Celiaquía en niños: estos son los signos de alarma

Dr. Jesús GonzálezEspecialista en Digestivo de la Unidad de Pediatría de Quirónsalud Zaragoza

La celiaquía es una enfermedad multisistémica de base inmunológica que afecta al 1% de la población infantil y que, en los últimos años, su diagnóstico va en aumento. Se manifiesta como una respuesta autoinmune, en personas genéticamente susceptibles, a la presencia de gluten en la dieta.

Representa una de las patologías crónicas digestivas más frecuentes en Pediatría. No es hereditaria, pero sí puede existir una predisposición genética a padecerla; de ahí que suela ser más frecuente entre familias con algún caso diagnosticado.

La European Society of Pediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition (ESPGHAN) la define como “un trastorno sistémico de base inmunológica, causado por la ingesta de gluten y otras proteínas afines, que afecta a individuos genéticamente susceptibles y que se caracteriza por la presencia de síntomas de diferente índole, digestivos o extradigestivos, una lesión de la mucosa intestinal de grado variable y un aumento de anticuerpos específicos en sangre”.

Concretamente, el gluten es una proteína que se encuentra en cereales como el trigo, la cebada, el centeno, o algunas variedades de avena. En cambio, sí pueden tomar cereales como el arroz o el maíz, así como productos lácteos, carnes y pescados, huevos, verduras y frutas, legumbres, entre otros muchos. Hoy en día tenemos la suerte de que en los supermercados hay cada vez más productos que no lo contienen.

Eso sí, hay que tener cuidado porque la contaminación a la hora de cocinar de pequeñas cantidades de gluten puede hacer que se reactive la enfermedad que se tenía controlada gracias a una dieta estricta. De ahí que se tenga que tener mucho cuidado a la hora de las preparaciones alimentarias, empleando espacios separados para los platos de las personas con celiaquía.

PUEDE APARECER EN CUALQUIER MOMENTO DE LA VIDA

La celiaquía puede manifestarse en cualquier momento de la vida, incluso en edades muy tempranas; aunque cada vez es más frecuente diagnosticarla en niños que no presentan los síntomas clásicos de diarrea prolongada, hinchazón abdominal, y de pérdida de peso.

Los síntomas varían según la edad y en el caso de los niños serían los siguientes: distensión abdominal, hipotonía, ferropenia, pérdida de peso, talla baja, laxitud, diarrea prolongada, anorexia, tristeza, desnutrición, pérdida de apetito, llagas en la boca, dolores articulares, vómitos, dolor abdominal, irritabilidad, o apatía, entre otros.

DETECTAR A TIEMPO LA CELIAQUÍA

Asimismo, hoy en día, y a pesar de numerosos estudios, no se puede prevenir, pero sabemos que un diagnóstico precoz es clave a la hora de evitar la aparición de complicaciones asociadas, y de que el paciente goce de una mejor calidad de vida.

De hecho, hoy en día se ha observado un aumento de su prevalencia, fruto probablemente de un mayor conocimiento de esta enfermedad autoinmune, y al avance en el desarrollo de las pruebas.

Este se realiza a través de varios puntos: estudio genético, estudio serológico (análisis de sangre) donde verificar la detección de los anticuerpos propios de la celiaquía, cuál ha sido la respuesta del cuerpo ante la retirada del gluten de la dieta, o una biopsia intestinal en caso necesario.

EL TRATAMIENTO DE LA CELIAQUÍA

En concreto, el tratamiento de la enfermedad celíaca consiste en llevar una dieta sin gluten de forma estricta, así como mantener un apropiado seguimiento de la enfermedad. La dieta logra que los síntomas desaparezcan, mejora la calidad de vida del paciente, al tiempo que disminuye el riesgo de que puedan aparecer otros problemas autoinmunes en el paciente, como la tiroiditis, la diabetes, o incluso el cáncer.

Esta enfermedad no se cura, pero afortunadamente, disponemos de guías y protocolos nacionales e internacionales para abordar este tipo de patologías de forma adecuada y adaptada a la edad del paciente.

CUÁNDO ACUDIR AL ESPECIALISTA

Ante cualquier síntoma gastrointestinal que perdure en el tiempo o que aparezca de forma recurrente, o bien se agraven, es recomendable consultar al digestivo pediátrico. Por ejemplo, el dolor abdominal, la alteración del ritmo deposicional con estreñimiento o diarrea, los vómitos repetidos, y la pérdida de peso son signos frecuentes en la edad pediátrica.

Aunque a menudo se deben a causas banales y autolimitadas, estos requieren de un adecuado diagnóstico y tratamiento, puesto que conllevan una importante limitación en la calidad de vida del paciente y sus familias.

Por ello, en estas situaciones, consideramos fundamental una relación cercana entre el niño, los padres y el médico, así como la colaboración directa entre pediatras y especialistas para poder tener una visión global y agilizar procesos. En el caso de la celiaquía los especialistas en digestivo de la Unidad de Pediatría de Quirónsalud Zaragoza ofrecemos una valoración nutricional con el asesoramiento apropiado en cada caso.