Anterior: La magia de volar.
Cuando volamos, rara vez somos plenamente conscientes de las múltiples capas invisibles a nuestro alrededor que nos cuidan sin que nos demos ni cuenta. Desde los incontables conceptos de seguridad esencial integrados en el diseño de nuestra aeronave hasta los sofisticadísimos sistemas de control de tráfico aéreo modernos, pasando por la seguridad más física y básica, hay miles de «ángeles» humanos y tecnológicos guardando tu vuelo y el de quienes van contigo. Sólo existe una manera de viajar con más protecciones: exige años de entrenamiento, cohetes y la llamamos cosmonáutica.
Iremos viendo estas capas, pero hoy quiero hablarte de una que por su cercanía y al mismo tiempo su «invisibilidad» me resulta especialmente interesante. Es el llamado handling, que viene a traducirse como asistencia en tierra. El handling es el sistema que logra que tu avión disponga de todo lo necesario para volar y vuele habitualmente a su hora con todo lo que tiene que llevar: tus maletas, tu comida, tu combustible y tú, o yo, entre otras mil cosas más.
Ahora multiplica eso por varios millones de pasajeros al día, día y noche, todos los días del año, llueva, truene o haga calor, para todas las combinaciones de destinos imaginables, manteniendo la máxima puntualidad posible, sin perder nada –o casi nada– por el camino. Es complejísimo. Y ahí es donde entran en juego entes complejísimos como el hub control. Para ver cómo va esto, vamos a hacer una visita al sistema de handling de Iberia en la terminal T4 de Barajas, un importante hub por donde pasan unos 35.000 pasajeros al día. Es una pasada, te lo advierto. 😉
Iberia handling, Madrid T4.
Grandes aerolíneas como Iberia tienen varios negocios distintos. El más conocido de todos es, naturalmente, los aviones. 😉 Vamos, vender pasajes y llevar a cabo los vuelos. Pero, por ejemplo, también se dedican al mantenimiento de sus propias aeronaves y las de muchas otras compañías. O a esto del handling que estamos hablando, igualmente para sí mismos y como doscientas compañías más en 41 aeropuertos de España. Llevan 86 años en ello, lo que representa un know-how de ese ciertamente notable. En el caso del handling de Iberia en la terminal T4 de Madrid todo gira en torno al hub control propiamente dicho. Esta es una sala provista de medios informáticos y personal experimentado que constituye el cerebro de todo el sistema. Tiene estas pintas:
Bien, vamos allá. Lo primero, fíjate en la pantalla gigante del fondo. A la derecha tenemos el reloj, que es el jefe y podríamos decir que el tirano de todo medio de transporte que se precie. 😉 Si la puntualidad en los transportes es y ha sido siempre importantísima y un motivo de orgullo profesional, cuando hablamos de hubs que concentran cientos de vuelos e intercambios diarios resulta simplemente esencial. Incluso pequeños retrasos en un hub importante provocan olas que se extienden por varios continentes. A la izquierda hay una lista de todos los vuelos en curso. Y al centro, podemos ver una representación en tiempo real de todos los aviones que están en proceso en ese momento:
Los que están en gris, significa que están inactivos. Los que están en verde, que todo va como debe. Si surge cualquier incidencia, inmediatamente el símbolo del avión afectado se pone en rojo y, entonces, el área competente en el hub control se pone manos a la obra para que esa incidencia no se convierta nunca –o casi nunca– en un retraso. Y parece que no se les da mal: en Iberia se muestran muy orgullosos de haberse situado entre las aerolíneas más puntuales del mundo y, después de haber visto cómo funciona todo, no es de extrañar. Sólo cuando un avión está totalmente completado y «en verde» puede iniciar los procedimientos de arranque y despegue.
¿Qué controla el hub control? ¡Todo! 😀 Todo lo que necesite el avión en tierra. Habrás observado que hay tres filas de puestos de trabajo. En la primera, se asignan los trabajos para todos los equipos móviles –jardineras, push back, escaleras…–, en la segunda se ocupan del área de facturación y embarque –se controla si hay mucha fila para facturar, si hay que reforzar el embarque de un vuelo con un tercer agente para agilizarlo…–, y en la tercera están los coordinadores, la figura sobre la que gira gran parte de la responsabilidad de las tareas que se desarrollan alrededor de un vuelo. Cada avión tiene un coordinador de handling asociado, cuya función es asegurarse de que todo se realiza acorde a procedimiento. Por su parte, el coordinador del hub control es el responsable de que todas las operaciones en todos los aviones sean como tienen que ser. Cada uno de esos pájaros con alas de metal y composites lleva 200 o 300 vidas a lo fácil. No son esas responsabilidades pequeñas, no.
Veamos, por ejemplo, cómo funciona el tema de las maletas. En el momento en que facturas un bulto, habrás observado que al mismo se le engancha un código de barras. Este código de barras desempeña varias funciones, pero especialmente dos. La primera, es que ese código de barras es un identificador único que a todos los efectos convierte a tu bulto en único en el mundo entero. Mientras conserve el código de barras, se puede trazar, esté donde esté. La segunda función es vincularlo a ti (a tu código de identificación como pasajero, que es también único en el mundo.) Así, el sistema puede saber en todo momento de quién es ese bulto y dónde está.
Tus maletas vuelan contigo en la bodega de carga de tu mismo avión, introducidas en unos contenedores especiales para aviación que se llaman elementos unitarios de carga (ULD). Salvo en un caso que te comentaré después, está terminantemente prohibido que un bulto vuele sin pasajero asociado a bordo de la aeronave. Si un pasajero ha facturado equipaje y no se presenta al vuelo, el contenedor se descarga del avión, se sacan sus bultos y se vuelve a cargar sin ellos. Como por ejemplo, aquí:
Desde que facturas tu maleta hasta que llega a ese contenedor en el que viaja en el avión pasará por varios sistemas de seguridad y el SATE –Sistema Automatizado de Tratamiento de Equipajes– del aeropuerto que la “arroja” en una nave de carga donde se encuentran los llamados hipódromos, cintas transportadoras que permiten la rápida transferencia de los bultos entre vuelos gracias a su identificador único y la ruta asociada. Y así de aeropuerto en aeropuerto. De ese modo, es posible facturar una maleta en cualquier lugar, subirte a tu avión y bajar en cualquier otro lugar para encontrártela otra vez allí, con independencia del número de escalas que hayas hecho entre medias, sin que tú tengas que preocuparte de nada.
¿Y qué ocurre si a pesar de todo una maleta se pierde? Pues que… no se pierde. 😀 En la mayoría de ocasiones sólo está descoordinada y pasa al «limbo», esto es, un sistema de reasignación automática que intentará siempre ponerlas en el siguiente vuelo con rumbo a tu destino. Por ejemplo, en Iberia han desarrollado un sistema de gestión de equipajes que no solo es capaz de “reconciliar” tu maleta para enviarla a su destino sino que, además, es responsable del sofisticado sistema de equipajes en conexión que ofrece en la T4 a compañías como Qatar, uno de los más importantes de esos más de 200 clientes a los que atiende en 41 de nuestros aeropuertos.
Handling total.
Aunque he hecho hincapié en lo de las maletas porque es lo que más suele interesar, no quiero que te quedes con la idea de que el handling es «lo de las maletas.» Como te decía al principio, el handling cubre toda la asistencia en tierra al avión, excepto el mantenimiento y reparaciones. Incluye cosas tan relevantes como el repostaje del combustible necesario para el vuelo u otras sin las que el pasaje lo pasaría bastante mal, como por ejemplo el catering, es decir, las bebidas y comidas, y con las cosas de comer y beber no se juega (sobre todo en vuelos muy largos.) Aquí vemos cómo las cargan, es ese vehículo de «Gategourmet» 😀 :
El handling se extiende incluso al momento en que el avión ya está autorizado y listo para empezar a moverse. La última operación de la asistencia en tierra es el push-back, para sacar al avión de su plataforma de aparcamiento y empujarlo ya a la zona de maniobras, donde empezará a moverse por sus propios medios. Se hace con estos vehículos tan curiosos… y potentes, porque levantan el tren delantero y así se lo llevan (el avión de esta foto era un Airbus A330 con destino a Río, que pesan cerca de 250 toneladas):
Lo que sí me gustaría transmitirte es la idea de control total, porque se parece mucho a la realidad. En el momento en que facturas tus bultos en el aeropuerto de partida y fichas en la puerta de embarque, entras en el sistema y ya no te abandonará hasta que bajes del último avión y los recojas en el aeropuerto de destino, todo ello en tiempo real, a lo largo de continentes, océanos y el mundo entero. En todo momento se sabe dónde estás tú, dónde están tus cosas, y también dónde está tu comida, tus bebidas, el combustible de tu avión, sus necesidades de servicio, etcétera.
El handling, además de útil y cómodo para el pasaje, es un importantísimo elemento de la seguridad aeronáutica que asegura que tu avión esté correctamente equipado, correctamente mantenido, correctamente repostado, con todos los bultos comprobados y vinculados a un pasajero que se encuentra a bordo o verificados por los sistemas de seguridad de carga, sabiendo dónde va a parar exactamente cada objeto y persona y listo para el pushback. Sólo entonces tu avión comenzará a rodar, momento en el que pasas a otra burbuja de seguridad con su propia colección de múltiples capas invisibles de la que hablaremos más adelante. Sin estos sistemas tan sofisticados, integrados y flexibles de servicio en tierra, tal cosa sería imposible. Hacerlo bien exige trabajadores con una extensísima experiencia y medios así de complejos y afinados durante generaciones de gentes del cielo, por mucho que curren en el suelo. El handling no sólo es importante para proporcionar un buen trato al pasaje hasta donde resulte humanamente posible, sino que es un componente esencial para la seguridad del vuelo que hace que la aviación sea esa maravilla cotidiana que es hoy, y aún más maravillosa que será.