Puntos clave sobre la anemia por falta de hierro en niños

Dra. Yolima VanegasPediatra especialista en Hematología en Hospital El Pilar

Puntos clave sobre la anemia por falta de hierro en niñosLa anemia ferropénica o anemia por deficiencia de hierro es la enfermedad hematológica más frecuente de la niñez, y la forma más común de anemia. Eso sí, más de la mitad de los pacientes con anemia están asintomáticos. Concretamente, la falta de hierro es la deficiencia nutricional más frecuente en el mundo y la anemia ferropénica tiene una prevalencia de en torno al 10-20 % de menores.

La anemia ferropénica es debida a la falta de hierro suficiente para la síntesis de hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos, cuya tarea es transportar el oxígeno desde los pulmones hacia el resto del cuerpo. En concreto, cuando hay una deficiencia de glóbulos rojos o de hemoglobina, el cuerpo no recibe suficiente oxígeno.

En consecuencia, se pueden provocar una serie de síntomas y de complicaciones en los menores; y es que la falta de hierro puede perjudicar la capacidad de tu hijo para 'funcionar' bien y, por ejemplo, rendir en la escuela.

Estos síntomas pueden variar en gravedad. Algunos de los más comunes incluyen: palidez, cansancio y decaimiento, irritabilidad, falta de apetito, dificultad para concentrarse, problemas de crecimiento, infecciones frecuentes, mareos y debilidad y/o antojos inusuales por comer sustancias no nutritivas (como hielo, tierra, pintura, o almidón).

¿Qué causa la anemia ferropénica?

Las causas de la anemia ferropénica son diversas y están asociadas a diferentes factores, entre los más relevantes están: prematurez o bajo peso al nacer; alimentación complementaria baja en hierro; excesivo consumo de leche de vaca, de cabra, o de soja; dietas restringidas (dietas veganas o vegetarianas estrictas).

El sobrepeso y la obesidad también favorecen el déficit de hierro entre los menores; así como las enfermedades gastrointestinales asociadas a una malabsorción de nutrientes (enfermedad celiaca, enfermedad de Crohn), entre otros factores. Igualmente, es habitual que los niños presenten anemia ferropénica por su alta demanda de hierro ante su rápido crecimiento.

En cuanto al diagnóstico, éste se basa en la combinación de síntomas clínicos y en los resultados de pruebas de laboratorio. Lo habitual en estos casos es que el médico examine al niño y descubra fácilmente la palidez de la piel y las membranas mucosas.

Además, suele solicitarse un análisis de sangre, una prueba que revela la cantidad de hierro circulante en la sangre y los diferentes parámetros permiten distinguir la anemia debido a la deficiencia de hierro de otras anemias.

¿Cómo se trata la anemia ferropénica?

El tratamiento de la anemia ferropénica en niños generalmente implica la corrección de la deficiencia de hierro a través de una combinación de suplementos de hierro, generalmente tomados por vía oral en forma de comprimidos, gotas, o de ampollas bebibles; y conlleva también cambios en la dieta, reforzando la ingesta de alimentos saludables y ricos en hierro.

Por tanto, si tu hijo tiene anemia ferropénica, además de recibir suplementos de hierro, deberá seguir una dieta rica en hierro y en vitamina C, que favorece su absorción, con productos como la carne magra, el pollo, el pavo, el pescado, las legumbres, los huevos, los cereales fortificados, los cítricos, el melón, las fresas, el pimiento morrón, los tomates, y las verduras de color verde oscuro.

Además, se deberá tener especial cuidado con el consumo excesivo de leche, ya que ésta impide la correcta absorción del hierro. Es esencial seguir las instrucciones del médico, y asegurarse de que el niño termine el tratamiento correctamente. En la mayor parte de los casos, con el tratamiento adecuado, la anemia por deficiencia de hierro puede corregirse, y los síntomas mejorarán con el tiempo; habitualmente en un par de meses o tres.

¿Cuándo acurdir a urgencias por anemia?

Dra. Yolima Vanegas
Dra. Yolima Vanegas

Finalmente, si a tu hijo le han diagnosticado anemia, o sospechas de que la tenga, debes acudir a Urgencias en caso de que presente los siguientes síntomas: fatiga extrema, mareos o desmayos; mano y pies fríos; piel muy pálida; dolor en el pecho; o pérdida evidente de sangre. Es importante determinar si realmente se trata de anemia ferropénica, o sí es necesario descartar otro tipo de anemia. De ahí que en estos casos sea preceptivo habitualmente la realización de un análisis de sangre en los más pequeños.

Durante el tratamiento es habitual que los niños se quejen de molestias digestivas e incluso de náuseas. Esto es típico con la toma de hierro. Uno de los consejos habituales para que estos efectos secundarios sean los menores posibles es ingerir el hierro con la comida, no en ayunas, pero siempre se debe consensuar esta decisión con el pediatra del menor.

También son muchos los padres o profesores del colegio que se asustan porque los niños defecan de color negro, e incluso cambie su consistencia y ésta no sea la habitual. Todo ello es normal con la toma de hierro.