"Me cansé de hacer lo que quería el señorito... y sufrí las represalias"
Alfonsa Asperilla tiene 55 años. Fue despedida del Hotel EXE Getafe, donde limpiaba habitaciones, por luchar por sus derechos. De...
Alfonsa Asperilla tiene 55 años. Fue despedida del Hotel EXE Getafe, donde limpiaba habitaciones, por luchar por sus derechos. De hecho, consiguió crear una sección sindical. Ahora está en el paro y cree que le costará encontrar otro trabajo.
¿Por qué decidieron sindicarse?
Llevábamos años encadenando subrogaciones abusivas. Casi siempre perdiendo la antigüedad y muchas veces con medidas de presión para firmar. No te pagaban el último mes para luego chantajearte: o aceptabas la subrogación o no veías tu dinero. Además, reclamamos que se nos respetara la jornada laboral ya que casi todos los días hacíamos entre 10 y 12 horas. Se consiguió, pero pagamos su precio.
¿Cuál fue ese precio?
Empezaron las represalias. Trajeron a una nueva gobernanta que convirtió nuestro trabajo en un martirio. Todo eran prohibiciones, amenazas y boicots. Sobre todo, intentaba ponernos a unas contra otras. Creó un clima irrespirable. Y luego llegaron los despidos… La primera fue una compañera a la que echaron por faltar un día al trabajo después de que la gobernanta le negara un cambio de turno para cuidar de su hijo. Después, nos acusaron de causar desperfectos en las habitaciones y nos retiraron el servicio. Dijeron que nos iban a reubicar a todas, pero solo lo hicieron con las que no estaban sindicadas.
¿En qué situación se ha quedado tras el despido?
Pues con 55 años me veo en el paro. Cobraré 700 euros durante ocho meses. Ahora vivo de alquiler con mi hija, que es camarera de piso a tiempo parcial y tiene una niña pequeña. Ahora su pareja ha encontrado trabajo y se va a venir a vivir con nosotros. Ganamos lo justo para pagar los gastos, pero entre todos tiramos para adelante.
A la vista de los resultados, ¿se arrepiente?
Cada noche cuando bajaba a la taquilla me sentía pisoteada. Ahora estoy contenta conmigo misma. Ya me buscaré la vida, pero no podía seguir así. Me cansé de hacer siempre lo que quería el señorito. Había días que salía de casa a las seis de la mañana y regresaba a las dos de la noche, todo ello sin que se me pagaran horas extra. ¿Ha empezado a buscar trabajo? Ahora estoy litigando para nuestra readmisión, pero algo habrá que buscar.. Aunque ahora me encuentro con otro problema: tengo difícil volver a ser camarera de piso. ¿Quién va a querer contratarte cuando estás dando la cara? ¿Toca reciclarse a los 55? Pues como siempre. Aprendiz de todo y maestra de nada. Al final algo saldrá. Total, tal y como está la cosa, no faltan sitios en los que quieran abusar de ti.