Reserva de la Biosfera de La Siberia: Biodiversidad en estado puro

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Su biodiversidad sorprende incluso a los amantes de la naturaleza. Por ello, el 19 de junio de 2019, La Siberia obtuvo el reconocimiento de la Unesco como Reserva de la Biosfera. Esta comarca de Badajoz forma parte de las estribaciones de los Montes de Toledo. Limita al este con Córdoba y Ciudad Real y al norte con Cáceres, con un territorio que ha merecido un reconocimiento de la Unesco: el Geoparque Mundial Villuercas-Ibores-Jara.

La Siberia abarca once municipios y es la primera de la provincia de Badajoz y la tercera de Extremadura en ser reconocida por la Unesco, después de Monfragüe, en 2003, y Tajo Internacional, en 2016. Allí se encuentra la Reserva Regional del Cíjara, un área de 25.000 hectáreas donde conviven ciervos, jabalíes, corzos y gamos. No en vano, en tiempos de Alfonso X El Sabio ya era lugar de caza. También encontramos aves protegidas como águilas reales, buitres negros, alimoches y cigüeñas negras.

Los amantes de la observación de aves tienen un destino ineludible en diferentes espacios protegidos, como las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Puerto Peña-Sierra de Golondrinos y Embalse de Orellana y Sierra de Pela, que es, además, Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) para la Unión Europea y Humedal de Importancia Internacional, según el Convenio de Ramsar.

En La Siberia encontramos cinco grandes embalses: Cíjara, García Sola, Orellana, La Serena y Zújar. Vela, piragüismo, windsurf o pádel surf son algunos de los deportes acuáticos que, junto con la pesca, pueden practicarse en ellos. Y si la idea es descansar y relajarse no faltan playas como la de Peloche, en el pantano de García Sola, en Herrera del Duque.

Historia, cultura y gastronomía

El patrimonio histórico y cultural es otro de los atractivos de La Siberia por sus yacimientos prehistóricos y pinturas rupestres o por el permanente poso de Roma por toda Extremadura, palpable en esta ocasión en la antigua ciudad de Lacimurga.

En Puebla de Alcocer, sorprende el Museo del Gigante Extremeño, dedicado a Agustín Luengo Capilla, un vecino de 2,30 metros de altura que vivió en el pueblo a mediados del siglo XIX. O el castillo de Puebla de Alcocer, del siglo XV, que al estar erigido sobre un roquedo a casi 700 metros de altitud, ofrece unas vistas privilegiadas de La Siberia y La Serena.

La Siberia está vinculada a una gastronomía en la que abundan la caza y la pesca, la miel, el aceite de oliva virgen, los quesos y los productos de la matanza. Entre sus platos destacan el escarapuche de peces de río, sopas, migas, gazpachos, el ajoblanco, pistos, calderetas o el tasajo, un guiso elaborado con carnes de caza. Y de postre, dulces tradicionales con sabores tan especiales como los que ofrecen chaquetías, candelillas, canelones, flores y rosquillas.