A la izquierda, policías francesas se llevan a una joven de una manifiestación durante el mayo francés (AFP). A la derecha, policías españoles se llevan a una manifestante durante una protesta asociada al 15M (efe) A la izquierda, policías francesas se llevan a una joven de una manifiestación durante el mayo francés (AFP). A la derecha, policías españoles se llevan a una manifestante durante una protesta asociada al 15M (efe)

Mayo del 68: vs 15M: No somos mercancía

Los acontecimientos que se desarrollaron en París supusieron un toque de atención a la supuesta prosperidad surgida de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. El movimiento 15M, muchos años después, volvió a poner sobre la mesa algunas de estas reivindicaciones.

Miquel Ramos

Los acontecimientos que se desarrollaron en París y en otras ciudades del planeta alrededor del mayo del 68 supusieron un toque de atención a la
supuesta prosperidad surgida de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. Fue la cristalización de una crisis de régimen en Francia, pero también de una crisis global en todo el mundo. Una época en la que los referentes se venían abajo y al mundo le faltaban espejos en el que mirarse. Una  primavera que recorrió el mundo con el mensaje de que los gobernados no se parecían en nada a sus gobernantes. Ni querían la guerra ni querían los imperios. Querían vivir en paz. El movimiento 15M, muchos años después, volvió a poner sobre la mesa algunas de estas reivindicaciones. Jóvenes volvieron a salir a las calles para gritar a las élites que no eran mercancía en manos de políticos y banqueros, a la vez que pedían más democracia y más espacios de participación.

Similitudes

Crisis económica y paro: A pesar de haber vivido años de presunta prosperidad, las desigualdades se hacen patentes y las soluciones del estado  son insuficientes. Hay un descontento general con la falta de oportunidades y gran preocupación por el paro, sobre todo entre los jóvenes.

Heterogeneidad: Estudiantes, jóvenes precarios y trabajadores de varios sectores coinciden en sus reivindicaciones contra un sistema infestado de corrupción y una economía que beneficia a las grandes corporaciones y a las grandes fortunas.

Batalla con la extrema derecha: Grupos ultraderechistas se alinean con el poder contra las protestas durante los años ’60. En España, la ultraderecha trata de colarse en las reivindicaciones sociales sin éxito. Mientras en Europa ganan elecciones, en España son eclipsados por el 15M.

Politización de la sociedad:  Ante el desencanto con la política institucional y la sociedad de masas, las reivindicaciones políticas y sociales  empiezan a extenderse a todos los sectores y sobre todo entre los jóvenes, que en ambos contextos tendrán un papel protagonista.

Crítica a las élites económicas y políticas: En los ’60 existió un rechazo directo a las élites y a las viejas figuras políticas herederas de la posguerra. El 15M articuló también un mensaje claro de ‘los de abajo contra los de arriba’, contra la casta y el régimen del 78.

Violencia policial: En ambos casos, la respuesta del Estado fue la criminalización, la represión, el control y la violencia institucional. Aunque logra frenar las protestas, el descontento continúa y se le suma la frustración y la impotencia.

Diferencias

Internacionalización: Las revueltas de París se extienden a México, España, la República Federal Alemana, EEUU, Checoslovaquia... El 15M inspira movimientos similares en Estados Unidos, Turquía o México. Pero no consigue un 15M global.

Contexto: En mayo del 68, en plena Guerra Fría, se están desarrollando el proceso de descolonización, la guerra de Vietnam y movimientos  contraculturales como el hippie. El 15M fue un fenómeno que surgió espontáneamente en España sin grandes precedentes. Los más cercanos podrían ser las primaveras árabes o el movimiento antiglobalización diez años atrás.

Menos fuerza de obreros y sindicatos: En Mayo del 68, el movimiento obrero y sindical tenía una gran fuerza e influencia en las movilizaciones sociales, aunque no fueron iniciadas por ellos. Las ocupaciones de fábricas y las huelgas generales indefinidas contaban con un gran seguimiento. En 2011, parte de las críticas iban dirigidas a los sindicatos mayoritarios, a los que se acusaba de no ser suficientemente combativos ante los  problemas laborales y estructurales existentes.

No violencia: Así como París vivió jornadas violentas donde los adoquines volaban sin cesar, el 15M tuvo como premisa la no violencia. Aún así, en ambos casos, el Estado administró la misma medicina: represión, violencia policial y detenciones indiscriminadas.

Medios de comunicación: El papel de internet fue clave para el desarrollo y la difusión de las actividades e ideas del 15M. Miles de personas se  convirtieron en altavoz de cada acción, cada asamblea o cada propuesta lanzada desde las plazas de modo inmediato.