.- DAVID AGUILAR SÁNCHEZ

Vivir en las cuencas hoy: la vida después de la minería

Diego Díaz Alonso

De los ocho municipios españoles superiores a los 10.000 habitantes que más población han perdido en la última década, siete están en Asturias. Los siete son mineros, o mejor dicho, exmineros. Desde el inicio de la desmantelación minera, en 1990, hasta la actualidad, los valles mineros perdieron 65.000 habitantes. España se vacía por Asturias y Asturias se vacía por las cuencas, un territorio en el que la mitad de la población tiene más de 50 años.

Faltan los jóvenes, y sobre todo los más cualificados. En 2005 un 41% de los jóvenes de las comarcas mineras estaban en posesión de un título universitario, un porcentaje alto dentro de una comunidad, Asturias, que destaca por ser la cuarta con más licenciados de toda España. Enviar a los hijos a la Universidad, hacer realidad la consigna de "El hijo del obrero a la Universidad", es un éxito individual y colectivo de la clase obrera. El movimiento obrero logró derribar las barreras que impedían la popularización de los estudios superiores, pero no consiguió los puestos de empleo para los hijos de esa clase trabajadora que por primera vez colocaba orgullosa la orla universitaria en el salón de casa.

El desajuste entre una alta cualificación y un mercado laboral con escasa oferta de empleo, y sobre todo, de empleo cualificado, se iría resolviendo con la emigración juvenil a otros lugares de Asturias, de España y del mundo. Sin embargo, de las cuencas no solo se fueron los jóvenes en busca de empleo, sino también muchos prejubilados que decidieron comprarse un piso en Oviedo, aprovechando que sus hijos se iban a estudiar a la Universidad, o en Gijón, para estar cerca de la mar, pasear junto al Cantábrico y contemplar todos los días ese horizonte que años de trabajo bajo tierra les habían negado.

Este reportaje sin embargo no se centra en los que ya no están ni en los que se fueron, sino en los que con todo aparentamente en contra han decidido quedarse a vivir, trabajar, crear y luchar por uno de los territorios más castigados por las dinámicas de una globalización neoliberal y por una transición energética que ha hecho obsoleta lo que fue la forma de vida del lugar durante más de dos siglos.

Guardianes del patrimonio: el Grupo de Arqueología Industrial Santa Bárbara

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

Fundado en 2009 por un grupo de prejubilados de la minería, el Grupo de Arqueología Industrial de la Asociación Minera Santa Bárbara restaura en su tiempo libre patrimonio deteriorado. También da a conocer la historia de la minería a través de conferencias y visitas guiadas a pozos y otras instalaciones, ya que, como explica José Luis Soto, uno de sus promotores, "no se puede amar aquello que no se conoce".

Esmeralda Palacio, ecologismo minero

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

Trabajadora municipal jubilada, vecina de Langreo y casada con un minero, no siente ninguna contradicción por declararse ecologista. Palacio es la presidenta del Conceyu por un Transición Ecológica Justa, un colectivo que defiende alternativas verdes para las comarcas mineras. Palacio está convencida de que solo mejorando la calidad urbanística y ambiental de las comarcas mineras se podrá revertir la crisis demográfica: "en zonas degradadas ni la gente se queda a vivir ni ni las empresas se asientan".

Rocío Antela y Iago Martínez, cuenca minera, feminista y dinamitera

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

Tras años trabajado fuera de Asturias en el sector audiovisual, la crisis de 2008 dejó a Rocío sin empleo y la obligó a volver a su Mieres natal y reconvertirse en minera. Pudo entrar en Hunosa gracias a ser huérfana de minero, pero en los peores escalafones del pozo: "Apenas pasaba de mileurista trabajando en una cinta transportadora subterránea". En 2012 estuvo en las barricadas y se llevó pelotazos de goma de la Policía. Hoy vive en el monte, en una casa de aldea, con su pareja, Iago, diseñador gráfico. Juntos han recuperado la asociación vecinal y traman nuevos planes para revitalizar la vida comunitaria de su pueblo.

Miguel Gallardo y Eva Rodríguez, café, libros y política

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

Cuando Miguel y Eva decidieron dejar sus respectivos empleos para montar en Mieres
un café-librería centrado en la literatura política, todo el mundo les dijo que aquello
era "una llocura (locura en castellano)". De ahí, irónicamente, decidieron que el lugar
se llamaría La Llocura. Hoy, seis años y una pandemia después, han demostrado que
también es viable en la envejecida cuenca del Caudal un espacio así, donde se venden
libros y cafés, hay exposiciones, tertulias y presentaciones de libros.

Elena Rodríguez y Lolo Mediavilla, el regreso del bar-tienda

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

"Un bar es el local social de un pueblo. El sitio donde la gente se relaciona y se entera de
lo que pasa". Jose, que junto a su mujer Laurentina regentó durante 32 años el único bar
de La Güeria de Urbiés, sabe de lo que habla. Convencidos de que sin chigre (sidrería
o taberna) a esta aldea de 35 habitantes le faltaba algo, Verónica y Borja, se lanzaron a
buscar nuevos hosteleros en las redes sociales. Recibieron solicitudes de todo el mundo,
pero el casting finalmente lo superaron Elena y Lolo, dos emprendedores de la zona sin
miedo a los retos.

TC28, Make Mieres Great Again

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

Tenedor y Cuchara, Técnica y Cariño, Tradicional y Contemporáneo... Las siglas TC pueden significar muchas cosas. TC28 es también un ejemplo de los nuevos establecimientos que están surgiendo en las cuencas de la mano de jóvenes cocineros y cocineras que apuestan por emprender en sus pueblos. En el TC28 de Mieres se puede comer tanto una fabada tradicional como una alcachofa confitada con crema de patata trufada, foie y yema de huevo. Todo ello mientras alguien pincha rock and roll con una camiseta de Make Mieres Great Again.

La Xusticia, renovando la tradición libertaria de La Felguera

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

En torno a 1903 se fundaba en La Felguera el Centro Obrero La Justicia. De adscripción libertaria, este espacio social y cultural fue el punto de encuentro de buena parte del
obrerismo militante de la cuenca del Nalón hasta 1937. Ese año, con la entrada de las
tropas franquistas, el Centro Obrero es incautado por la dictadura. Para recuperar y
renovar esta tradición, un grupo de militantes libertarios refundaron en 2017 el centro,
ahora rebautizado en asturiano, como La Xusticia. Desde entonces se ha convertido en
una referencia del anarcosindicalismo y la cultura alternativa en las cuencas.

Pablo Álvarez, sindicalista insobornable

Diego Aguilar Sánchez
Diego Aguilar Sánchez

Pablo iba para dirigente de la UGT. Todo iba bien hasta que empezó a ver cosas en el sindicato que no le gustaban: "Actos que no se celebraban pero por los que se cobraban subvenciones y en general un nivel de gasto muy alto". Cuando le piden que firme en su empresa un ERE, se opone y estallan los problemas de verdad. Denuncia públicamente los tejemanejes de la organización y le expulsan. Poco tiempo después, la UCO de la Guardia Civil se pone en contacto con él. Su testimonio será clave para la operación anticorrupción que acaba en 2021 con la condena a la dirección asturiana de la UGT. La Justicia le ha dado la razón pero se ha ganado enemigos poderosos. Su vida en las cuencas no ha sido fácil desde entonces.

Ricardo Villoria, moderno del Nalón

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

Descendiente de una de esas típicas familias de las cuencas con un pie en el pozo minero y otro en el campo. Diseñador de lo que se ponga por delante, vivió un tiempo en Londres y Madrid antes de volver a su pueblo. Confiensa sentir una "mezcla de amor y odio" con sus raíces. Esta combinación la plasmó en su exposición fotográfica Llabor, una muestra en la que observa el paisaje minero desde la sordidez y la fascinación.

Aitana Castaño, cronista de las cuencas mineras

David Aguilar Sánchez
David Aguilar Sánchez

Nacida en 1980, pertenece a "la última generación que conoció los ríos bajando negros por el carbón". Aunque estudió periodismo en Madrid, en una decisión poco común decidió volver a la cuenca del Nalón porque le tiraba la tierra y porque "aquí iba a tener mejor calidad de vida". Hoy es un rostro familiar en los hogares asturianos gracias a la televisión autonómica. Autora de éxito, su último libro, Rastros de ceniza, es una novela negra ambientada en las cuencas durante los años de las vacas gordas y los fondos mineros.