Claves para disfrutar del sol y cuidar tu piel en verano

Dra. Lorea BagazgoitiaDermatóloga del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo

Entramos en verano y en esta época el sol puede ser especialmente dañino para nuestra piel. A lo largo de nuestra vida, esta va acumulando los efectos de la piel en la misma, y los va “memorizando”. Los pequeños daños que ocasiona se acumulan y pueden tener consecuencias a largo plazo.

Uno de los factores que más perjuicio puede hacer sobre nuestra piel son las quemaduras. Cualquier grado de rojez en la piel tras una exposición al sol sin protección adecuada ya es una quemadura solar. Esa rojez de los primeros días que generalmente menospreciamos, y nos dejará la piel marcada para siempre.

Así, las horas de sol sin protección o las quemaduras solares sucesivas sobre nuestra piel empeoran su salud, propiciando no solo las manchas y las arrugas, sino también la aparición de cáncer de piel. Existen distintos tipos de cáncer, pero el que más nos preocupa es el melanoma, que puede ser mortal en ciertos casos.

Dicho esto, ya que es mucho más fácil prevenir que curar

CÓMO PROTEGERNOS DEL SOL

Inevitablemente, al hablar de protección solar pensamos en cremas solares. Y está claro que es un elemento muy útil, pero las cremas no son capaces de bloquear la totalidad de los rayos solares.  Veamos qué opciones tenemos.

Horario:

Selecciona un horario óptimo para exponerte al sol, evitando en la medida de lo posible las horas punta, entre las 12 del mediodía y las 16 h de la tarde.

Muchas veces es inevitable estar expuesto a esas horas, si es tu caso, intenta permanecer a la sombra el máximo tiempo posible.

Ropa:

Los sombreros, mejor los alados que las gorras (pues no protegen las orejas ni la nuca) y las camisetas con protección solar son unos perfectos aliados para las horas del sol en la playa.

Fotoprotectores:

Actualmente disponemos de una amplísima gama de productos de protección solar: cremas, espumas, sprays, lociones, sticks… Te daré unos consejos importantes en relación con su uso:

  • Para una primera aplicación utiliza cremas o lociones; productos que veas cómo has aplicado sobre tu piel y con los que puedas asegurarte que has cubierto todas las zonas expuestas. Idealmente, tendríamos que aplicar 2g/cm2 de piel, esto correspondería a un vaso de chupito lleno para cubrir la superficie expuesta en un día de playa. Prácticamente nadie se ajusta a esta recomendación, pero quédate con el mensaje, que más vale que sobre, que no que falte.
  • Los sprays y las brumas son menos precisos y la cantidad de producto que alcanza la piel es menor. Pueden ser útiles para reaplicarte la fotoprotección, que como sabes, debe hacerse aproximadamente cada dos horas y tras los baños.
  • Utiliza siempre FPS 50+. Según la regulación europea, este es el etiquetado que indica una fotoprotección máxima, que bloquea más del 98% de los rayos UVB, que son los que tienen mayor capacidad de provocar cáncer. No hay ningún motivo para utilizar una protección menor: ni son más baratas ni cosméticamente mejores (antes era así pero actualmente se han conseguido formulaciones cosméticamente buenísimas con protección elevada). Ten en cuenta que no existe el “bronceado saludable”: el moreno es señal de que la piel se está defendiendo ante la agresión del sol.

En resumen: el sol provoca cáncer, arrugas y manchas. Cuanto más te protejas, mejor para tu piel. No es necesario estar encerrado en casa, ni mucho menos. Afortunadamente disponemos de un amplísimo abanico de productos y prendas que nos permiten protegernos y pasar tiempo disfrutando al aire libre sin perjudicar a nuestra salud. Espero que los consejos que te he dado puedan serte útiles para este verano.