Prevenir la bronquiolitis en niños es posible con estos consejos

Dr. Isidre CasalsServicio de Pediatría del Hospital Universitari General de Catalunya (Barcelona)

En los meses de otoño e invierno, hasta marzo más o menos, suelen ser frecuentes los casos de bronquiolitis, especialmente entre los menores de dos añosEn los meses de otoño e invierno, hasta marzo más o menos, suelen ser  frecuentes los casos de bronquiolitis, especialmente entre los menores de dos años. Se trata de una infección provocada habitualmente por el Virus Respiratorio Sincitial o VRS. Este temido patógeno es el que provoca concretamente los cuadros más graves, que son peores cuanto más pequeño es el lactante. Hay otros virus que también son responsables de este cuadro clínico, pero generan casos de menor gravedad.

Concretamente, la bronquiolitis es la inflamación de los bronquiolos, que son las ramas más pequeñas del árbol respiratorio, y es una de las infecciones respiratorias más frecuentes en los lactantes pequeños, representando anualmente una importante sobrecarga asistencial todos los inviernos, tanto en la Atención Primaria, como en los hospitales y servicios de Urgencias.

Hasta ahora la prevención se limitaba a las medidas típicas frente a cualquier infección respiratoria, que más adelante detallamos, pero desde el pasado año se autorizó ‘Nirsevimab’, un anticuerpo monoclonal que ha supuesto un antes y un después en la prevención de la bronquiolitis este invierno, reduciendo considerablemente el número de casos en menores de dos años.

Contagio y principales síntomas

Son numerosos los niños que cada temporada de otoño e invierno se infectan en las guarderías por el VRS, un virus muy contagioso, que se transmite por contacto con  los mocos y la saliva de la persona infectada, cuando la persona tose o estornuda, o incluso con las gotitas que genera al respirar.

Los principales síntomas de la bronquiolitis son  la tos, y la dificultad para respirar, que puede ser grave y, a menudo, se acompaña de dificultad para ingerir alimentos.

La dificultad respiratoria y la falta de oxigenación a menudo requieren de ingreso hospitalario, y los casos más graves necesitan terapia en una Unidad de Cuidados Intensivos. De ahí esa sobresaturación de la que hemos hablado antes en las temporadas de invierno. En el Hospital disponemos de UCI neonatal y pediátrica para poder abordar todo tipo de casos.

Cuándo consultar con el pediatra

Es muy importante saber reconocer los signos de dificultad respiratoria del lactante que son el tiraje (las costillas se hunden en el tórax del lactante con la inspiración), y la respiración abdominal (el abdomen se hunde mucho con los movimientos respiratorios). En el caso de que se presenten estos signos hay que consultar al pediatra.

Además, siempre hay que consultar con un especialista si el bebé presenta mal estado general, está irritable, o adormilado; si respira cada vez peor y más deprisa, marcándosele las costillas, o moviendo mucho el abdomen y hundiéndose su pecho; si casi no come y se fatiga mucho con las tomas; o si el bebé se pusiera muy pálido o incluso morado, o dejara de respirar durante segundos.

Cómo prevenirla

La bronquiolitis es una infección vírica y, por tanto, para prevenirla son esenciales las medidas de higiene como el lavado de manos, y evitar el contacto de los lactantes pequeños con niños mayores o adultos que presenten síntomas de infección respiratoria como pueden ser tos, mocos y fiebre.

También es aconsejable  no llevar a los menores a la guardería si están enfermos, así como   no exponerlos al humo del tabaco o los ambientes muy concurridos. Hemos de remarcar  también aquí el papel protector de la lactancia materna.

Se han reducido un número enorme de casos este invierno

En los últimos meses la prevención de la bronquiolitis ha dado un paso muy importante con la aparición de un anticuerpo monoclonal muy eficaz en la prevención de la bronquiolitis, ya que con una sola dosis bloquea la entrada del VRS en la célula del tejido respiratorio  impidiendo la inflamación de los bronquiolos.

Dr. Isidre CasalsSe denomina ‘Nirsevimab’ y desde el 1 de octubre del 2023 se administra a todos los bebés en los primeros días de vida en el hospital  y a todos los lactantes hasta los 6 meses de edad. Concretamente se ha ofrecido la  inmunización  a los lactantes nacidos a partir  de abril del 2023. Este anticuerpo ha sido incorporado en los protocolos de atención al lactante y confiere una protección de al menos 5 meses, lo que  implica  que los lactantes más pequeños, que tendrían un cuadro más grave ,estén protegidos.

No interfiere con las vacunas que se administran a los bebés, numerosas durante el primer año de vida. Está indicado para todos los niños menores de 6 meses al inicio o durante la temporada de bronquiolitis, así como a los menores de 2 años con algún factor de riesgo.

Esta medida preventiva ha supuesto un cambio muy importante en el panorama de las bronquiolitis, con una disminución del número de ingresos y de la gravedad de los cuadros de los lactantes afectados por esta enfermedad.

El tratamiento sólo puede ser de los síntomas

La mayor parte de las bronquiolitis se pasan en casa, en unos 10 días, aunque la tos puede durar hasta un par de semanas, y el tratamiento, como en casi todas las infecciones víricas, es sintomático. Algunos niños, tras padecer una bronquiolitis, presentan episodios sucesivos de dificultad respiratoria con tos que recuerdan el cuadro inicial.

Desgraciadamente no tenemos un tratamiento eficaz contra esta enfermedad como hemos dicho, y sólo por eso podemos trabajar medidas de apoyo para favorecer que los lactantes afectados respiren mejor y administrarles el oxígeno que necesitan con varias estrategias: como las cánulas nasales, los sistemas de ventilación no invasiva y en pocos casos, los más graves, pueden necesitar intubación y ventilación mecánica.