porteadoras La falta de toldos impide resguardar a las porteadoras de las inclemencias del tiempo mientras esperan recoger su fardo.

Melilla, la frontera que atraviesa a las mujeres

'Público' recoge testimonios de las violencias y resistencias de mujeres y niñas migrantes que han logrado llegar a Melilla.

IRENE QUIRANTE Y ROSASOTO / FOTO Y VÍDEO: DANAI DAWAHER Y ELENA CAMPOY

La frontera sur de Europa es el escenario de todo tipo de violaciones de los Derechos Humanos de las personas migrantes. Melilla es un falso oasis donde se dan toda clase de vulneraciones que se ven incrementadas en el caso de las mujeres, quienes viven en primera persona diferentes tipos de violencia de género. En este especial se recogen los relatos de mujeres supervivientes y luchadoras: mujeres que han escapado del matrimonio forzado y la trata, niñas y adolescentes que migran solas, refugiadas que huyen de la guerra, porteadoras que cargan con la injusticia, y también mujeres melillenses sin papeles.

Mujeres que asumen la condena de verse expuestas a todo tipo de abusos tanto antes, como durante y después de sus procesos migratorios. Solo por ser mujeres. Y ahora, tras cruzar la frontera, son muchos los casos en los que se sienten atrapadas. Porque la estancia en la ciudad, en el centro de inmigrantes suele alargarse más de lo estimado. Pasan las semanas, los meses y no saben cuándo serán trasladadas a la península o si, en el peor de los casos, serán expulsadas del territorio español. Temor que comparten las melillenses que arrastran problemas documentales.

El Defensor del Pueblo y otras entidades sociales llevan años denunciando la falta de recursos para poner remedio al colapso de las solicitudes de protección internacional y asilo. La consecuencia es una espera que, para muchas, conlleva saberse expuestas a situaciones de mayor vulnerabilidad. Estas mujeres, sin pretenderlo, llevan a cuestas la bandera de la supervivencia. Algunas no se conocen, pero duermen bajo el mismo techo tras sortear un camino de obstáculos. Mujeres con vidas marcadas por su condición de mujer, migrante, racializada y humilde.

Supervivientes del matrimonio forzado y la trata 

Akissi y Edée llegaron a Melilla escondidas en el doble fondo de un coche tras pagar más de mil euros .-ELENA CAMPOY
Akissi y Edée llegaron a Melilla escondidas en el doble fondo de un coche tras pagar más de mil euros .-ELENA CAMPOY

Jóvenes y adolescentes huyen de un pasado que les niega un futuro. La mayoría de ellas procede de la región de África subsahariana. Su llegada a Melilla supone un punto de inflexión y la entrada a un programa de protección para romper con la red.

Niñas que migran solas 

4. Zaineb sufrió abusos por parte de un profesor, huyó de su hogar cuando su padre se enteró y la acusó de provocar al maestro.
4. Zaineb sufrió abusos por parte de un profesor, huyó de su hogar cuando su padre se enteró y la acusó de provocar al maestro - IRENE QUIRANTE

Acogidas para ser expulsadas. La Ciudad Autónoma de Melilla acoge a decenas de menores extranjeras no acompañadas que cruzaron la frontera solas o fueron abandonadas por un adulto. La violencia en sus hogares y la que viven en la ciudad, así como la violencia documental, está impresa en su ADN.

Refugiadas y solicitantes de asilo

Hania dejó atrás la guerra de Siria junto a su marido y sus hijos. Se hizo pasar por porteadora para acceder a Melilla y poder solicitar asilo
Hania dejó atrás la guerra de Siria junto a su marido y sus hijos. Se hizo pasar por porteadora para acceder a Melilla y poder solicitar asilo.- ELENA CAMPOY

Lucha por la protección internacional. El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla se ha convertido en una cárcel a cielo abierto para las mujeres que solicitan protección internacional, pero que quedan varadas tiempo indeterminado por una burocracia que pasa por alto su huida de países en conflicto o persecuciones por ideología política, orientación sexual, raza, etnia o confesión religiosa.

Porteadoras: cargar con el peso de la desigualdad

Algunas mujeres arrastran los bultos en patinetes para evitar cargar con el peso en la espalda.
Algunas mujeres arrastran en patinetes los bultos de mercancía para evitar cargar con el peso en la espalda de las mercancías que llevan al otro lado de la frontera- ELENA CAMPOY

Conocidas como ‘mujeres mula’, cargan bultos de más de 80 Kilos sobre sus espaldas a cambio de diez euros la jornada. Mujeres procedentes de diferentes puntos de Marruecos que cruzaban diariamente la frontera, no se conocen, pero su historia de vida confluye alrededor de fardos de ropa usada y entre empujones y agentes de policía. Ahora, con el cierre de frontera debido al coronavirus, ven peligrar su único modo de subsistencia, como el de otras trabajadoras transfronterizas.

 Melillenses y sin papeles 

En muchos casos, las madres que no tienen documentación son la segunda o tercera generación en situación de irregularidad.
En muchos casos, las madres que no tienen documentación son la segunda o tercera generación en situación de irregularidad administrativa.- ELENA CAMPOY

Rechazadas por el Estado, nacieron y crecieron en la ciudad autónoma. Se sienten melillenses, aunque no tengan papeles. Son descendientes de familias que se establecieron en Melilla tras cruzar la frontera y que nunca consiguieron solucionar su situación documental, a pesar de llevar toda una vida de arraigo.