El pasado de Baetulo resurge 2.000 años después

El reciente hallazgo de un tramo de Vía Augusta se suma al descubrimiento en verano de una gran villa en las afueras de la ciudad romana, un yacimiento que corroboró el papel de productor de vino de Badalona

Una vez al año, allá por el mes de abril, Badalona retrocede un par de milenios y deja sus calles a merced de los romanos: legionarios, gladiadores, ciudadanos de a pie y profesionales de distintos oficios toman la vía pública para goce y disfrute de los vecinos y vecinas de la ciudad del siglo XXI. Se trata de la Magna Celebratio, una fiesta que ejemplifica a la perfección cómo vive el municipio su identidad y sus orígenes, los de la romana Baetulo. Historia clásica que se puede visitar y contemplar –cada día, al margen de la mencionada celebración– en diferentes puntos de la localidad, que cuenta con ruinas y yacimientos muy bien conservados. "De los mejores de Catalunya", aseguran fuentes de la Direcció General de Patrimoni Cultural de la Generalitat. Y donde no han dejado de aparecer, durante los últimos años, elementos que han permitido corroborar algunas teorías –por ejemplo, la importancia de Baetulo como productora y exportadora de vino– e invitado a reformular determinados aspectos de la antigua Badalona. Los nuevos hallazgos han ayudado a modificar los límites de la ciudad romana y constatar la existencia de actividad humana más allá del núcleo urbano. Nuevas huellas de una ciudad desaparecida que sigue interpelando al ciudadano desde el pasado.

Baco, el rostro del pasado romano

La intervención más importante del último lustro tuvo lugar en 2017, en el lateral de la autopista C-31 a su paso por Badalona. Las obras de la carretera fueron precedidas por una excavación que dejó al descubierto numerosos vestigios significativos, entre ellos un busto de Baco de excepcional valor. El rostro del dios del vino acabó siendo la cara visible de unos trabajos arqueológicos que duraron varios meses y en los que también se descubrieron mosaicos y casas romanas de familias pudientes. Un hecho que obligó a los expertos a replantear la visión que se tenía de la antigua Baetulo, cuyos límites hipotéticos estaban situados hasta entonces en la C-31, unos metros más abajo. "Algunas intervenciones anteriores, no tan conocidas, ya nos habían puesto en alerta años atrás, pero el nuevo hallazgo nos hizo mover la barrera mental de la ciudad definitivamente", recuerda Clara Forn, arqueóloga del Museu de Badalona.

"Desde los años 70 y 80, cuando la voluntad de excavar y de proteger el patrimonio era ya muy notable, hemos ido colocando las piezas de un puzle que, hasta hace poco, parecía estar bastante completo, porque teníamos mucha información. Pero últimamente hemos tenido que replantearnos algunas cosas. No todas, porque había un trabajo de base notable, con buenas hipótesis. Algunas hemos podido comprobarlas, otras hemos tenido que reelaborarlas", explica la arqueóloga.

Nuevo hallazgo de la Vía Augusta

Las intervenciones arqueológicas no se detienen en Badalona, parte de cuyo subsuelo está considerado Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat, concretamente aquel que se halla debajo de su casco más antiguo, alrededor del Museu de Badalona, en el corazón de Baetulo. Allí, la ejecución de pequeñas obras privadas ha ido alumbrando importantes descubrimientos, como el mosaico único en la ciudad encontrado en 2015 en una construcción y que se extrajo para incorporarlo al catálogo municipal. La última actuación de este tipo, de hecho, se anunció este mes de diciembre, después de que las obras de una promoción inmobiliaria dejaran al descubierto un tramo de la Vía Augusta que cruzaba Baetulo a 350 metros de la puerta occidental que daba acceso a la ciudad, muy cerca de la actual estación de metro de Badalona-Pompeu Fabra.

El resultado de la excavación son unos 40 metros de vía de 5,5 metros de ancho, que datan de la primera mitad del siglo I a. C., momento en el que Baetulo fue fundada. Además, se han documentado varios edificios, un conjunto muy relevante de los suburbios de la antigua ciudad que demuestra la ocupación del espacio entre el siglo I a. C. y los siglos V-VI d. C. Incluyen un taller metalúrgico, un recinto funerario, un edificio monumental y un mausoleo. Los restos permiten elaborar una cronología ininterrumpida de 700 años de historia, y su singularidad "justifica que parte del solar –180 m2– se conserve y se incorpore en un futuro cercano a los espacios arqueológicos del Museu de Badalona", argumenta el Consistorio. De hecho, el alcalde de la ciudad, Álex Pastor (PSC), reivindica que "Badalona podría ser la primera ciudad catalana en tener un tramo de Vía Augusta romana museizado".

Una villa en las afueras

El anuncio está en sintonía con la excavación de considerable tamaño que se dio a conocer en julio, también fuera de los límites de la ciudad romana y a unas decenas de metros del tramo de Vía Augusta. Badalona avisó del descubrimiento de una gran villa, con una extensión de 2.600 m2, que consolidó la creencia de que la urbe fue un importante núcleo productor y exportador de vino. La ubicación no es otra que el solar del Área Residencial Estratégica de L’Estrella, una pastilla de terreno gestionada por la Administración –tiene que acoger viviendas de protección.

Silos, depósitos, contenedores de cerámica y otros elementos constructivos vieron la luz a unos minutos a pie del centro de la ciudad. Pero el hallazgo estrella fue una lámpara de terracota con forma de gladiador. "Mide unos 20 centímetros y parece que se usó muy poco. La estamos estudiando, porque no encontramos paralelismos con otras figuras. Estamos buscando algo similar en otros países. Es un elemento excepcional. Es una pieza muy minuciosa y de importación", detalla Forn.

Fuentes del museo apuntan que, según las inscripciones encontradas en algunos restos, la villa podría estar relacionada con Marcus Porcius, un gran productor vitivinícola local que distribuyó su caldo por todo el Imperio romano. El yacimiento, además de permitir consolidar la imagen de Badalona como territorio productor de vino, también ha ampliado el conocimiento sobre la evolución temporal de Baetulo, mucho más allá de la cultura romana, pasada incluso la época medieval. "Al ser una villa de producción, no residencial, en ella no había tanto lujo o patrimonio. Pero marca unas cronologías de ocupación que nos han permitido ampliar el horizonte temporal: nos ha dicho que hubo movimiento de población más allá de lo que teníamos documentado hasta ahora", subraya la arqueóloga. Eso es significativo porque, según la responsable del museo, no es fácil encontrar restos de ciertas épocas. "La ciudad se va construyendo sobre sí misma y así se va perdiendo información. Por eso no tenemos conocimiento de ciertas épocas", añade.

La gestión del patrimonio en las urbes

De la gestión de este patrimonio se encarga el Museu de Badalona, extensión del Ayuntamiento. Ambas instituciones se coordinan en el ámbito urbanístico para tramitar excavaciones y prospecciones, siempre con la voluntad de hallar y proteger. A ojos de la Agència Catalana de Patrimoni Cultural, se trata de un "modelo de éxito y buena gestión". "Todo lo que han hecho Museu y Consistorio en lo que a operaciones urbanísticas se refiere es excelente. Conozco pocos casos de operaciones de este tipo con la calidad de las de Badalona, incluso a nivel europeo", enaltece el director de la agencia, Josep Manuel Rueda.

Rueda considera que la forma en que se aborda la arqueología en Baetulo constituye un modelo a seguir por la forma en que combina lo patrimonial y lo urbanístico. Aunque admite y admira la potencialidad y magnitud de la vecina Barcino –la Barcelona romana– y el trabajo que se lleva a cabo en la capital catalana, Rueda destaca que la implicación y los resultados obtenidos en Badalona son también magníficos. "Son objetos y elementos de primera línea, como el Bacus o la última lámpara del gladiador. La museografía que se ha hecho en Badalona es espectacular y todo el mundo sale siempre muy sorprendido del museo", relata. La localidad se enorgullece de presentar ruinas romanas de gran tamaño y muy bien documentadas, sobre las cuales se construyó el actual museo: las termas, el decomanus, las domus romanas, un jardín de una casa familiar con piscina y otros elementos preparados para recibir a los visitantes con todo lujo de detalles. Y aún hoy siguen los trabajos para abrir nuevos espacios, como es el caso de la Casa de l’Heura, que esperan abrir en breve, tras ser excavada en 1999.

RECLAMO PARA EL TURISMO CULTURAL

A pesar del empeño badalonés, el debate sobre cómo atraer más turismo de fuera de la ciudad sigue siendo latente y complejo. "Para nosotros, cuanta más inversión en difusión se haga, mejor. Trabajamos mucho la divulgación y hacemos jornadas como la Nit dels Museus, para llegar al máximo de gente. Pero nos gustaría tener más repercusión. Y grandes hallazgos como los de estos años nos dan visibilidad", celebra la arqueóloga Clara Forn, orgullosa del trabajo patrimonial e histórico de la ciudad: "Quién viene repite". "Atraer turismo a lugares como Badalona es una lucha constante. También a nivel interno en Catalunya. Hay que hacer que la gente lo vea como parte de su identidad. Y eso no es fácil", dice el director de la Agència Catalana de Patrimonio Cultural, Josep Manuel Rueda.