Cefaleas, algo más que un dolor de cabeza
La cefalea es una enfermedad tan frecuente como desconocida, tan extendida como desatendida y tan común como excepcional: cada dolor de cabeza es único y casi todo el mundo lo tiene o lo ha tenido en algún momento de su vida.
Según los datos de la Sociedad Española de Neurología, los dolores de cabeza o cefaleas son la primera causa de discapacidad entre los 16 y los 49 años y también el primer motivo de consulta en los servicios de Neurología. Estos datos de incidencia son muestra del impacto que genera este trastorno del sistema nervioso, que afecta de forma muy significativa la calidad de vida de quienes lo padecen y que impacta notablemente en su vida familiar, social y laboral.
Sin embargo, solo el 40 por ciento de las personas que padecen esta patología lo consultan con su neurólogo, y el promedio de tiempo para alcanzar un diagnóstico correcto supera los seis años, lo que complica mucho que el paciente pueda seguir un tratamiento acorde a sus necesidades.
La primera dificultad para entender esta dolencia estriba en conseguir una clasificación ordenada de los dolores de cabeza. Las cefaleas primarias, es decir, aquellas que no están asociadas directamente a causas determinantes (accidentes, golpes, infecciones, patologías diversas), son sobre todo tres: la migraña, la cefalea tensional y las cefaleas trigémino-autonómicas.
La cefalea tensional solía ser la más frecuente, aunque cada vez parece más claro que en muchos casos son Migrañas de intensidad leve. No se han encontrado grandes diferencias fisiopatológicas con la migraña. Se suele diferenciar artificialmente con esta por las características del dolor. Esto es bilateral, tensional y de intensidad leve.
La migraña se caracteriza por la presencia de episodios repetidos o recurrentes de dolor de cabeza. La intensidad es variable en los diferentes episodios, pero suele ser severa. El dolor, generalmente, se inicia en uno u otro lado de la cabeza (hemicraneal) y se extiende a toda la cabeza, suele ser pulsátil, como si se notara el latido del corazón, y puede ir acompañada de náuseas y vómitos, y un malestar que empeora con la luz (fotofobia), los ruidos (fonofobia) o los olores (osmofobia). El dolor empeora con la actividad física y mejora con el reposo y puede ser desencadenada por periodos de estrés, alteración del ritmo de sueño, la menstruación, los cambios climáticos, el ayuno o el hambre o algunos alimentos.
La migraña es un síndrome (varias causas desencadenantes) poligénico (más de 180 genes implicados) que suele aparecer en la adolescencia o la primera juventud, aunque también se dan casos en niños (depende de la cantidad de genes heredados y su expresión). Hay factores que facilitan la expresividad de estos genes, algunos de los cuales son modificables, como la obesidad, el abuso de medicación analgésica, el estrés, la ansiedad, la depresión, el abuso de cafeína o la presencia de otros síndromes dolorosos como la fibromialgia.
Las cefaleas trigémino-autonómicas, por su parte, agrupan diversas situaciones con características clínicas comunes: dolor unilateral localizado en el territorio inervado por el nervio trigémino y síntomas autonómicos craneales (lagrimeo, ojo rojo, congestión o taponamiento nasal, flujo de líquido por la nariz o rinorrea, sudoración facial). Son cefaleas de corta duración (menos de 4 horas), muy intensas y con varios episodios al día. La más conocida de estas cefaleas es la que se conoce como cefalea en racimo, que afecta a una de cada mil personas, sobre todo hombres a partir de los 30 años. Se presenta en forma de episodios muy intensos y reiterados, entre 1 y 8 veces al día, y de 15 a 180 minutos de duración cada episodio en periodos que pueden durar varias semanas o meses.
El problema de las cefaleas es que son desatendidas incluso por los propios pacientes, que solo en muy raras ocasiones acuden al neurólogo y optan por la automedicación, pero tampoco, en términos generales, los centros y los profesionales prestan a esta dolencia la atención que requiere.
Es significativo que solo una cuarta parte de los pacientes tiene prescrita la administración de triptanes, el tratamiento sintomático más específico para tratar la crisis de migraña, y únicamente el 13% recibe el tratamiento preventivo necesario para reducir la frecuencia, duración e intensidad de las crisis.
El neurólogo británico Oliver Sacks describió la migraña como una afección con aspectos biológicos, psicológicos y culturales a considerar, que, más allá del dolor de cabeza, provoca una condición neurológica compleja que puede afectar a todo el cuerpo. Es importante que quienes padecen cefaleas pidan ayuda, y más importante aún es que los centros hospitalarios cuenten con una unidad de cefaleas que sepa entender la especificidad de estos pacientes.