Síntomas de un infarto: diferencias entre hombres y mujeres

Dra. Catheline LauwersJefa del Servicio de Cardiología de Quirónsalud Valencia

En 2021, la probabilidad de morir de causa cardiovascular fue un 8% mayor que en 2019 y un 13% mayor que en 2020. Sin embargo, muchas veces no se identifican adecuadamente sus síntomas, que, además, varían entre hombres y mujeres, por lo que, en muchas ocasiones, se llega tarde o se confunden con otras patologías.

Síntomas de un infarto: diferencias entre hombres y mujeres

Por eso, en caso de presentar síntomas sugestivos de infarto se debe contactar con los sistemas de emergencia llamando al 112, que activará el código infarto, esencial para un tratamiento rápido y óptimo, o bien acudir al hospital más cercano. Pero ¿cómo identificar las señales?

Los síntomas de infarto no son iguales en los dos sexos. Además, se cree que estos son más frecuentes en los hombres, pero cuando las mujeres llegan a la menopausia igualan el riesgo cardiovascular con los hombres y muchas acuden tarde al hospital porque desconocen cuáles son sus síntomas.

En la mayor parte de las ocasiones no se presentan todos los síntomas, sino una combinación variable de algunos de ellos. Habitualmente se produce dolor tipo peso en la zona del esternón, que no se modifica con los movimientos ni con la respiración, que es bastante intenso, y que en ocasiones se irradia hacia la mandíbula, el cuello y la espalda, o incluso hacia el brazo izquierdo, y en algunos casos, al brazo derecho. También se puede asociar a sudor frío y mareo, mientras que otras veces se manifiesta con dolor en la parte alta del abdomen, con dificultad para respirar, con ganas de vomitar, o con la pérdida de conocimiento. En las mujeres, los síntomas son diferentes y principalmente el infarto se manifiesta con disnea o con dificultad para respirar; lo que en ocasiones puede confundir y retrasar el diagnóstico.

Es vital detectarlos a tiempo porque, si el infarto agudo de miocardio es muy extenso, es posible sufrir de por vida insuficiencia cardiaca, a veces con congestión pulmonar. Por el contrario, si el infarto agudo de miocardio es de pequeña extensión se puede llevar una vida normal; eso sí, controlando los factores de riesgo para evitar un nuevo infarto.

También hay que tener en cuenta que en algunas personas pueden aparecer arritmias ventriculares o bloqueos del corazón, así como muerte súbita, pero pueden ser controlados con el uso de dispositivos especiales como un desfibrilador o un marcapasos. Suelen aparecer en el ingreso hospitalario y, una vez superados, el pronóstico ya no depende de haber presentado dichas complicaciones.

Cómo se produce un infarto

Pero ¿cómo se produce un infarto? El infarto es la necrosis -o muerte de las células- de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo debido a una obstrucción o estenosis (estrechez) de la arteria correspondiente. Comúnmente llamamos infarto al infarto agudo de miocardio (músculo cardiaco), pero le puede ocurrir a cualquier órgano. Primero, las arterias coronarias se estrechan; después el oxígeno no llega al miocardio; entonces, este, al no recibir oxígeno, no puede producir energía para moverse y, como consecuencia de este proceso, mueren las células del tejido que no reciben sangre (el tejido se necrosa).

Se trata de la segunda causa de muerte por enfermedad cardiovascular, solo por detrás del ictus, y la hipertensión, el colesterol alto, el tabaco, la obesidad, el sedentarismo o la edad avanzada son algunos de los factores de riesgo que pueden favorecer esa obstrucción de las arterias.

Según datos de la Sociedad Española de Cardiología, la cardiopatía isquémica aguda o infarto es cada vez más frecuente en jóvenes, con el colesterol elevado como causa principal en este grupo de edad. Pero el infarto de miocardio está gradualmente incrementándose en las mujeres jóvenes y mayores de 65 años. De hecho, el riesgo de muerte en la mujer es el doble que el de los hombres (9.3% frente a 18.7%) y en parte se debe a una menor utilización de la angioplastia primaria en la mujer.

El conocimiento de signos y síntomas de enfermedades cardiovasculares es dispar entre hombres y mujeres: sólo el 39% de las mujeres reconoce los síntomas del infarto, frente al 57% en hombres. Pero la insuficiencia cardiaca en el contexto del infarto de miocardio está vinculada al tiempo de demora hasta conseguir la reperfusión. Por lo tanto, el diagnóstico y tratamiento precoz es clave para evitar su aparición.