Las iglesias románicas de la Vall de Boí que tienes que visitar sí o sí
La Vall de Boí es la máxima expresión del románico catalán. El Románico del Valle de Boí es excepcional por...
La Vall de Boí es la máxima expresión del románico catalán. El Románico del Valle de Boí es excepcional por la concentración en un espacio reducido de un número tan elevado de iglesias de un mismo estilo arquitectónico. Además, estas iglesias se han conservado a lo largo del tiempo con pocas modificaciones gracias al aislamiento del Valle hasta bien entrado el siglo pasado. En concreto, el conjunto románico de la Vall de Boí está formado por las iglesias de Sant Climent y Santa Maria de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia d'Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Nativitat de Durro, Santa Maria de Cardet, la Assumpció de Cóll y la ermita de Sant Quirc de Durro.
El papel de la familia Erill
Tal es la calidad del románico de este valle que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Todo empezó cuando una familia feudal, los Erill, trajo al valle a los picapedreros, maestros de obra y artesanos, que en pocas décadas levantaron estas ocho iglesias y una ermita.
Una de sus características principales es la unidad de estilo arquitectónico. Son construcciones realizadas durante los siglos XI y XII siguiendo los modelos procedentes del norte de Italia, el románico lombardo. Este se caracterizaba por la funcionalidad de sus construcciones, el cuidadoso trabajo de la piedra, los esbeltos campanarios de torre, y la decoración exterior de arcos ciegos y bandas lombardas.
Así, las iglesias románicas del Valle de Boí son el reflejo artístico de una sociedad estructurada en torno a las jerarquías eclesiásticas y señoriales, personificadas en este caso en los señores de Erill y el obispado de Roda de Isábena, promotores de los templos del Valle.
Dentro de esta sociedad medieval, la iglesia cumplía no sólo una función religiosa, sino que también tenía un importante papel social, como lugar de reunión y refugio del pueblo. En el caso del Valle de Boí, esta función social de los templos se evidencia en la utilización de sus esbeltos campanarios de torre como elementos de comunicación y vigilancia.
Sant Climent de Taüll y su pantócrator
En Taüll, Pueblo con Encanto, se encuentra la quintaesencia de ese arte románico, Sant Climent y Santa María, ambas iglesias consagradas en el año 1.123 con tan solo un día de diferencia. Sant Climent se levanta sobre un templo del siglo XI. Esta es el prototipo de iglesia románica de planta basilical, con las tres naves separadas por columnas y cubierta de madera a dos aguas, cabecera con tres ábsides y campanario de torre. Todo un icono para los visitantes interesados en el románico. Asimismo, el Pantocrátor de Sant Climent de Taüll ha sido la imagen emblemática más utilizada para representar el románico catalán.
En la iglesia se ha realizado una novedosa actualización integral centrada en la recuperación de pintura original románica y un nuevo proyecto de musealización que incluye la proyección mediante videomapping de las pinturas del ábside mayor y la reproducción de cómo seríoa la iglesia de Sant Climent de Taüll en el siglo XII.
Santa Maria de Taüll y la Epifanía con el Niño Jesús
La iglesia de Santa Maria se consagró el 11 de diciembre de 1123, un día después de Sant Climent, lo que muestra la importancia de los recursos que los señores de Erill destinaron a la Vall de Boí a principios del siglo XII. Situada en el centro del pueblo, es la única iglesia del valle que parece generar el asentamiento de la población a su alrededor. La mayor parte del conjunto de pinturas murales románicas de su interior se arrancaron y trasladaron a Barcelona entre los años 1919 y 1923, como las del resto de la Vall de Boí. Actualmente en la iglesia se puede ver una reproducción del ábside central, presidido por la escena de la Epifanía con el Niño Jesús sentado en el regazo de la Virgen María y los Reyes Magos en actitud de ofrenda.
Santa Eulàlia y su esbelta torre
También, vale la pena hacer una parada en Erill la Vall para visitar el Centro del Románico de la Vall de Boí y la iglesia de Santa Eulàlia que, con su torre lombarda de seis plantas, está considerada la más esbelta de todo el valle. El Centro de románico del Valle de Boí es actualmente la entidad encargada de la gestión de todo el conjunto románico declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. El espacio proporciona al visitante los medios necesarios para su conocimiento, a través de la exposición permanente del centro, de las visitas, de la apertura diaria del conjunto y de los materiales de promoción editados.
En cuanto a la iglesia de Santa Eulàlia, se encuentra uno de los mejores campanarios de la Vall de Boí, la esbelta torre de planta cuadrada y seis pisos de altura con la decoración propia del románico lombardo: las arcuaciones ciegas y los frisos de dientes de sierra.
Alineado con el de Sant Joan de Boí y el de Sant Climent de Taüll, el campanario desempeñaba la tarea de comunicación y vigilancia del territorio. En el interior de la iglesia los visitantes pueden ver una copia del grupo escultórico del Descendimiento de la Cruz, el único que se conserva íntegro del Taller d’Erill.
Sant Feliu de Barruera y Durro
Sant Feliu de Barruera alberga otra de las iglesias románicas de referencia de la Vall de Boí. Las remodelaciones del templo religioso y los bienes muebles que se conservan en su interior nos muestran cómo los diferentes monumentos del valle se han ido adaptando a los gustos y a las necesidades de la comunidad que los ha utilizado desde el siglo XII hasta nuestros días sin interrupción. Destaca por el campanario, que no sigue la tónica constructiva del resto que hay en esta zona de montaña.
El municipio de Durro también alberga dos de los templos más importantes de la Vall de Boí: la iglesia de la Nativitat, donde podemos encontrar la imagen románica de Nicodemo, y la ermita de Sant Quirc, símbolo de la tradición de origen pagano de las Fallas. En su interior apreciamos la convivencia armónica de diferentes momentos artísticos, con la imagen de estilo gótico de San Quirc y Santa Julita y el retablo barroco.