La importancia de protegerse frente al VPH: Aquí las razones

El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más frecuente. Su consecuencia más importante: la infección puede producir cáncer. Afecta tanto a mujeres, como a hombres.

De los más de 100 subtipos de VPH que existen, los especialistas ponen especial atención en el 16 y el 18, que son los encargados de producir los carcinomas. Y no sólo de cuello de útero, sino también otros cánceres como de orofaringe o de cavidad oral como decimos. Concretamente, el VPH es responsable de aproximadamente el 100% de los cánceres de cérvix, del 90% del cáncer anal, y del 70% del cáncer de orofaringe y vagina.

Además, de los pacientes diagnosticados de cáncer de orofaringe, entorno a un 14% de ellos son VPH positivos, con una tendencia al alza. Es actualmente la principal causa de este cáncer.

Este tipo de cáncer se contrae por contacto directo de mucosas, sobre todo durante las relaciones sexuales de cualquier tipo: anal, vaginal u oral. Y no solamente en casos de pacientes con lesiones, sino que pacientes sin lesiones también pueden transmitir el virus

La importancia de la vacuna

Pero hay una buena noticia: se trata de una enfermedad altamente prevenible mediante la vacunación, tanto en niñas como en niños. Hoy en día afecta a unas 30.000 chicas, y a unos 20.000 chicos en Europa; de los que aproximadamente la mitad fallecerán víctimas de un cáncer.

Y no hay que olvidar otra cosa: el VPH es la infección de transmisión sexual más común también en verano. Por ello, y para disfrutarlo al máximo, los expertos recomiendan acudir a consulta para una revisión. Otra cosa importante y destacada sobre esta inyección es que a la vacunación frente al VPH se le concedió precisamente el Premio Nobel de Medicina.

Vacunación idónea: a los 12 años

De hecho, la vacunación es posible y recomendable a cualquier edad. Se puede vacunar cualquier persona, sin distinción de edad ni sexo. Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP), se recomienda la vacunación sistemática universal frente al VPH en ambos sexos, y preferentemente a los 10-12 años.

Es importante su administración antes del inicio de las relaciones sexuales, para prevenir la enfermedad oncológica, así como la carga de la enfermedad no oncológica relacionada con este virus. En Andalucía, se pueden vacunar frente al VPH de forma gratuita las chicas y chicos de 12 a 18 años, así como personas incluidas en grupos de riesgo de VPH.

Hoy en día “de vacunas seguras”, tal y como demuestran los diferentes ensayos clínicos, apunta la AEP, así como vacunas “efectivas” (estudios poscomercialización) a la hora de evitar no sólo la infección persistente, sino también las lesiones preneoplásicas asociadas a los VPH de alto riesgo más prevalentes (VPH 16 y VPH 18). Se han publicado recientemente datos que confirman la efectividad vacunal frente al cáncer de cérvix.

Sí a la vacunación, a pesar del virus

La vacunación es recomendable incluso teniendo ya el virus. Aquellas pacientes que tengan el virus, incluso con más razón debemos vacunarlas, porque el virus lo podemos tener, eliminar, y volver a contraerlo. Así que recomendamos la vacunación siempre, sin distinción de sexo ni de edad. Es más, hasta el 80% de las pacientes sexualmente activas en algún momento de su vida va a tener el virus. Por suerte, la mayor parte de las veces es una infección transitoria; lo que significa que adquirimos la infección del virus y el cuerpo solo, la inmunidad, lo elimina. Pero eso no siempre es así: si persiste esa infección es cuando nos puede generar lesiones premalignas de cáncer de cuello de útero.

¿Y qué tenemos que hacer? Lo importante es que el cáncer de cuello de útero es una enfermedad prevenible; podemos hacer algo por evitar que llegue a producirse el cáncer. Para ello, hay que acudir a revisiones periódicas y, sobre todo, lo principal: vacunarse. Como hemos contado, la vacunación del VPH está incluida en el calendario en niñas y niños a partir de los 12 años (hasta los 18). Pero insistimos en que la vacunación es posible y recomendable a cualquier edad.

Síntomas de alarma

Debemos alarmarnos ante síntomas como el dolor de garganta, el dolor a la hora de movilizar la lengua, o problemas a la hora de articular la mandíbula, así como la aparición de úlceras, o de lesiones en la boca, así como frente a la aparición de bultos en el cuello, y adenopatías.

Ante la aparición de cualquier lesión a nivel de la boca, la lengua, las amígdalas o bultos en el cuello, no hay que dudar a la hora de contactar rápidamente con el médico especialista para una adecuada exploración y diagnóstico. Para prevenir: la vacuna y el método de barrera por excelencia, el uso del preservativo.

Informar sobre ello es una labor esencial por nuestra parte como médicos, porque la mayoría puede pensar que una vez iniciadas las relaciones sexuales ya no se pueden vacunar. Nada más lejos de la realidad.