Beneficios de la dilatación en el agua y otros métodos
Durante el embarazo la mujer se crea una serie de expectativas sobre la maternidad y su parto. Uno de los aspectos que más preocupa normalmente, es el dolor y la capacidad de controlarlo. La vivencia del mismo varía de una mujer a otra y está influenciada por múltiples factores fisiológicos, psicológicos-emocionales, culturales y ambientales.
Muchas mujeres demandan algún tipo de analgesia para el alivio del dolor. La elección del método analgésico va a depender de la percepción individual del dolor y, entre otros factores, del apoyo profesional que reciba donde la matrona juega un papel muy importante.
Actualmente la analgesia epidural es el método más demandado y eficaz, pero no deja de ser una técnica invasiva que conlleva una serie de riesgos y efectos sobre el parto, requiriendo mayor vigilancia, dificultando la movilidad y disminuyendo la sensación de pujo; en consecuencia, la mujer pasa a tener un papel más pasivo durante el parto.
Cada vez son más los hospitales que se están centrando en la humanización de los cuidados con respeto de la participación y capacidad de decisión de la mujer sobre ciertos aspectos acerca del parto y posparto reduciendo considerablemente la intervención obstétrica y respetando así la fisiología del parto, garantizando en todo momento la seguridad de la madre y del futuro/a recién nacido/a.
En lo que se refiere al alivio del dolor durante el parto se ofrecen técnicas menos analgésicas que la epidural pero más participativas para la mujer como por ejemplo, el uso de las bañeras de agua caliente, esferodinamia o uso de pelota de pilates, lianas, deambulación, etc.
Durante estos diferentes procesos de dilatación, la matrona juega un papel muy importante. Desde el inicio de las contracciones hasta que realmente la mujer está en fase activa o dilatada cuatro centímetros, la embarazada debe intentar permanecer en casa, en una ambiente familiar, relajado, dando paseos, usando la pelota, tomando duchas de agua caliente… y esto sería difícil de conseguir sin un buen apoyo profesional que le ayude a disminuir su nivel de ansiedad.
Una vez alcanzada esa fase activa del parto, la mujer pasaría a la sala de dilatación y paritorio aportando a este momento tan especial, todos esos pequeños detalles, que parecen insignificantes pero que importan y además aportan, como por ejemplo: el uso de luz tenue, cromoterapia, musicoterapia, limpieza, confort, siendo acompañada por quien ella decida en todo momento… para conseguir un aumento de la sensación de control del dolor y de satisfacción en la madre
Una mujer que desee un parto natural, sin el uso de analgesia epidural, podrá gozar además de libertad de movimientos, usando las distintas instalaciones de la sala, como es por ejemplo el uso de la pelota de pilates, la silla de partos, las lianas, la hidroterapia, etc.
El uso de la pelota de pilates o esferodinamia, aporta un alivio de la sensación dolorosa, incrementando la fuerza de la gravedad y facilitando el descenso de la cabeza fetal. El uso de esta técnica es recomendable también durante el embarazo por sus múltiples beneficios.
Por su parta la hidroterapia o inmersión en agua caliente, genera en el momento de la dilatación los siguientes beneficios:
- Una sensación de ingravidez, de disminución del peso corporal lo que facilita los cambios posturales y la libertad de movimiento, ayudando al descenso fetal y favoreciendo la relajación y el confort.
- El calor del agua produce relajación muscular, reduciendo la sensación de dolor, la ansiedad, disminuyendo la liberación de adrenalina… y aumentando los niveles de oxitocina y endorfinas.
- El agua caliente produce una mejora de la perfusión útero placentaria lo que resulta beneficioso para el bienestar fetal. El aumento de la perfusión uterina también afecta a su contractilidad, las contracciones se hacen más eficaces por lo que se favorece el trabajo de parto y se reduce en el tiempo la primera y segunda fase del parto.
- Aumento de la elasticidad del canal del parto y periné lo que reduce el trauma perineal, la severidad de los desgarros y el uso de episiotomías.
Todos estos beneficios ayudan a disminuir la demanda de anestesia epidural y la administración de oxitocina sintética. Además de una sensación de empoderamiento de la mujer sobre su cuerpo, sobre su parto, y por tanto el grado de satisfacción personal. Es importante indicar que, para poder utilizar dicho método, la mujer deberá de cumplir una serie de criterios de inclusión.
El objetivo principal con el uso de la hidroterapia es contribuir en la relajación y el alivio del dolor de la gestante aprovechando los beneficios de la inmersión en agua caliente, favoreciendo las posiciones que ayuden al descenso fetal, de manera que se reduzcan las intervenciones innecesarias y la medicalización del parto.
Hoy en día está extendido en maternidades de varios países de Europa, Asia, América y Australia. La organización Mundial de la Salud (OMS 1996) por su parte, en “Cuidados en el Parto Normal” avala y recomienda el uso del agua entre los diversos métodos no farmacológicos ni invasivos para el alivio del dolor.
En España, la “Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal” recomienda, por alto nivel de evidencia, la inmersión en agua caliente como un método eficaz de alivio de dolor durante la fase tardía de la primera etapa del parto.