuye al desarrollo de cataratas, por lo que cuando estamos al aire libre, en el campo, la montaña o la playa, debemos utilizar gafas de sol que bloqueen los rayos ultravioletas.