Joan Manuel Tresserras: “En Catalunya se plantea la construcción de un Estado, en forma de república, de abajo a arriba”
Joan Manuel Tresserras (Rubí, 1955) es uno de los principales ideólogos y referentes intelectuales de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Tresserras es doctor en Ciencias de la Información y durante años fue profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB). Ocupó el cargo de conseller de Cultura i Mitjans de Comunicació durante el Govern presidido por José Montilla en el segundo tripartito (2006-2010), ha teorizado —junto a Enric Marín— sobre la superación del nacionalismo por parte del independentismo catalán de raíz republicana en el libro Obertura republicana. Catalunya després del nacionalisme (Pòrtic, 2019) y ha sido, hasta hace poco, presidente de la Fundació Irla, el centro de ideas y pensamiento vinculado a ERC.
¿Qué supone el procés independentista en Catalunya?
Miramos hacia la segunda década del siglo XXI como un momento en el que el pulso en Catalunya se plantea sólo en clave nacional; sin embargo, lo que hace falta ver del procés es si en Catalunya se está produciendo un relevo en la hegemonía social protagonizado por las clases medias, populares y trabajadoras ilustradas. Sectores que no necesitan que la burguesía les diga hacia dónde debe ir el país y que se plantean que, quizás, les ha llegado la hora de llevar el timón. Formulan la posibilidad de que en Europa se pueda constituir un nuevo tipo de Estado, que es la Catalunya independiente, y que no sería un Estado nación.
¿El proyecto independentista catalán no persigue un Estado nación?
En los Estados nación, la nación se construye desde el Estado por parte de minorías que aspiran a ser hegemónicas. En el caso de Catalunya, quien aspira a la hegemonía son unas amplias mayorías de clases medias, profesionales y trabajadoras y, por tanto, lo que se plantea es la construcción de un Estado, en forma de República, de abajo a arriba. Es una revolución, una transición democrática.
¿Sería factible el encaje de la identidad catalana en un nuevo modelo de Estado?
El Estado español ha tenido muchas oportunidades de asumir su complejidad interna y no lo ha hecho, más bien todo lo contrario: ha puesto todo tipo de obstáculos. Si el Estado no ha sido capaz de aceptarlo, es imposible ser optimista. Xavier Rubert de Ventós decía que para quererse hay que ser dos.
¿Tiene sentido la independencia en un mundo cada vez más interdependiente?
La independencia es poder gestionar las dependencias. España tampoco es independiente. Independiente, lo que se dice independiente, no lo es nadie. Pero no hay ningún Estado en el que la ciudadanía renuncie a su soberanía. Lo que hace falta es poder gestionar las propias dependencias, las cooperaciones, las relaciones, etcétera. Y esto es a lo que aspira la población catalana.
¿Qué formulación tiene esto?
Queremos un Estado propio. Si el Estado español no nos asume como lo que somos, nosotros también queremos uno [un Estado]. [Si eso se diese], probablemente, las relaciones entre Catalunya y España serían más fáciles, amistosas y sencillas.
“Con algunas competencias de Estado, Catalunya podría contribuir a una república federal, pero esto debe plantearse desde España”.
Las izquierdas estatales han ido asumiendo el concepto del Estado plurinacional, algunas por convicción, otras por obligación.
Cabe recordar que el PSOE era federalista; lo que no sé es si abandonó antes el marxismo o el federalismo. Los miedos de las izquierdas españolas llegan al punto de que nunca se ha impulsado y forzado un referéndum entre monarquía o república, por ejemplo. Si no se es capaz de plantear algo tan elemental como esto…
¿Cree que la relación entre Catalunya y España mejoraría con un cambio de la forma de Estado?
Un cambio de la forma de Estado crearía oportunidades.
¿Cuál cree que sería la mejor opción?
Sobre la base de que nuestro objetivo a largo plazo es la independencia, mientras tanto podría haber acuerdos de contribución desde Catalunya a la estabilidad del Estado a través de una república federal que comportara los grados máximos de descentralización con competencias exclusivas. En estas condiciones, se podría avanzar. Pero esto debería formularse desde España.
La reforma del Estatut fue la última propuesta de encaje, pero fracasó. ¿Ahora se podría hacer una nueva propuesta en esta línea?
Fracasó porque se planteó desde Catalunya, no desde España. De hecho, el procés también era una propuesta desde Catalunya para hacer valer el derecho a decidir el futuro político de Catalunya. La respuesta del Estado fue clara: "Es imposible y tenemos los medios para impedirlo".
¿El reconocimiento del derecho a la autodeterminación de las naciones del Estado sería la clave para construir un Estado plurinacional?
Efectivamente. Y probablemente en 2017 habría ganado el ‘sí’ en una consulta por la autodeterminación y ahora probablemente ganaría el ‘no’. Pero el Estado se opone a todo. Acabamos de ver cómo en los acuerdos de investidura se ha pactado el traspaso de Rodalies o la financiación singular para Catalunya, y se oyen voces amenazando al PSOE por negociar con los que algunos llaman gentuza. Esto hace que te preguntes: ¿qué concepción tienen del Estado?
¿El independentismo fue consciente de su fuerza o tuvo suficiente sensibilidad respecto a la diversidad de Catalunya en 2017?
El 1 de octubre de 2017 fue meritorio: algo así solo puede hacerse si tienes una energía social brutal. Hubo mucha gente que estaba a favor; también hubo mucha gente en contra que fue a votar por convicción democrática.
También se produjeron manifestaciones contra el referéndum y la independencia.
Hubo una reacción importante por parte de los sectores españolistas de Catalunya como respuesta a la exhibición de fuerza del independentismo. Esto indica que quedaba trabajo por hacer por parte del independentismo.
El independentismo perdió la mayoría en las pasadas elecciones. ¿Qué factores influyeron?
La represión se ha mostrado eficaz en algunos aspectos, pero también ha habido un desánimo y un desengaño proporcional a las expectativas que se habían generado.
¿Cómo afecta la inmigración en la identidad colectiva catalana?
Las migraciones son un fenómeno estructural en Catalunya: fueron importantes en el siglo XVII y XVIII y se intensificaron durante la industrialización de los siglos XIX y XX, y especialmente durante el franquismo. También ha habido mucho movimiento dentro de la propia Catalunya: del campo a la ciudad [Todos estos movimientos] modificaron [la composición social de] Catalunya.
Mucha de esa migración luchó por los derechos de Catalunya. ¿Ahora esto es posible?
Sí, buena parte de las personas que habían migrado a Catalunya apostó por la inmersión lingüística en catalán. Ahora estas migraciones son del mundo global. Debemos encontrar las posibilidades efectivas para que puedan apropiarse de la cultura catalana a su manera, lo que supondrá un enriquecimiento de la identidad catalana. ◼