Tribuna

‘Público TV’ abrió el camino​

Marià de Delàs

Director editorial de ‘Público’ de 2012 a 2016

“Si es cierto que no se puede decir nada en la televisión, ¿no debería concluir, junto con un buen número de intelectuales, de artistas, de escritores, y de los más destacados, que sería mejor no utilizarla como medio de expresión?”. La pregunta la lanzó el sociólogo Pierre Bourdieu en una conferencia televisada.

El politólogo conservador Giovani Sartori también dejó escrito en un polémico ensayo sobre la imagen que la televisión “destruye más saber y más entendimiento del que transmite”.

Comparten con frecuencia reflexiones parecidas no pocas personas de la vida cultural, académica, política… Y tienen bastante razón, pero no por ello pueden ignorar lo que se explica a través de pantallas de todo tipo.

Incluso aparecen en ellas. Eso ya era así antes de que se generalizara en las grandes cadenas el recurso a la producción barata, que consiste en llenar horas de programación con contertulios que improvisan prédicas sobre cualquier tema. Quedamos ya pocos nostálgicos de la preparación concienzuda de las coberturas informativas, con documentación previa, desplazamiento a los lugares de las noticias para grabar y luego visionar, seleccionar y editar reportajes con criterio sobre aspectos significativos de la realidad.

Barata o cara, sin embargo, la producción audiovisual y su difusión fueron terrenos de difícil acceso hasta que se produjo el desarrollo espectacular de la comunicación a través de ordenadores y dispositivos móviles. Eso cambió muchas reglas del juego y despertó la ilusión en torno a una democratización de la información, también la audiovisual. Quien no publica es porque no quiere, se dijo, y ciertamente, así se puede imaginar si se pasan por alto las desigualdades económicas y las dificultades derivadas de la brecha digital. Hacen falta además equipos de profesionales preparados para batallar por la visibilidad y la credibilidad de los contenidos. En Público se vio muy pronto que era posible y necesario aprovechar las nuevas herramientas para ensanchar grietas abiertas por las tecnologías digitales.

Nos pusimos a trabajar en la difusión de piezas de actualidad, conectábamos en directo con algunos de los acontecimientos y grandes movilizaciones que tuvieron lugar durante la pasada década, como las que se produjeron en torno al Congreso, las manifestaciones relacionadas con la huelga general de 2012, las mareas verde, blanca y roja en defensa de los servicios públicos, las marchas por la dignidad de 2014, y un larguísimo etcétera. En algunas ocasiones las cifras de audiencia para un medio digital como el nuestro eran espectaculares. Tanto era así que amenazaban con saturar la capacidad de nuestros servidores.

Buscamos además la manera de contar con un set de realización para la producción de programas, en nuestra propia redacción. Empezamos con una modesta cadena de cámaras robotizadas, recicladas, y un decorado más que sencillo, que nos permitieron dar continuidad con periodicidad diaria al programa que ya habían impulsado previamente Pablo Iglesias y el equipo de La Tuerka. Público TV se convirtió en un medio pionero envidiado por su audacia y su capacidad de marcar agenda también en TV.

La Tuerka mejoró y se consolidó de la mano de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero. Cambió sus formatos y quedó abierto el camino para la producción de nuevos programas, como el espacio dedicado a la economía política, Eko; o La Klau, desde Catalunya; o las mesas redondas organizadas por Espacio Público, transmitidas en directo desde salas de actos o desde el propio set de Público TV, sobre debates previamente realizados por escrito en torno a grandes cuestiones de nuestro tiempo.

Público TV demostró con su actividad que era posible la recuperación del debate televisivo como un formato ordenado y culto, entre personas muy diversas, civilizadas y documentadas, preparadas para contrastar puntos de vista educadamente y para transmitir conocimiento de manera eficaz. Nada que ver con las broncas entre tertulianos o hipotéticos famosos.

Público TV dejó desprovistos de razones a quienes insisten en que la televisión es en esencia una herramienta irritante e inútil para acercarse a la realidad. Abrió la puerta a la emisión de espacios como El Tornillo o Deforme semanal. También a programas satíricos como La Tuerka News. Ahí se dieron a conocer Facu Díaz y Miguel Maldonado. Sus videos se compartían de móvil a móvil frenéticamente y decidieron, con la complicidad del Teatro de Barrio de Madrid, la creación de un Late Night semanal, con público. No te metas en política (NTMEP), un espectáculo con diferentes piezas que luego se emitían por separado en Público TV.

Este periódico también se esforzó y se esfuerza en producir y emitir videoblogs de análisis, programas de entrevistas, de debate, de noticias. Por ellos han pasado infinidad de personas, enseñantes, sindicalistas, activistas, escritoras… En la Frontera ha dado la palabra a muchas de ellas. La Base se ha convertido en un espacio de referencia para quien pretenda desentrañar las claves de la política actual.

Público TV demuestra y demostrará que otra televisión es posible.