Hipófisis y pubertad precoz: ¿Cómo detectar el problema?

Dra. Marta GarcíaEspecialista en Endocrinología del Hospital Quirónsalud A Coruña

Amigos. Foto de Ron Lach : PexelsEl inicio de la pubertad la marcan el aumento del volumen testicular por encima de los 4 centímetros cúbicos en los niños, así como la aparición del botón mamario en las niñas, acompañado de aumento en la velocidad de crecimiento y de la edad ósea de los menores. Así, la edad que se considera como ‘normal’ para el desarrollo de la pubertad es entre los 9 y los 13 años en las niñas; y los 10 y los 14 años en los niños.
En las revisiones pediátricas rutinarias anuales se debe evaluar siempre el estadio de Tanner o estadio puberal para identificar cualquier anomalía que pueda darse en cuanto a la aparición de la pubertad en los menores, y por supuesto actuar en consecuencia.
La hipófisis es la principal responsable del desarrollo. Se trata de una glándula que se localiza en el sistema nervioso central, y que se encarga de regular la producción hormonal del resto de las glándulas de nuestro cuerpo. En cuanto a la pubertad, la hipófisis produce unas hormonas denominadas FSH y LH, en respuesta a la producción de ‘GnRH’ por parte del hipotálamo y de manera pulsátil, estimulando la producción de las hormonas sexuales (estrógenos a nivel de los ovarios, y testosterona en los testículos).

Cuándo se da la pubertad precoz

Entre estas anomalías podrían encontrarse, por un lado, la ‘pubertad precoz’ se define como la aparición de los caracteres sexuales secundarios descritos anteriormente antes de los 8 años en las niñas, y antes de los 9 años en los niños.
Cabe destacar que la pubertad precoz implica una aceleración en la velocidad de crecimiento que conlleva un cese prematuro del mismo, derivando en una talla adulta más baja de lo que correspondería en circunstancias normales. Concretamente, la incidencia de la pubertad precoz es de uno entre 50.000 y 100.000 individuos aproximadamente; siendo hasta 10 veces más frecuente en las niñas.
En las niñas, hasta un 80-90% de los casos de pubertad precoz son de causa desconocida, mientras que en los varones más de la mitad de los casos se debe a una causa orgánica que hay que identificar.

La pubertad adelantada

En cambio, si el desarrollo ocurriese entre los 8 y los 9 años en las niñas, o entre los 9 y los 10 años en los niños, estaríamos hablando de ‘pubertad adelantada’, y que por lo general no precisa de tratamiento.
Eso sí, no debe confundirse pubertad con adrenarquia. Esta última hace referencia a la aparición de vello púbico y/o axilar, acompañados o no de otras manifestaciones como acné o cambios en el olor corporal.
Precisamente, la adrenarquia se debe a un aumento en la producción de andrógenos por parte de las glándulas suprarrenales. No implica el inicio de la pubertad y, por ello, no requiere de tratamiento en sí misma; aunque sí de vigilancia estrecha si aparece prematuramente, por si pudiese conllevar una aparición también precoz de los signos puberales.

Tipos de pubertad precoz

Con todo ello, debemos aclarar que hay diferentes tipos de pubertad precoz, pudiendo clasificarse en central o periférica en función del origen de su causa. En el caso de la pubertad precoz central, ésta engloba los casos en los que existe un problema a nivel del sistema nervioso central (tumores cerebrales, malformaciones, infecciones o traumatismos a dicho nivel), la pubertad precoz debida a ciertas mutaciones genéticas, o la de origen desconocido o idiopática.
La pubertad precoz periférica, muy poco frecuente, implica un problema a nivel ovárico, testicular o adrenal (fundamentalmente tumores a dichos niveles), así como otras enfermedades como la hiperplasia suprarrenal congénita, o el síndrome de McCune Albright.

Cómo se diagnostica la pubertad precoz

Dra. Marta GarcíaLo primero que debemos hacer es una buena valoración y exploración física del paciente. Debemos preguntar acerca de los antecedentes personales y familiares del niño, así como por otra sintomatología anómala que pueda presentar. Lo fundamental para sospechar una pubertad precoz es identificar los signos físicos que la definen, es decir, la aparición del botón mamario en las niñas, y el aumento del volumen testicular en los niños.
La siguiente prueba diagnóstica que debería realizarse es la edad ósea, que se calcula a través de la valoración de una radiografía de la muñeca. Si ésta se encuentra adelantada respecto a la edad cronológica apoya el diagnóstico de pubertad precoz, y deberemos realizar un estudio hormonal que nos oriente acerca del origen del problema. Esto nos permite determinar si se trata de una pubertad precoz central, en la mayoría de los casos, o bien periférica.

Las opciones de tratamiento de la pubertad precoz

Dado que la mayor parte de las pubertades precoces tienen un origen central, el tratamiento se basa fundamentalmente en bloqueadores de la pubertad, llamados análogos de ‘GnRH’. Se trata de fármacos que inhiben la producción pulsátil de GnRH por parte la hipófisis, frenando así la aparición de la pubertad.
Se administran vía intramuscular, mensual o trimestralmente; y en función de la presentación y de la dosis empleada. Se deben mantener hasta alcanzar una edad de inicio de pubertad normal o hasta una edad ósea de 12 años en niñas, y de 13 años en niños, con el fin de garantizar una talla final adecuada.
Para concluir también conviene destacar la posible afectación psicológica que puede generar el desarrollo puberal demasiado temprano en los niños, lo cual puede ser un factor a tener en cuenta a la hora de plantear un tratamiento en pubertades no precoces pero adelantadas (recordar diferencia entre ambas).