Biomasa: el gran potencial energético de la naturaleza extremeña
La producción de energía verde mediante la biomasa es determinante para avanzar en la sostenibilidad de nuestro país.
La producción de energía verde mediante la biomasa es determinante para avanzar en la sostenibilidad de nuestro país.
El aprovechamiento energético de la biomasa constituye una actividad de alto valor para Extremadura dado el enorme potencial de biomasa agroforestal y de producción de biomasa mediante cultivos energéticos de que se dispone, tal y como refleja el Plan Extremeño Integrado de Energía y Clima 2021/2030. Sin embargo, los datos indican que una parte muy relevante de este potencial no se aprovecha.
En la actualidad hay que dedicar especial atención a la biomasa porque junto con otras energías renovables gestionables es una energía estable y necesaria para contribuir a la flexibilidad y optimización del sistema energético en su conjunto.
El aprovechamiento de la biomasa constituye una actividad estratégica para Extremadura ligada a aspectos tan importantes como el desarrollo de los sectores agrícola y forestal incentivando la captura de C02, el cuidado y limpieza de montes, la creación de empleo y la reducción del riesgo de incendios y la alternativa realista que supone evolucionar hacia actividades renovables y respetuosas con el medio ambiente.
Más en concreto, con las plantas de generación de energía con biomasa se contribuye a la dinamización económica del medio rural, algo esencial en una región eminentemente rural como Extremadura, al desarrollo de una bioeconomía ligada a la sostenibilidad, suponiendo además un avance en el modelo extremeño de economía verde y circular al fomentar el aprovechamiento eficiente de recursos naturales infravalorados.
Asimismo se ayuda al avance en la gestión de residuos, permitiendo resolver problemas medioambientales y se fomenta la consolidación de una nueva industria que genera energía sostenible. Son tantos los beneficios generados que la biomasa presenta un balance económico muy positivo.
En noviembre de 2010 se inauguró en Miajadas la primera planta extremeña de producción de energía eléctrica con biomasa sólida. Tiene una potencia de 16 MW, con una producción de unos 128 GWh/año, lo que supone una demanda equivalente a la que necesitarían 40.000 hogares, utiliza 110.000 t/año de biomasa herbácea y leñosa. Otra de las plantas de esta tipología puesta en marcha en 2014 en Mérida tiene una potencia de 20 MW con una producción de unos 160 GWh/año.
El objetivo para 2030 es impulsar la penetración de fuentes de energías renovables basadas en biomasa en Extremadura hasta alcanzar los 196 MW de generación a través del fomento de las instalaciones de producción de energía térmica usando como combustible cualquier tipo de biomasa a través de líneas específicas de subvenciones para particulares, empresas y entidades públicas.
El Plan Extremeño de Energía y Clima también contempla el apoyo para la creación y consolidación de un mercado desarrollado de logística de biomasa y la potenciación de líneas de subvenciones para actuaciones relacionadas con la fabricación de biocombustibles sólidos a partir de la biomasa.
De esta forma se atiende también a los objetivos planteados en la Estrategia extremeña de Economía verde y circular que pone de manifiesto la importancia de dar valor a la bioenergía y la biomasa, especialmente en el mundo rural, regulando y valorizando toda la cadena de valor para su aprovechamiento e intentando relacionar producción y consumo de proximidad.
A estos objetivos va a contribuir la planta de generación eléctrica mediante biomasa que ya se construye en Logrosán (Cáceres) y que entrará en funcionamiento en 2025. Se trata de un proyecto emblemático de este tipo de instalaciones que con una potencia de 49,9 MW estará dotada de un sistema de tratamiento, adecuación y almacenamiento de la biomasa, de una caldera de biomasa y de una turbina de condensación de 49,9 MW eléctricos (equivalente a más de 50 MWt), así como las instalaciones auxiliares necesarias.
Estas instalaciones utilizarán dos tipos de combustibles, el procedente de tala forestal y agrícola, tales como podas urbanas, desbroces de matorral, clareos de masas de pinar y, por otro lado, el procedente de residuos tales como orujillo de aceituna, hojín de olivo, orujillo de uva, cubierta de almendra y residuo industrial de la madera.
Esta iniciativa deriva de la adjudicación en la tercera subasta para el otorgamiento del régimen económico de energías renovables convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, lo que garantiza un precio de venta de la electricidad que la planta produzca durante 20 años.
La producción estimada de la planta de Logrosán ascenderá a 376GWh/año, estimándose que evitará la emisión de más de 165.000 toneladas anuales de CO2 a la atmósfera.
El consumo anual de la planta de Logrosán está estimado en 261.000 toneladas métricas al año de biomasa de origen agrícola y forestal procedente principalmente del entorno.
En conjunto cuando estas tres plantas estén funcionando podrán atender a más de un 10% de la demanda eléctrica anual de la región. Por ello Extremadura defiende y apoya la biomasa poniendo en marcha instrumentos para su reforzar su desarrollo porque es insuficiente respecto de su amplio potencial.
La biomasa es un vector energético y de generación de riqueza y empleo determinante para el futuro de Extremadura y por ello se va a seguir trabajando para aprovechar todo su potencial junto con ciudadanos y empresas.
Su aprovechamiento energético es una actuación preferencial para Extremadura con el fin de convertir potencialidades en realidades y para seguir avanzando en el camino hacia la transición energética y la lucha contra el despoblamiento. En la biomasa se concentra la energía de la naturaleza extremeña.