Consejos para no descuidar los pies de los más pequeños de la casa

Aunque ‘a priori’ pueda parecernos increíble, llevar peso de más en la espalda repercute en nuestros pies, ya que recae la totalidad de nuestro peso sobre ellos. Además, un aumento de la carga incrementa el estrés en la estructura del pie, y esto puede llegar a provocar diversos problemas en nuestra pisada en el largo plazo.

Esto se convierte en un importante problema para cualquier persona, pero es mayor si estamos hablando de niños, con cuerpos totalmente en desarrollo y en quienes el uso inadecuado de mochilas pesadas puede no solo influir en su espalda, sino también llegar a modificar sus pies.

Ahora, tras el final del verano y la consecuente llegada del otoño los más pequeños de la casa protagonizan la vuelta al cole. Se recuperan rutinas, actividades extraescolares y, cómo no, deben llevar mochila, en algunos casos demasiado pesada para su edad y estructura corporal.

Así, somos muchos los especialistas que hacemos hincapié en que uno de los aspectos más significativos de esta etapa es la maleta del colegio o, lo que es lo mismo, el empleo de las mochilas, por las notables consecuencias que tiene el peso que recae en la espalda de los pequeños.

De hecho, pueden existir multitud de patologías derivadas del peso en la espalda, como tendinitis, tendinosis o roturas fibrilares, además de sobrecarga en diferentes zonas de apoyo, que pueden derivar en problemas dérmicos como callos o durezas.

También es importante señalar los problemas que puede provocar el peso en la espalda en partes como las rodillas, la zona lumbar, la cadera e incluso en las cervicales por consecuencia de malos hábitos en este sentido, más teniendo en cuenta que los niños están en pleno desarrollo.

La importancia del estudio biomecánico

El comienzo del colegio implica también el inicio de las actividades extraescolares, por lo que, de cara a posibles lesiones o a la prevención de las mismas, puede ser necesario en muchos casos un estudio biomecánico para valorar todas las posibles patologías que pueda tener el paciente.

Estos estudios, realizados fundamentalmente por podólogos, exploran la pisada y la marcha de los pacientes, cómo ‘actúan’ los pies durante el movimiento de la persona, analizando estas articulaciones en diferentes posiciones, y cómo estos se comportan en relación a otras estructuras corporales.

En función del estudio se puede hacer una plantilla a medida para evitar lesiones futuras, o bien solucionar cualquier problema que se tenga en la actualidad para evitar problemas en el desarrollo de los más pequeños de la casa.

Cómo se debe llevar la mochila

Otro de los principales consejos que se pueden aportar en este sentido y a la hora de proteger no solo la espalda de los más pequeños, sino también el desarrollo de sus pies, se basa en la necesidad de ajustar la maleta en las asas, con el objetivo de que el niño lleve la maleta escolar pegada al cuerpo y no la lleve colgando. Esta debe llevar el peso en el centro de la espalda, a nivel de la cintura.

Igualmente, es muy importante llevar el peso por igual en ambos lados, es decir, no llevar la mochila solo colgada de un hombro, para evitar posibles desviaciones de columna. Se recomienda que el peso no supere el 15% del peso del menor, de forma que, por ejemplo, para los niños de 30 kilos no debería superar los 4,5 kilos, y se deben colocar las cosas más pesadas primero.

A la hora de elegir una mochila lo idóneo es que esta se adecúe al tamaño del cuerpo de los niños, que tenga dos cintas anchas para los hombros y que tanto estas como la espalda estén acolchadas.

Sobre la moda de las mochilas con ruedas, hay que tener en cuenta que estas, a la larga, pueden resultar incómodas en el día a día, especialmente si se transita por terrenos irregulares o si hay escaleras.

La elección de los zapatos escolares

Otra decisión muy importante de esta época escolar es la elección de los zapatos de los niños. De cara a evitar posibles lesiones, es muy importante elegir un calzado que tenga un contrafuerte no muy rígido, porque no se trata de un problema de sobrecargas por sobrepeso, sino que el zapato sea lo más estable y flexible posible para no alterar ninguna zona concreta del pie.

Asimismo, a la hora de comprar el calzado, hay que tener en cuenta no fiarnos siempre del dedo pulgar del pie, como se suele hacer para comprobar si la talla es correcta o no, ya que hay niños que por su propia forma del pie tienen el segundo dedo más largo que el pulgar y una talla errónea puede desembocar en problemas en los pies.