Entrevista

“El único lugar donde podíamos haber nacido era Público”​

Texto y fotografías: Jairo Vargas

Hubo un día que Facu Díaz cruzó la redacción de Público con un pasamontañas en la mano. Poco después recibió en su casa una citación ante la Audiencia Nacional. Le acusaban de humillar a las víctimas del terrorismo. Otro día, Miguel Maldonado apareció ataviado con unas greñas postizas llamando a un temerario asalto a los cielos. No volvió a ejercer como realizador del programa; había nacido una estrella de la comedia. Años después de fabricar casi sin darse cuenta Tuerka News, aquel espacio de humor político emitido en Público en 2015, el dúo cómico ha llenado teatros con el show No Te Metas en Política (NTMEP) y escaló a programas de televisión generalista. Con motivo del 15º aniversario del periódico, les obligamos a recordar aquellos maravillosos años.

¿Les siguen llamando “los de La Tuerka”?

Facu: Más de lo que nos gustaría.

Miguel: Cada vez menos, pero siempre hay alguno que te lo suelta.

¿Cómo recuerdan aquellos años en la redacción de Público?

Miguel: Yo me ponía alguna peluca o un disfraz absurdo y grabábamos allí mismo. Había parte de la redacción que nos miraba con ojos amables. Pero había otra gente que se sentía algo violentada.

Facu: Hubo que ganarse el respeto. Que cualquier lector se ponga en lugar de unos periodistas concentrados que, en un momento dado, empiezan a oír los gritos de un chaval murciano con peluca… Fuimos conscientes de que podíamos llegar a molestar.

¿Hubo escarnio?

Facu: Solo fueron miradas, nadie nos lo verbalizó, pero yo lo pasaba mal igualmente.

Miguel: Al contrario, se nos animó y había actitud proactiva. Muchas veces se requirió ayuda de la redacción, redactándonos o informándonos o participando en los vídeos, y siempre hubo amplitud de miras y brazos abiertos.

¿Sin esta redacción se habría forjado este dúo de éxito?

Facu: Quizás nos habríamos conocido en algún momento. Pero esto fue fruto de la casualidad y la precariedad. No había capacidad de contratar a un profesional y un día pregunté: “¿Quién es el tipo más gracioso de aquí y que ya esté dado de alta?”. Nos topamos con Miguel.

Y sus ruiditos.

Facu: Y su acento.

Miguel: Si no es por la confluencia de Público, La Tuerka y Facundo, no estaría hoy haciendo lo que hago. Yo empecé a salir en los vídeos porque no quedaba otra. Luego sonó la flauta. Pero dudo mucho que hubiera terminado así. Sobre todo, ha sido por Facundo.

¿Facu está orgulloso de su criatura?

Facu: No todos los días, pero muchos sí. Miguel intenta darme un mérito de cazatalentos, pero yo solo vi que no tenía otra alternativa. Fue más sencillo de lo que se pueda creer. La aparición de Miguel iba a ser algo anecdótico, para rellenar el hueco.

¿Nacer en Público ha sumado o restado a la larga?

Facu: Público era el único lugar donde podía haber nacido todo esto. Tenía los suficientes medios; con cien euros menos igual no sale.

Miguel: Lo justo para dos pelucas y una cámara. La clave es que para que esto funcionara había que dejar tiempo. En la tele, si algo no funciona a la tercera semana, te vas. En aquel momento, Público era el único sitio donde se podían dar las circunstancias para que esto pasara. Si no es ahí no sé dónde podría haber sido.

Facu: Teníamos una redacción en Gran Vía, un croma montado, una colección de periodistas que nos ayudaba, una dirección absolutamente inconsciente que permitía todo aquello y una plataforma de difusión con millones de lectores. No es fácil volver a juntar todo eso

¿Cómo acabó cada uno en esta redacción?

Facu: Yo empecé en La Tuerka grabando desde mi casa de Blanes cuando se empezó a emitir en Público. Pero nadie me avisó de que entre medias se iba a fundar Podemos. Cuando llegué a Público ya no era solo el salto al periódico, también era meterse en algo con mucho jaleo sobre el que estaban todos los focos. Fue emocionante.

Miguel: Yo llegué de rebote. Uno de los realizadores de La Tuerka era compañero mío de la escuela de cine y había días que no podía ir a currar. Yo le sustituía y al final me quedé.

Y de repente el éxito en un nicho que crecía. Supieron subirse a la ola de la política con sketches mordaces sobre la convivencia IU-Podemos.

Miguel: Fue estar en el momento indicado. Los sketches sobre esa temática antes no habrían interesado a casi nadie. Y un poco después ya tampoco, porque bajó el suflé. Pero en ese momento que ascendía Podemos, que IU se quedaba atrás sin saber leer la situación…

Facu: En realidad la ola nos revolcó. Podemos e IU estaban a palos en sus mítines. Nosotros éramos más cercanos a IU, y eso nos hacía gracia. Nos reíamos de los dos porque nos parecía ridícula esa batalla pública y nos dedicamos a parodiarla. Por eso le gustaba a todo el mundo, aunque las bases de IU y de Podemos lo pasaban regular en esa época.

Quizás a los políticos más implicados no les gustó tanto.

Facu: Pero tuvieron que fingir que sí, y eso es lo bonito. Si le gusta a tu militancia no puedes ser el rancio que venga a decirnos que paremos.

Miguel: Fue inteligente dejarnos hacer esas bromas desde ahí. Venía bien, rebajaba la tensión, casi hacía algo por pacificar.

Facu: Después de la ruptura interna de Podemos, yo incluso intenté reconciliar a Errejón y a Iglesias en una grabación. Pero no se pudo. Fue cuando vi que la cosa dejaba de ser graciosa y empezaba a ser triste.

¿Echáis de menos algo de aquella época?

Miguel: Será un cliché, pero extraño la inconsciencia de entonces. No teníamos miramientos más allá de la broma pura. No pensaba en mi futuro como humorista. No era una cuestión de libertad, sino de peso dramático.

Facu: Ahora hay algo que mantener, que es una carrera. Cuando empezó Tuerka News nadie pensó cuánto iba a durar. Ahora debemos tener todo programado. Y echo de menos trabajar con mucha gente. Yo ahora trabajo solo en Twitch.

El croma, esa simple tela verde para poner cualquier fondo sobre el que improvisar, fue el signo distintivo de vuestra comedia. ¿Se ven volviendo a ese tipo de humor?

Miguel: Sin duda. Lo haría otra vez encantado.

Facu: Las mejores risas han sido grabando así, nos dejaba trabajar sin guiones cerrados.

Fueron cientos de sketches y decenas personajes, ¿con cuál se quedan de todos?

Facu: De todos los mamarrachos que han sacado libros relatando aquella época política, nadie explicó mejor que Ciudadano y comunista lo que pasaba entre la gente de a pie, la militancia y los movimientos sociales. Nadie sabía del todo cuáles eran las diferencias que señalaban las élites de IU y Podemos.

Miguel: Fue el que abrió la lata. De ahí salieron más: el del suero de la verdad con los diputados, la serie en la que un líder de cada partido se hacía youtuber, personajes como Dimitri o Aurelios… Me siguen haciendo risa, los sigo representando en mi día a día en privado.

Han llegado a la cima haciendo humor sobre política, pero también han visto que reírse de la política desde su posición no hace tanta gracia en según qué sitios, como Movistar.

Facu: Uno se pregunta: “¿Si saben cómo me pongo para qué mi invitan?”. Nunca hemos ocultado lo que somos y lo que pensamos como para que se lleven las manos a la cabeza después de contratarnos. También es cierto que una cosa es hacer tu producto y otra cosa es saltar a la tele, al programa de otro. Nosotros pedimos a los medios que no sean polarizadores y de ahí, nuestra responsabilidad de no hacerlo en canales como La Sexta o Movistar. No hago el mismo chiste en YouTube que en un canal de televisión.

Miguel: Tienes que saber para quién hablas. NTMEP era para una audiencia muy politizada. En la tele generalista hacíamos menos chistes de Ramón Mercader o de noticias dolorosas. Cuando un chiste sienta mal, los problemas en la tele vienen porque cierto sector concreto levanta el teléfono y pide explicaciones directamente al señor que dirige esa tele. Y eso solo pasa de un lado hacia otro, siempre es el mismo sector el que se enfada y llama.

Facu: No es comparable la legítima protesta en Twitter de gente a la que no le gusta algo con las llamadas de gente influente o de colectivos ultracatólicos a los directivos de cadenas de televisión.

¿Volveremos a verlos en el formato antiguo? ¿Qué tenemos que esperar de NTMEP?

Miguel: Cuanto menos se espere, mejor saldrá todo. Hasta ahora lo que hemos hecho ha sido de un año de duración. Queremos encontrar un formato bien diseñado y sólido que aguante mucho tiempo. Ya queda poco.

Facu: [Risas] Expectativas bajas. Haremos algo juntos más temprano que tarde. Pero está bien dejar macerar las cosas. Queremos tener de nuevo nuestro propio producto bajo nuestro control.