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Otra forma de vivir es posible: tres ideas que lo demuestran

Público

La recogida selectiva nos ha enseñado que los residuos que desechamos podrán ser reutilizados para otros fines. Pero no siempre es necesario que lleguen al contenedor adecuado para que sean reaprovechados. Existen iniciativas sociales que, con la colaboración de la Agència de Residus de Catalunya, dan otra oportunidad a aquellos residuos que ya no queremos en casa o que ya no podemos utilizar. Repasaremos tres de ellas que hacen referencia al desperdicio de alimentos, a la reutilización de botellas de vino o a la reducción de plásticos de un solo uso. 

Contra el desperdicio alimentario

Cada vez somos más conscientes de la necesidad de luchar contra el despilfarro alimentario para evitar desperdiciar productos que podrían reaprovecharse. Pero no solo en el ámbito familiar, sino en su origen. Con este objetivo nació el proyecto Espigoladors que consiste en la recogida de frutas y verduras que se descartan del círculo comercial ya sea por excedente de producción, por un descenso de su venta o por cuestiones estéticas. Unos alimentos que, tras un proceso de participación social, acabarán en manos de personas en riesgo de exclusión social. 

Espigoladors está inspirado en aquellas personas que recogían las espigas sobrantes de las cosechas y su finalidad es alargar la vida de los productos que se desechan para optimizar su uso a la vez que se reduce la generación de residuos. Esta organización, sin ánimo de lucro, organiza recogidas de los alimentos que no se pueden vender, directamente del campo. Lo hace a través de voluntarios y cuenta con 115 productores comprometidos con el proyecto. La mayor parte de las frutas y verduras que recogen las canalizan a entidades sociales para que lleguen a personas que no pueden acceder a ellas. Y en lugar de tirar lo que sobra, elaboran conservas como cremas, mermeladas o salsas gracias al excedente que recogen. La intención de Espigoladors es sensibilizar y promover un cambio de conciencia social hacia el aprovechamiento de los alimentos. 

Reutilitzar las botellas de vino

En el ámbito de la reutilización, existe otra iniciativa que podría suponer una reducción de 21.756 toneladas de residuos anuales. Se trata de la reutilización de las botellas de vino que se producen y se venden en Catalunya. La prueba piloto del proyecto reWINE ha involucrado, durante 20 meses, a siete bodegas catalanas con la finalidad de recoger, limpiar y volver a utilizar las botellas de vidrio. Durante este tiempo, se han vendido 150.000 botellas de vino con la etiqueta reWINE y se han recuperado 82.239. Se ha hecho de diferentes modos: recoger botellas a través de los restaurantes participantes o, por ejemplo, un pequeño incentivo para los consumidores que retornaban una botella en los supermercados adheridos a la campaña. 

Las conclusiones del proyecto establecen que reutilizando hasta ocho veces las botellas recogidas, se ahorran más de 170.000 Kg de CO2, que corresponden a las emisiones que produciría un vehículo haciendo 11 vueltas al mundo. Con esta reutilización, se han evitado 34 toneladas de residuos. Uno de los retos importantes para implementar la reutilización en el sector vitivinícola es facilitar la recogida de las botellas de vino, tanto para los puntos de venta como para los consumidores. 

Chiringuitos sostenibles

La de la recogida y reutilización de botellas de vino no es la única prueba piloto realizada para reducir residuos. El Parc Natural del Delta de l’Ebre ha realizado este verano una prueba para luchar contra los plásticos desechables. A través de la Agència de Residus de Catalunya, el proyecto consiste en promover el uso de vasos reutilizables en los chiringuitos de playa y en las fiestas que se organizan en el parque natural. Los siete municipios de la zona y los bares de playa son los encargados de distribuir los vasos que llevan el logotipo Per un Delta net y que se ponen a disposición del público a cambio de un depósito de un euro. Si el consumidor quiere devolver el vaso, puede recuperar la cantidad aportada y este vaso se recogerá y se lavará de forma que pueda volver a utilizarse. 

El objetivo de esta prueba piloto es reducir el número de vasos de plástico de un solo uso, fomentar los vasos reutilizables y, a su vez, promover la sensibilización ambiental. Este último, objetivo compartido entre las varias iniciativas surgidas entre administración pública y organizaciones medioambientales para constatar que otra manera de vivir es posible reutilizando nuestros residuos