Patio central del castillo de Bellver en la ciudad de Palma

Los castillos de Mallorca

Mallorca atesora numerosas fortalezas, antiguas edificaciones de aspecto imponente que fueron construidas con distinta funcionalidad, desde aquellas levantadas para vigilar la costa y servir de refugio a la población, hasta aquellas otras que constituían residencias reales. Situadas en parajes únicos, con una belleza y una historia singular, conocerlas es otro de esos grandes atractivos que ofrece la isla a los visitantes.

Los castillos de Mallorca configuran lugares en los que soñar y recordar un pasado esplendoroso. Sin duda, entre todos ellos, el más famoso es el de Bellver, una construcción de planta circular, con tres torres adosadas y la torre del homenaje, que comenzó a levantarse allá por el año 1300 y que no estaría acabada hasta una década después.

Situado a tres kilómetros del centro de la ciudad de Palma, en un altozano desde el que se disfrutan unas maravillosas vistas, el castillo de Bellver fue concebido como residencia real, aunque sus usos variaron con el paso del tiempo. A principios del siglo XVIII sirvió de prisión militar, en el XIX fue utilizado como fábrica de moneda y, entre 1936 y 1938, fueron encarcelados tras sus muros más de 800 republicanos durante la guerra civil española. En la actualidad, este palacio fortaleza alberga el Museu d’Història de la Ciutat, con exposiciones temporales y permanentes, además de servir de espacio para diversas actividades culturales. Las visitas para conocerlo pueden realizarse todos los días del año salvo los lunes, jornada en la que se cierran sus puertas.

A diez minutos en automóvil del castillo de Bellver, en la bahía de Palma, se localiza el antiguo Castell de Porto Pi (siglo XVII), conocido popularmente como castillo de San Carlos, actual Museo Histórico Militar. A lo largo del siglo XX, esta fortificación fue utilizada como prisión de oficiales y batería de salvas hasta convertirse en 1981 en centro museístico. De igual modo, no se puede abandonar Palma sin acercarse a descubrir el Palacio de la Almudaina, un antiguo alcázar, remodelado durante el siglo XIV, donde se estableció la corte de los reyes mallorquines. Hoy en día es la residencia oficial de verano del rey de España, y es visitable de martes a domingo a lo largo de todo el año.

Castillo de Capdepera, en Mallorca, construido por orden del rey Jaime II

El municipio de Andratx también puede presumir de estas construcciones. En él se alza el castillo de Son Mas, donde se encuentra instalado el ayuntamiento de la localidad, así como el castillo de Sant Elm, una fortificación del siglo XIV, con 700 metros cuadrados, que acoge el Centro de Interpretación de las Torres de Defensa de Mallorca. La ubicación no puede estar mejor elegida, pues en este término también se conservan torres defensivas como la Torre de Cala en Basset y la Torre de Sa Mola, en la península de La Mola.

En la parte noreste de la isla, se erige el castillo de Capdepera (siglo XIV), en el término municipal del mismo nombre. Rodeado por su muralla gótica, la fortaleza forma parte de un conjunto arquitectónico en el que se incluye la torre de Miquel Nunis (siglos IX-XI) y la iglesia de Nostra Senyora de l’Esperança (siglo XV), así como las torres anexas de Sa Boira, de Ses Dames, d’en Banya y del Costerans. El castillo se construyó para vigilar el canal de Menorca, además de servir de refugio a la población y protegerla de los ataques de los piratas. A ocho kilómetros, se localiza la Torre de Canyamel (siglo XIII) con un torreón central de 23 metros de altura desde el que contemplar todo el entorno, que alberga un museo permanente y en la que es posible organizar eventos, celebraciones y actividades culturales.

Pero si hay unas fortalezas características de Mallorca son sus castillos roqueros, situados en zonas altas y estratégicas, con sus murallas levantadas sobre los acantilados y estructuras que se fusionan con el pedregoso terreno. El castillo de Santueri (Felanitx), el castillo del Rey (Pollença) y el castillo de Alaró (Castell d’Alaró) son tres de ellos. Precisamente el de Alaró es uno de los más espectaculares, ya que se ubica a 815 metros de altitud sobre el nivel del mar y alberga una estación meteorológica y una hospedería, con cafetería y restaurante, que también sirve de refugio de montaña.

Castillo del Rey, uno de los tres castillos roqueros que hay en la isla de Mallorca. Fotografía: Wikimedia/Albireo386 CC BY-SA 4.0

Tampoco se puede olvidar la Torre des Cap Andritxol y el singular castillo de Bendinat, en el municipio de Calviá. Fue el marqués de la Romana quien, en el siglo XIX, mandó construirlo, tomando como inspiración los castillos centroeuropeos. En la actualidad es un establecimiento hotelero y sede de la Fundación para la Conservación de Mallorca.

Para terminar el recorrido por los castillos de Mallorca, en la hermosa isla de Cabrera se alza el castillo medieval del mismo nombre, que da la bienvenida al visitante al arribar a su puerto. La fortaleza es una de las visitas imprescindibles en el siempre recomendable Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago Cabrera.

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