Convivir con hipotiroidismo es posible si sabes cómo: aquí te damos las claves

Dra. Francesca Lladó MañasEndocrinóloga del Hospital Quirónsalud del Vallès.

Una alteración en la glándula tiroides puede causar, entre otros, los siguientes síntomas: sensación de cansancio y de abatimiento; intolerancia al frío; estreñimiento; piel seca; fragilidad de las uñas; aumento de peso o dificultad para perderlo; hinchazón de la cara o de las extremidades; debilidad o dolores musculares.

“La glándula tiroides tiene forma de mariposa. Se encuentra en la parte delantera de su cuello, debajo de la nuez de Adán. La tiroides controla su metabolismo. Produce hormonas que controlan el consumo energético, la frecuencia cardíaca, la fuerza muscular, los huesos (crecimiento y desarrollo), así como otros órganos”, explica la Academia Americana de Médicos de Familia.

Generalmente pueden darse dos alteraciones en la misma, pero en este artículo nos centramos en el hipotiroidismo, cuando la tiroides no es capaz de producir suficientes hormonas tiroideas (T4 y T3).

En estos casos, dice que se produce un trastorno cuyas consecuencias van más allá de una simple afección física, llegando a afectarse el equilibrio de las reacciones químicas en nuestro cuerpo, es decir, que nuestro cuerpo no funciona de forma normal: Las hormonas que produce la glándula tiroides son la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4) y tienen como misión fundamental regular las reacciones metabólicas del organismo. Influyen en el control de las funciones vitales como por ejemplo la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca.

Distintos factores pueden ocasionar este trastorno. El déficit de yodo es la causa más frecuente a nivel mundial y la tiroiditis de Hashimoto es la causa más frecuente en los países desarrollados.

Algunos factores, entre otros, menos frecuentes son la eliminación quirúrgica de la tiroides, radioyodo o radioterapia cervical, ciertos medicamentos (litio, antitiroideos, amiodarona, etc), el hipotiroidismo congénito.

Como hemos comentado, la causa más frecuente en los países desarrollados es una enfermedad autoinmune conocida como la tiroiditis crónica linfocitaria o tiroiditis de Hashimoto. Se trata de un trastorno en el que el sistema inmunitario produce anticuerpos antitiroglobulina y/o antiperoxidasa, que atacan específicamente a la glándula tiroides, lo cual ocasiona una progresiva disminución de la actividad de dicha glándula.

EL DIAGNÓSTICO DEL HIPOTIROIDISMO

Así, mediante un análisis de sangre en el que se determinen los niveles de TSH y de hormonas tiroideas (T3 yT4), el médico podrá determinar si se padece este trastorno. Además, en España se realiza el cribado de hipotiroidismo congénito en todos los recién nacidos mediante la prueba del talón.

Ante este escenario es importante recordar, eso sí, que el hipotiroidismo no se puede curar, salvo ciertas excepciones, si bien indica que en casi todos los pacientes esta patología tiroidea se puede controlar por completo, a través del reemplazo de la cantidad de hormona tiroidea que la tiroides ya no puede producir.

Una vez diagnosticado, el tratamiento es sencillo: consiste en la administración diaria y en ayunas (mínimo 30 minutos antes de la ingesta de cualquier alimento tanto líquido como sólido) de la hormona tiroidea vía oral, con un seguimiento médico mediante analítica ajustando la dosis si procede.

Desde la Academia Americana de Médicos de Familia recuerdan que este medicamento regula los niveles hormonales de los pacientes y ayuda a aliviar los síntomas: “Con el tiempo, su metabolismo vuelve a la normalidad. El medicamento ayuda a reducir el colesterol LDL y puede implicar una disminución de peso”.

Y es que, la dosis correcta de medicamento varía en función de la persona, siendo posibles varios intentos hasta lograr la dosis correcta.  Si no se toma la dosis necesaria los pacientes pueden mantener los síntomas de hipotiroidismo y, por el contrario, si se toma más hormona de la que el cuerpo necesita presentar síntomas de hipertiroidismo. Todo esto se controla sin problema a través de los análisis de sangre.

Ahora bien, con la dosis adecuada los pacientes hipotiroideos no poseen limitación alguna para sus actividades y pueden seguir una vida absolutamente normal. El déficit de hormonas tiroideas es especialmente importante en niños ya que estas son imprescindibles para el desarrollo mental normal y el crecimiento.

Sostiene también que una vez se haya establecido la dosis adecuada de tiroxina a tomar, la prueba de TSH debe realizarse una vez al año por regla general. Remarca que es muy importante consultar siempre con un especialista si los síntomas reaparecen o empeoran, cuando se desea embarazo, si se ganase o perdiera mucho peso con el tratamiento, ante la toma de nuevos medicamentos, o si se quiere suspender el tratamiento con tiroxina.

¿SE PUEDE PREVENIR?

Hoy en día, no se conoce cómo se puede prevenir el hipotiroidismo, aunque afirma que se trata de una enfermedad más frecuente entre las mujeres, y especialmente entre los mayores de 60 años, pero que también pueden padecer niños y adolescentes.

Es importante recordar que también hay más probabilidad de desarrollar esta enfermedad si el paciente cuenta con antecedentes familiares de enfermedad de la tiroides, si ha sido tratado con yodo radiactivo o con medicamentos antitiroideos, si se ha recibido radioterapia en el cuello/parte superior del pecho, o bien si se ha tenido una cirugía de la tiroides.