Foto: Generalitat de Catalunya

Adiós a los plásticos de un solo uso

Público

Hasta la década de los 60, las compras se hacían con bolsas de papel. Pero esto implicaba una tala de árboles descomunal. Sten Gustaf Thulin (1914-2006) quiso crear un producto accesible y que tuviera menos impacto en el planeta. Este ingeniero sueco fue el inventor de la bolsa de plástico que patentó en 1965 y que tantas veces se ha usado y desechado. Seguramente, Thulin nunca imaginó que su invento provocaría una contaminación tan grave en los océanos.

Más del 80% de los residuos marinos son de plástico. En los últimos 50 años, se han documentado en todo el mundo cerca de 500 casos de delfines y ballenas que habían ingerido residuos de origen humano, y la mitad eran plásticos. Solo en 2007, en Catalunya se consumieron 2.345 millones de bolsas de plástico de un solo uso –equivalente a 908 bolsas al año en cada casa–. La ciudadanía ha ido tomando consciencia de este perjuicio hacia el medio ambiente. Por ello, las administraciones han planteado medidas cada vez más restrictivas.

El 28 de julio de 2009 se firmó un pacto pionero entre la Generalitat de Catalunya y todas las organizaciones de distribución y fabricación de este producto que fue un antes y un después en el uso de las bolsas de plástico. El Pacte per la Bossa estableció por primera vez un marco de colaboración para reducir en 2012 el consumo de las bolsas con asas de un solo uso en un 50%, respecto los valores de consumo de 2007. Los resultados del estudio de consumo constataron el logro del objetivo ya que el consumo anual de cada catalán pasó de 327 bolsas a 156. Ya en 2017 se prohibió la entrega gratuita de bolsas de plástico en las cajas de los comercios o en la venta a domicilio. La Agència de Residus de Catalunya impulsó campañas como Las bolsas se pagan o Se acaba la pesadilla de las bolsas de plástico de un solo uso.

Alternativas a las bolsas de un solo uso
La última restricción proviene de este último año: desde el 1 de enero de 2021 se prohíbe la entrega de bolsas de plástico de un solo uso en los comercios y en la venta a domicilio. La ciudadanía tiene muchas opciones para sustituirlas: un cesto, un carro de la compra o bolsas de malla para productos como las frutas o verduras. Antes también se usaba a menudo la bolsa de tela para ir a buscar el pan. Una costumbre que se fue perdiendo pero que puede volver a recuperarse.

Otra de las opciones es la bolsa grande reutilizable que podemos adquirir en cualquier supermercado. Son resistentes y, además de reutilizables, permiten usar menos cantidad que las bolsas de plástico. Otro ejemplo es el de la bolsa plegable que podemos llevar en nuestra mochila o bolso, que ocupa poco espacio y que es perfecta para una compra de emergencia. Y para los alimentos a granel se pueden utilizar envases reutilizables con cierres adecuados.

A la prohibición de la entrega de bolsas de plástico de un solo uso se ha sumado, a partir del mes de julio, la prohibición de la venta de cubiertos, platos, pajitas o recipientes para alimentos que sean de plástico. Tal y como establece la normativa europea, queda prohibida la venta de cualquier producto de plástico de un solo uso. Por otro lado, y también en aplicación de esta norma, compresas y tampones higiénicos, toallitas húmedas, cigarros con filtros de plástico y vasos para bebidas tendrán que indicar en su envase las opciones adecuadas de gestión de los residuos del producto así como el impacto medioambiental que provocan si no se utilizan los medios adecuados para su eliminación.