El riesgo de lesión medular por tirarse mal a la piscina o al mar

Dr. Francisco Rodríguez ArgaizJefe de Servicio de Traumatología del Hospital Quirónsalud Marbella

Según datos de la Fundación Cerebro, de la Sociedad Española de Neurología (SEN), las lesiones medulares por zambullidas de cabeza durante el verano representan el 6% del total de los casos anuales, y lo más preocupante de todo es que "no dejan de incrementarse año tras año", y es que un salto a aguas poco profundas o la pérdida de control de una moto acuática puede derivar en un accidente con consecuencias muy graves.

El caso es que, con la llegada de las altas temperaturas, miles de ciudadanos se disponen a disfrutar de su tiempo libre en las playas, en los alojamientos con piscinas, o bien practicando algún deporte acuático; todas ellas actividades relacionadas con el agua, siempre saludables, pero que deben disfrutarse con las debidas precauciones si queremos evitar lesiones que perduren toda la vida.

En concreto, las más habituales en el entorno acuático están vinculadas a saltos al mar abierto, a los ríos, o a las pozas, sin verificar previamente la profundidad de las mismas, o bien por el manejo inexperto de las embarcaciones de recreo, tipo las motos acuáticas.

En estos casos siempre es importante saber que se pueden producir traumatismos craneoencefálicos (TCE), así como lesiones medulares. Aunque la mayor parte de las consultas por TCE son leves, el traumatismo craneoencefálico es la primera causa de muerte e incapacidad en la población menor de 45 años en los países desarrollados, según advierte la Fundación Cerebro.

En el caso de las lesiones medulares, éstas representan una situación bastante dramática para el sujeto y para su entorno, puesto que produce en el paciente gran incapacidad según el nivel de la columna que se haya visto afectado. De hecho, en los casos más extremos, puede desembocar en una tetraplejia (parálisis conjunta de las cuatro extremidades del cuerpo).

Además, y según alerta la Sociedad Española de Neurología, las personas con lesiones medulares son entre dos y cinco veces más propensas a morir prematuramente, y en el 50% de los casos de origen traumático ocasionan tetraplejia.

Según las cifras que manejamos del Ministerio de Sanidad, en España se producen mil casos al año de lesiones medulares, un alto porcentaje de ellos como consecuencia de saltos a la superficie acuática. Se trata del 10% (unos 100 casos al año) y es una cifra nada desdeñable.

Igualmente, desde la Fundación Cerebro, de la Sociedad Española de Neurología, mantienen que el perfil tipo de los afectados es el de un joven menor de 30 años, que suele sufrir el accidente en los meses de verano. Niños y adolescentes son los que con mayor frecuencia se ven afectados por los traumatismos craneoencefálicos o las lesiones medulares, generalmente por impudencias a la hora de introducirse en el agua.

CÓMO EVITAR ESTAS LESIONES

A pesar de todo ello, estas lesiones que provocan la pérdida de sensibilidad y de la función motora de algunas o de todas las extremidades se pueden eludir si se siguen unas recomendaciones muy sencillas: Se deben respetar, en primer lugar, las normas de seguridad, y adoptar comportamientos para evitar los peligros. No deben tirarse al agua cuando esta está turbia o hay poca visibilidad, ya que debajo puede haber rocas u obstáculos.

Desde la Sociedad Española de Neurología subrayan la importancia de utilizar el chaleco salvavidas en las embarcaciones acuáticas, sea la que sea, ya que pueden prevenir hasta “el 85% de las muertes”. A esto le añade que hay que tener precaución a la hora de utilizar las motos acuáticas, ya que la posibilidad de lesión es "8,5 veces mayor que en otras embarcaciones a motor", así como en los toboganes de agua, dado que “un 18% de los accidentes que se producen en un medio acuático se producen en estos”.

El agua puede dar una falsa sensación de seguridad y se tiende a pensar que el impacto en medio acuático no es tan dañino como en la carretera. Sin embargo, a cierta velocidad, el líquido se comporta de forma parecida al sólido porque a las partículas de agua no les da tiempo a abrirse para dejar penetrar el cuerpo y, por tanto, la lesión de un accidente en agua puede ser de suma gravedad. No hay que olvidarlo.

En caso de producirse una lesión tras una zambullida, quienes estén en el entorno del accidentado deben actuar inmediatamente y se debe sacar al accidentado rápidamente del agua, en caso de que corra el riesgo de ahogarse. También se le puede inmovilizar dentro del agua, aunque hay que realizarla con un cuidado extremo, procurando no mover la cabeza ni el cuello del accidentado.

Una vez fuera del agua, hay que comprobar si tiene pulso y respira, y en caso de ser necesario se le debe practicar una reanimación cardiopulmonar. Llamar a Urgencias debe ser primordial. El accidentado debe ser trasladado a un hospital y para ello debe hacerse a través de una ambulancia y de manos expertas, ya que para su traslado se le debe inmovilizar el cuello y la columna con un collarín.

No obstante, y en caso de duda o de necesidad de acudir al hospital, no hay que temer por el contagio de coronavirus durante esta etapa de pandemia. Hoy en día los centros hospitalarios cuentan con circuitos limpios de coronavirus, y en el caso concreto del Hospital Quirónsalud Marbella, donde centro mi actividad profesional, contamos con la certificación ‘Applus+ Protocolo Seguro frente al Covid-19’, al cumplir con los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.