Opinión
En busca del antídoto
14 de julio de 2023
El 28 de mayo, el PP absorbió los votos del difunto Ciudadanos y ganó unas elecciones en las que le sacó apenas 400.000 votos al PSOE, una exigua victoria que le obliga a pactar con la extrema derecha por todo el territorio. La izquierda alternativa se desangró, con las excepciones de BNG y EH Bildu.
El 29 de mayo, Pedro Sánchez convocaba elecciones generales. El 31 se registraba Movimiento Sumar como partido político y empezaban unas negociaciones que acabarían integrando bajo ese paraguas a 15 formaciones, incluida Podemos. No había terminado junio cuando un torero era nombrado consejero de Cultura, se negaba la violencia machista desde instituciones públicas, se anunciaban políticas para "frenar" la ocupación y se hablaba de la necesidad de "proteger" la lengua española (como si alguien o algo la amenazara).
En los primeros días de julio, PP y Vox ya habían pactado gobiernos, instituciones o ambas cosas en País Valencià, Illes Balears, Extremadura y en un buen puñado de municipios. El 5 de julio el mundo de la cultura se revolvía contra la censura de obras de teatro, textos y películas ejecutada en apenas dos semanas por la alianza PP-Vox en varios puntos de España.
Justo después del 28 de mayo y antes de que empezara esta vorágine, hablé con Alejandro Torrús, responsable de Opinión y Especiales de Público. Había que parar el monográfico impreso que ya estaba listo para imprimir en junio y preparar a la carrera uno completamente distinto en el que intentáramos analizar qué le ocurre a la izquierda, dónde estamos y qué se nos viene. Y debía estar en las casas de nuestros suscriptores y suscriptoras antes del 23 de julio.
Lo tienen ante ustedes. Estas páginas son sólo una pequeña y concentrada muestra de este trabajo de prospección, realizado sin la perspectiva necesaria porque esta sólo puede darla la distancia y el tiempo, y no tenemos ni la una ni lo otro. Aun así, en Público llevamos semanas intentando encontrar respuestas a numerosas preguntas.
¿Por qué crece la extrema derecha en España? ¿Qué ha fallado en el primer Gobierno de coalición progresista de nuestra historia democrática reciente? ¿Por qué en un momento como este las izquierdas han andado a la gresca hasta hace cinco minutos? ¿Es Sumar la solución a la izquierda del PSOE? ¿Da tiempo entre el 28M y el 23J a movilizar al votante de izquierdas? ¿Cómo articular políticas por el bien común cuando estas exigen esfuerzos a los ciudadanos y colisionan con su individualismo? ¿Dónde están los referentes culturales de la izquierda? ¿Cómo va a impactar la guerra de Ucrania en el desarrollo futuro de la UE, con cada vez más gobiernos de extrema derecha? ¿Por qué parece que los valores éticos cada vez importan menos? ¿Hay soluciones?
Buscamos las respuestas en estas páginas —y en nuestro día a día periodístico— a través de voces que, no necesariamente con certezas pero siempre con ánimo constructivo y reflexivo, ayudan a trazar un camino que parece en ocasiones intransitable. Nos damos a esta tarea convencidos de que nuestro papel como medio de comunicación es precisamente el de ser una suerte de desbrozadora de la realidad que permita a los lectores y las lectoras abrirse paso entre la maleza con algo menos de esfuerzo.
Porque el conocimiento crítico y el análisis sereno son esenciales en momentos de desconcierto para dibujar una foto panorámica y encontrar nuestro lugar en ella. Y porque sólo la comprensión de la complejidad de una situación como esta podrá funcionar como antídoto contra la desmovilización del voto demócrata, defensor de los derechos humanos, de la diversidad, de la libertad y constitucionalista (es decir, a favor de que se cumpla, al menos, lo que ya está escrito en la Constitución).
Escribe el analista Jorge Tamames en estas páginas que "el miedo que genera la derecha radical no es tanto el de perder unas elecciones en democracia, sino el de perder la democracia en unas elecciones". Casi como si le rebatiera, Xosé Manuel Beiras afirma que "frente al pesimismo de la razón está el optimismo de la voluntad". Y añade: "La izquierda no puede lograr las energías necesarias para enfrentarse a los brutales enemigos que tiene si no hace dos cosas: primero una cura de humildad y, en segundo lugar, explorar la realidad, reconocer que es terrible y, a partir de ahí, buscar las fórmulas y las energías para enfrentarse a ella".
En un exhaustivo análisis demoscópico, el sociólogo José Pablo Ferrándiz señala que "la izquierda debe encontrar la forma de convertir esa preocupación en movilización. Y debe ser no a través del miedo sino a través de la ilusión". Sin haber leído a Ferrándiz, el exministro de Universidades y también sociólogo, Manuel Castells, reflexiona: "La neurociencia sabe que el antídoto emocional contra el miedo es la esperanza. El problema es cómo generamos la esperanza en medio de este mundo atroz. Hay que volver a construir proyectos que sitúen los valores éticos en nuestro horizonte personal y colectivo".
Mientras, la periodista Olga Rodríguez disecciona la realidad, pero también bucea entre los remedios: "Hace falta un proyecto internacional, coordinado de forma internacionalista, para afrontar la desigualdad, la deshumanización, los muros más altos, la crisis climática, las sequías, el racismo, los enfrentamientos del penúltimo contra el último, jaleados en
medios y redes".
Y en esa exploración de soluciones navega también la antropóloga Yayo Herrero: "Existen medios y potencialidad para poner en marcha un proyecto que salga de la trampa que obliga a elegir entre economía o vida".
Son solo algunas de las firmas y reflexiones que van a encontrar a continuación. Lean y desbrocen. El 23 de julio nos vemos ante una urna.