Las 6 claves para reducir el riesgo de DMAE
Según la Sociedad Española de Retina y Vitreo (SERV), en pacientes mayores de 55 años la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) supone la primera causa de pérdida de visión gradual en España. Aparte de la genética y del paso del tiempo, del envejecimiento, factores determinantes para su desarrollo, existen otros que sí están en nuestra mano y que podemos controlar para evitar o acelerar su desarrollo.
Y es que comprender y abordar la DMAE es crucial para preservar la visión y la calidad de vida de quienes la padecen. La prevención, el diagnóstico temprano, y el tratamiento adecuados son las claves en la lucha contra esta enfermedad visual; y para ello, acudir a una revisión oftalmológica anual es determinante y primera vía para prevenir esta patología tan severa.
En concreto, es una enfermedad ocular que afecta principalmente a la mácula, la parte central de la retina, y que se encarga de la visión detallada necesaria para actividades como leer, conducir, y reconocer rostros. Esta afección puede causar una pérdida progresiva de la visión central, mientras que la visión periférica generalmente permanece intacta.
Los factores para su desarrollo
La genética desempeña un papel crucial en la aparición de la DMAE. Tener antecedentes familiares de DMAE aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Existen variantes genéticas que elevan el riesgo, particularmente aquellas relacionadas con el sistema del complemento, y otras vías inflamatorias.
Sin embargo, no todas las personas con estas variantes genéticas desarrollan DMAE. La investigación continúa para entender mejor cómo estos factores interactúan, y para desarrollar intervenciones genéticas y terapéuticas.
Ahora bien, en el día a día, sí es posible prevenir esta patología. Para reducir el riesgo de desarrollar DMAE, se pueden tomar varias medidas preventivas:
• Dieta saludable: Consumir alimentos ricos en frutas, verduras, y pescados que contengan ácidos grasos omega-3.
• Suplementos: Tomar antioxidantes y zinc, según las recomendaciones del estudio AREDS (Age-Related Eye Disease Study).
• No fumar: El tabaquismo es un factor de riesgo significativo.
• Protección ocular: Usar gafas de sol para proteger los ojos de la luz ultravioleta.
• Ejercicio regular: Mantener un peso saludable y hacer ejercicio regularmente.
• Control de condiciones médicas: Controlar la hipertensión, y la diabetes.
Desarrollo de la enfermedad
La DMAE se desarrolla por etapas, y sus síntomas varían a medida que la enfermedad avanza:
• Etapa temprana: Suele ser asintomática y frecuentemente se detecta durante exámenes oculares rutinarios que revelan la presencia de drusas (depósitos amarillos) en la retina.
• Etapa intermedia: Los pacientes pueden empezar a notar visión borrosa o distorsionada, especialmente durante la lectura, o tareas que requieren atención a los detalles; las drusas aumentan en tamaño y en número.
• Etapa avanzada: Se presentan síntomas más severos como una mancha oscura en el centro del campo visual, dificultad para reconocer rostros, necesidad de luz más intensa para tareas cercanas, y distorsión visual (las líneas rectas parecen onduladas).
Tipos de tratamientos
Existen dos tipos de esta enfermedad degenerativa, que como hemos contado, es la causa más frecuente de pérdida de visión en mayores de 50 años en los países desarrollados:
• DMAE seca (no exudativa): Representa alrededor del 85-90% de los casos y se caracteriza por un adelgazamiento gradual de la mácula debido a la acumulación de drusas; la progresión de esta forma es lenta, y la pérdida de visión es gradual; actualmente, no tiene un tratamiento efectivo específico, pero se recomiendan complementos vitamínicos, evitar el tabaco, y realizar controles oftalmológicos regulares para detectar una posible progresión a la forma húmeda. En Estados Unidos se ha aprobado el uso de una medicación intravítrea pero que no ha mostrado un perfil seguro en la relación beneficio/riesgo para las autoridades europeas, motivo por el cual no está disponible en nuestro entorno.
• DMAE húmeda (exudativa): Aunque menos común, es más agresiva y rápida en su evolución; en esta forma, se desarrollan vasos sanguíneos anormales bajo la retina y la mácula, que pueden filtrar líquido o sangre, provocando un daño rápido y severo a la visión central, que puede perderse rápidamente; se trata con inyecciones intravítreas de ‘antiVEGF’ (Factor de Crecimiento Endotelial Vascular); pero además, la buena noticia es que las nuevas medicaciones permiten ampliar el tiempo entre inyecciones, estabilizando la lesión con 3 o 4 inyecciones al año, y ofreciendo un pronóstico favorable a largo plazo.
El futuro del tratamiento de la DMAE se orienta hacia una medicina personalizada, basada en estudios genéticos para ofrecer las mejores opciones terapéuticas a cada paciente.
Para detectar a tiempo la degeneración macular asociada a la edad y que los tratamientos sean lo más efectivos posibles es fundamental acudir al oftalmólogo a una revisión anual, ya que el tratamiento es más eficaz en las fases más tempranas, e incluso se puede mejorar la progresión de la edad. En el Instituto Oftalmológico Quirónsalud Dexeus disponemos de los mejores especialistas y de la última tecnología para poder detectar precozmente y ofrecer el mejor tratamiento posible a cualquier tipo de DMAE.