Estos son los problemas oculares más frecuentes en el verano: ¡no les quites el ojo!

Dra. Belén Torres LedesmaEspecialista en oftalmología del Hospital Quirónsalud Clideba (Badajoz).

Cuando hablamos de protección de nuestra salud durante el verano, generalmente lo asociamos a proteger nuestra piel del sol, a evitar las horas de máximo calor del día en el exterior, y a hidratarnos adecuadamente. Pero, a menudo, nos olvidamos de proteger y de cuidar nuestra salud ocular, que es especialmente vulnerable en esta época del año, así como susceptible de sufrir diversas alteraciones con mayor facilidad.

¿Cuáles son los riesgos de los que hablamos? En verano, las patologías oculares más frecuentes están relacionadas con la superficie ocular. No hay que olvidar que pasamos más tiempo al aire libre; que exponemos a nuestros ojos a la sequedad ambiental, así como al sol y al agua, además de a los aires acondicionados de entornos cerrados. Todo ello puede provocar molestias oculares como sensación de arenilla, o de cuerpo extraño dentro del ojo, aparte de escozor o enrojecimiento ocular; todo ello debido a la evaporación de la película lagrimal y a la sequedad ocular.

No bañarse con lentillas nunca

Además, el contacto con el cloro de las piscinas o los productos de desinfección de aguas tratadas, y dado que solemos abrir los ojos debajo del agua, esto puede favorecer la aparición de conjuntivitis de etiología irritativa, alérgica, o infecciosa.

En este contexto, me gustaría hacer hincapié en el elevado riesgo de infección que entraña el bañarse en piscinas, pantanos, o lagos con las lentillas puestas. Dicha infección puede estar causada por microorganismos especialmente resistentes (bacterias, hongos, amebas…etc) que dan lugar a la formación de úlceras corneales, y que, a su vez, suponen una grave amenaza para la visión de los usuarios habituales de lentes de contacto.

Mirar directamente al sol: mejor evitarlo

Por otro lado, la alta luminosidad y la exposición directa o indirecta al sol sin la protección adecuada pueden dañar nuestra córnea de forma aguda, dando lugar a queratitis actínica o fotoqueratitis.

En concreto, la queratitis actínica es debida a una quemadura de la superficie ocular por sobreexposición a los rayos ultravioleta (UV) provenientes del sol. Esta patología cursa con pérdida de visión, dolor ocular, lagrimeo abundante y fotofobia (dificultad para abrir los ojos en condiciones de luz intensa).

Entre los problemas más comunes relacionados con la exposición solar crónica se encuentran las lesiones en la superficie ocular, como el pterigion o la pinguécula, y patologías degenerativas del ojo tales como la DMAE, o la catarata, cuya progresión se ve acelerada por la sobreexposición solar. Asimismo, el impacto acumulado de los rayos ultravioleta en los ojos y la piel a lo largo de los años puede causar lesiones graves, como tumores malignos de la conjuntiva o los párpados.

Además, con la llegada del buen tiempo, son muchas las personas que prefieren hacer deporte al aire libre sin la protección ocular adecuada. Este tipo de actividades incrementan el riesgo de sufrir traumatismos oculares o entrada de cuerpos extraños en los ojos.

Consejos para mantener nuestra salud ocular en verano

Con ello, aquí plasmamos los principales “#oftalmotips” para este verano:

  • Evita la exposición directa al sol: las horas centrales del día (de 11 a 17 horas) son las más peligrosas, ya que el sol irradia con mayor intensidad.
  • Utiliza gafas solares de calidad:  que sean envolventes, con un filtro adecuado homologado (con sello CE), con protección frente a los rayos UVA y UVB, y polarizadas para neutralizar los reflejos solares.
  • Si vas a bañarte ponte gafas de natación: para evitar el contacto con los productos de desinfección y los gérmenes de las piscinas, así como con la elevada concentración de sal del mar; además, las gafas de natación homologadas suelen tener filtro frente a la radiación ultravioleta.
  • Si llevas lentillas deja descansar tus ojos:  no te bañes con lentes de contacto puestas y si lo haces, no abras los ojos debajo del agua; las lentes de contacto pueden dar lugar a graves infecciones; si vas a estar muchas horas fuera de casa, no olvides las gafas para poder cambiártelas y así dejar a tus ojos descansar de las lentes de contacto.
  • Evita los ambientes secos, los aires acondicionados altos y los ventiladores directos: favorecen la evaporación de la película lagrimal, haciendo que el ojo pierda su lubricación y se reseque; en caso de sentir irritación o picazón no es recomendable rascarse o frotarse los ojos con asiduidad. Para aliviar los síntomas, realiza lavados con suero salino frío y utiliza lagrimas artificiales sin conservantes de manera frecuente.
  • Sigue una dieta equilibrada: la alimentación también juega un papel muy importante en nuestra salud ocular; algunas frutas y verduras, como por ejemplo la naranja, el albaricoque o el melocotón son ricos en vitamina A, que ayuda a proteger la superficie ocular; los frutos rojos y el pescado azul también son buenos aliados de nuestros ojos; añade también a tu alimentación aguacates, espinacas, lechuga, zanahorias y judías verdes; ayudan a prevenir el desarrollo de patologías relacionadas con la retina.
  • Practica ejercicio físico con protección ocular: si vas a realizar deportes de contacto o pelota, como el tenis o el pádel, utiliza gafas protectoras para evitar golpes; en el caso del ciclismo las gafas de sol también son importantes para protegerte de la radiación ultravioleta y evitar que entren en tus ojos cuerpos extraños como arena, polvo o los tan molestos mosquitos.
  • Revisa tus ojos periódicamente: más vale prevenir que curar; si presentas síntomas, no dudes en acudir a tu oftalmólogo.