Los 3 básicos para lograr unas rodillas resistentes al paso del tiempo

Dr. Lluís Puig VerdiéServicio de Traumatología del Hospital Quirónsalud Barcelona

RodillasLa rodilla es una de las principales articulaciones que acusa el paso del tiempo. A medida que cumplimos años, van acumulando esfuerzos y pueden sufrir un proceso de desgaste. Y es que, a medida que envejecemos, nuestras articulaciones, especialmente las rodillas, tienden a experimentar desafíos relacionados con el desgaste natural del cuerpo. No obstante, los meniscos y los ligamentos también se debilitan con el tiempo, y se suman a ese deterioro global de la rodilla.

El principal causante de este desgaste como decimos es el paso del tiempo por el cartílago, la capa de revestimiento del hueso en las articulaciones, y con gran capacidad amortiguadora. El problema viene cuando éste desaparece o se daña, dejando en consecuencia desprotegido el hueso subcondral, y dando lugar a los síntomas de la conocida artrosis; tales como el dolor, la inflamación, así como la deformidad progresiva.

Cuándo visitar a un especialista

Así, ante situaciones de dolor o de molestia continua es imprescindible acudir al especialista para que pueda realizar una evaluación. En concreto, la solución definitiva en el paciente con artrosis difusa de rodilla sintomática y limitante es la prótesis de rodilla. Se trata de una cirugía mayor cuyos resultados en manos expertas son consistentes, con supervivencia del implante por encima del 80-90% a 15 años, siendo considerada una de las cirugías que mejora en mayor medida la calidad de vida de los pacientes.
Eso sí, en el paciente por debajo de los 50 años es inhabitual encontrarse una artrosis difusa como la del anciano, por lo que se habla generalmente de ‘lesión condral o de cartílago’. Para estos pacientes la solución quirúrgica es la cirugía de preservación de rodilla del adulto joven, donde los problemas de cartílago graves y sintomáticos se resuelven hasta en un 85-90% de los casos mediante técnicas de trasplante. Con frecuencia estos pacientes presentan además lesiones combinadas de ligamentos, de menisco, o de desalineación, por lo que cada caso debe analizarse individualmente.

¿Qué podemos hacer para mejorar el estado de nuestras rodillas?

Pero estos desgastes no implican necesariamente estar condenado al dolor, o tener que someterse obligatoriamente a una intervención. Hay mucho que podemos hacer para minimizar las molestias en este sentido y que a continuación detallamos:

Lluís Puig Verdié• Seguir una dieta saludable y equilibrada: el simple hecho de mejorar nuestra dieta y los nutrientes que aportamos a nuestro organismo va a mejorar la calidad de nuestros tejidos, entre ellos el cartílago, y nuestra salud general; asimismo, eliminar el sobrepeso puede hacer desaparecer o minimizar el dolor de carácter artrósico; parece un tópico, pero el peso tiene un efecto mecánico directo sobre nuestras rodillas, de manera que cada kilo de más se traduce en 4 kilos de presión adicional sobre nuestras articulaciones de carga.
• Trabajar la fuerza y la movilidad: un trabajo específico de la musculatura del muslo, en especial del cuádriceps e isquiotibiales, ejerce un papel protector de nuestras rodillas; ejercicios como las extensiones de rodilla con resistencia desde la posición de sentado, la media sentadilla, o actividades como caminar dentro del agua y la bicicleta, son algo sencillo que podemos hacer diariamente para mejorar nuestras rodillas.

En estos casos, un rehabilitador, un fisioterapeuta, o un preparador físico pueden ayudarnos inicialmente a realizar los ejercicios de forma correcta y a encontrar aquellos que mejor se adaptan a nosotros; la rodilla artrósica pierde rango de movimiento de forma progresiva y, aunque esto no es completamente reversible, debemos esforzarnos en mantener la mayor movilidad y flexibilidad de nuestras articulaciones posible.

• Evitar el ejercicio de impacto: los pacientes con problemas de cartílago deben priorizar actividades sin impacto como la bicicleta, la elíptica, o la piscina, frente a otras de impacto como la carrera, el salto, o el levantamiento de pesos extremos; la presión que determinadas actividades ejercen sobre los meniscos y el cartílago son enormes y en el largo plazo puede conducir a su deterioro.

¿Ayuda el uso de plantillas o rodilleras?

Frecuentemente, el hecho de estar mucho tiempo de pie añade presión sobre las rodillas, por lo que, si se va a caminar o a permanecer mucho tiempo sin sentarse, es importante utilizar calzado adecuado: cómodo y con una suela blanda que proporcione amortiguación. El uso de plantillas, si bien no es imprescindible, en ocasiones puede ayudar a encontrar mayor confort en las horas más activas.
Por otro lado, hay rodilleras de descarga que potencialmente reducen la presión en el compartimento con mayor afectación, sobre todo cuando es el medial, mientras que otras rodilleras proporcionan un soporte global de la rodilla mediante un sistema de barras laterales metálicas articuladas y una sujeción a nivel del muslo y la pierna. Pese a ello, el uso de rodilleras dependerá también de la condición del paciente y de la comodidad que le proporcione.