La recuperación del patrimonio industrial y obrero metropolitano

"Si bien en la mayoría de casos se ha conservado buena parte de los edificios fabriles, en general son pocos los rastros de su pasado que han permanecido; pocas de ellas cuentan con elementos de mobiliario o de sus estructuras productivas, aparte de las chimeneas"

El patrimonio industrial y obrero ha alcanzado en Catalunya y, en especial, en la ciudad de Barcelona un amplio consenso social y académico, tras casi 50 años de investigaciones, intensas luchas vecinales y obreras y acciones públicas para su reconocimiento, valoración, conservación y reutilización. Gracias a ese esfuerzo, contamos con una extensa red de museos de la ciencia y la técnica de la Generalitat de Catalunya, desafortunadamente ninguno de ellos en la capital catalana y su ámbito metropolitano, además de algunos espacios musealizados vinculados al Museu d’Història de Barcelona (Muhba) y dedicados al patrimonio industrial, como la fábrica Oliva Artés y parte del complejo industrial de Fabra Coats.

En las últimas décadas ha sido fundamental el papel de las asociaciones de defensa del patrimonio industrial y obrero, centros de estudios locales, archivos vecinales y comunitarios, colectivos de artistas, sindicatos y asociaciones de antiguos trabajadores, así como las investigaciones realizadas por un amplio grupo de profesionales y estudiosos. Estos colectivos a menudo han trabajado esforzadamente durante mucho tiempo –más de 40 años en el caso de Can Batlló– para evitar la destrucción de espacios fabriles y recuperar el patrimonio industrial y la memoria obrera. Cabe destacar el caso del Poblenou, donde las reivindicaciones y luchas vecinales –con el apoyo de los profesionales y académicos que conformaron el Grupo de Patrimonio del Fórum de la Ribera del Besòs– lograron en 2006 el Plan Especial de Patrimonio Industrial del Poblenou, único en Catalunya.

A pesar de estos avances, y sin dejar de valorar el trabajo realizado hasta ahora, es preciso preguntarse en qué punto nos hallamos y reflexionar para mejorar la situación del patrimonio industrial y obrero. Analizando algunas de las actuaciones de las Administraciones local y autonómica, señalaremos algunas cuestiones pendientes.

Una de ellas es destacar que buena parte del esfuerzo económico del Ayuntamiento de Barcelona se ha invertido en los últimos años en apoyar a las denominadas "fábricas de creación", instaladas en antiguos edificios industriales recuperados. Parte de ellas realizan actividades culturales artísticas o de ocio. Pero, si bien en la mayoría de casos se ha conservado buena parte de los edificios fabriles, en general son pocos los rastros de su pasado que han permanecido; pocas de ellas cuentan con elementos de mobiliario o de sus estructuras productivas, aparte de las chimeneas. Tampoco suelen disponer de una completa explicación o señalización sobre su anterior actividad y su memoria obrera y técnica. Por eso sería necesario darles a estos espacios unos usos más acordes con su pasado industrial y la memoria obrera, que enlazaran con la actual revolución industrial digital.

Esa nueva reasignación de los espacios fabriles podría dar lugar a la instalación de un museo de historia de la ingeniería y de la técnica y de memoria obrera, que ofreciera una visión transversal, integrando el mundo del trabajo y las trayectorias obreras y profesionales. El proyecto debería tener una visión metropolitana, para coordinar y completar los esfuerzos de Barcelona con propuestas de otros municipios industriales del Barcelonès y el Baix Llobregat, con un amplio y valioso patrimonio industrial y de luchas obreras.

Formación Profesional y planes especiales

Esa propuesta podría complementarse con la creación de centros de Formación Profesional con ciclos formativos de distintos niveles y especialidades vinculados a la innovación industrial y las empresas de economía social y sostenible. Para ello se deberían reutilizar edificios fabriles, apoyando sus actividades con residencia y becas para estudiantes, siguiendo el modelo de los artistas residentes.

Otro objetivo debería ser la realización de planes especiales de patrimonio industrial y de memoria obrera para los distritos de la ciudad y los municipios metropolitanos, unos planes que deberían tener carácter transversal, reconociendo aspectos inmateriales, técnicos, de historia del trabajo y memoria empresarial y obrera. Deberían incluir, a su vez, aquellos espacios que configuraron los núcleos obreros, desde sus viviendas hasta los espacios de sociabilidad y cultura obrera.

Para desarrollar estos planes sería preciso que los diferentes ámbitos académicos –geografía, arquitectura, historia, arte, antropología, economía o ingeniería– ofrecieran una formación transversal e integrada para aquellos profesionales y técnicos dedicados al estudio, la intervención, la conservación y la gestión del patrimonio industrial.

También se debería ampliar su marco cronológico, recopilando el patrimonio industrial y obrero del periodo 1940-1970, que en muchos casos no está debidamente reconocido. A pesar de algunas intervenciones adecuadas –por ejemplo la de la Escuela Fiat, en Les Corts, o la de la fábrica Buenaventura Costa Font– muchos edificios han sido derribados, como el de Coca-Cola, en la Verneda, o la Lactaria Española, en el Poblenou, sin llevar a cabo ningún inventario previo.

También cabe destacar las dificultades para conservar los fondos de los archivos de grandes, medianas y pequeñas empresas, que desaparecen o son conservados inadecuadamente por falta de atención y medios de la Administración o de los privados para su recuperación y mantenimiento. En ese sentido, debería promoverse la historia oral con la realización de biografías y memorias obreras.

Frente a los retos de la nueva era industrial, la recuperación del patrimonio industrial y obrero de la ciudad de Barcelona y su entorno puede contribuir a desarrollar una nueva mirada al futuro. Y para ello son importantes las lecciones del pasado que nos proporciona la historia de la trayectoria industrial y obrera de nuestro espacio metropolitano a lo largo de los últimos siglos.