Alberto Acosta fue presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador y ministro en el primer gobierno de Rafael Correa.- FOTOGRAFÍA CEDIDA POR EQUIPO DE ALBERTO ACOSTA

Alberto Acosta: "No es cambio climático, es colapso climático"

Queralt Castillo Cerezuela

No se puede hablar sobre el proceso constituyente en Ecuador y los derechos de la naturaleza, incluidos en su Constitución, sin mencionar a Alberto Acosta (Quito, 1948), presidente de la Asamblea Constituyente y uno de los ideólogos de la revolución ciudadana. Fue ministro de Energía y Minas durante el primer gobierno de Correa, pero dimitió para ser asambleísta constituyente. Y al poco de concluida la Asamblea se distanció del correísmo por su defensa de los derechos de la naturaleza, que chocaban con las políticas extractivistas del gobierno y por su posición radicalmente democrática enfrentada con las prácticas del gobernante.

Desde hace años se dedica a recuperar la memoria de los pueblos originarios, a construir otra relación de los humanos con la naturaleza, que no esté basada en el utilitarismo y la mercantilización, y a luchar por los derechos de la naturaleza. No le sirve el enfoque de desarrollo sostenible porque considera que ha quedado anticuado. Apuesta por una visión biocéntrica que permita superar el Antropoceno. Para Acosta, no puede haber justicia ecológica sin justicia social, y viceversa. "No es cambio climático, es colapso climático. Cambios climáticos ha habido a lo largo de la historia. Esto es un colapso propio del Capitaloceno, el Faloceno y el Racismoceno".

P: Usted es un referente de los derechos de la naturaleza. Uno de los responsables de que se incluyera en la Constitución de 2008. ¿Cuál es el origen?

R: La cosmovisión de los pueblos originarios. Cuando ellos usan el concepto de Madre Tierra, no lo hacen como metáfora. Para ellos es una realidad. Esa cosmovisión era la que estaba en juego en 2007. En los noventa, el movimiento indígena se organizó, ganó fortaleza y emergió como sujeto político. Pusieron las cartas sobre la mesa: Estados plurinacionales, derechos de la naturaleza, el 'buen vivir', los derechos colectivos, etc. Nos enseñan que hay otra forma de entender el mundo. En paralelo, en Ecuador, durante las últimas décadas se habían dado procesos de defensa de la naturaleza contra actividades extractivistas. En este escenario se consolidaron los movimientos medioambientales y ecologistas.

P: Se distingue entre los derechos ambientales y los derechos de la naturaleza.

R: Los derechos ambientales vienen de los derechos humanos; y nos garantizan un ambiente adecuado y sano para vivir. Los derechos de la naturaleza garantizan a los seres no humanos el derecho a la vida. Ambos se complementan, porque hacen referencia a la justicia ecológica y la justicia social.

P: Algo innovador, pero no nuevo.

R: Los derechos de la naturaleza son anteriores. Ahí Spinoza y su interpretación de la natura naturans y la natura naturata juegan un papel clave. La naturaleza se hace a sí misma. Esto también se puede ver en El barón rampante, de Calvino [1957]; o en la creación del Tribunal Internacional de los Derechos del Naturaleza en el 2014, inspirado en el Tribunal Russell-Sartre de 1966, que investigó los crímenes de guerra en la Guerra de Vietnam y que más tarde se transformó en Tribunal de los Pueblos. En 2010, en Bolivia, en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, se adoptó la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra. Esta Declaración plantea el derecho a la Naturaleza a existir. El Tribunal se estableció para promover el respeto y la garantía de los derechos establecidos en la Declaración.

P: Ustedes en Latinoamérica juegan con ventaja: tienen la cosmovisión indígena.

R: La cosmovisión indígena no es generalizada, aunque cada vez hay más gente implicada y organizaciones trabajando en esta línea; pero no es extensible a la mayoría de la sociedad.

P: Pero el artículo 71 de su Constitución [derecho a la naturaleza] no se respeta.

R: Después de la Constituyente se ampliaron las posibilidades, pero en Ecuador, una cosa es el discurso y otra es la práctica. No es ahora: a Correa nunca le interesó la Constitución; el único interés que tenía era el de seguir concentrando su poder de caudillo.

P: Apuesta por poner fin a la búsqueda del desarrollo. ¿El debate entre decrecimiento o capitalismo verde es falso?

R: La economía verde puede tener buenas intenciones, pero no va al problema: el capitalismo. Puede que sea útil en un proceso de transición, pero requerimos otro sistema económico. Desde la cumbre de 1992 en Río de Janeiro, se han pensado estrategias para reconciliar el crecimiento económico con el ambiente y la reducción de la pobreza. De ahí surge la idea de lograr un equilibrio entre economía, sociedad y ecología. No funciona. La economía debe estar subordinada a las demandas de los seres humanos y estos deben entender que para sobrevivir hay que establecer relaciones de armonía y con la naturaleza.