¡Cuidado cómo pisas!

Dr. José Víctor AlfaroDirector de la Unidad de Podología y Biomecánica de la Marcha de Olympia - Grupo Quirónsalud

Hay una expresión que se dice a los niños con frecuencia cuando caminan o corretean sin mirar al suelo: ¡Niño, cuidado dónde pisas! Pues bien, a todos conviene que se nos diga de vez en cuando: ¡Cuidado cómo pisas!, porque una mala forma de pisar puede originar lesiones en estructuras articulares como las rodillas o la cadera.

¡Cuidado cómo pisas!

Los pies son nuestro único punto de apoyo sobre el suelo. El modo en que realicemos esa acción, tan aparentemente menor, tiene un efecto directo sobre otras estructuras musculares y articulares de nuestro cuerpo.

Una mala forma de pisar puede generar molestias y lesiones en el propio pie, como las metatarsalgias o las fascitis plantares, pero también puede ser la causa de lesiones en otras estructuras articulares como las rodillas o la cadera. También hay una relación directa entre la forma de apoyar el pie contra el suelo y los músculos de la pierna, como son el tendón de Aquiles, los gemelos, el sóleo o los isquiotibiales.

En la planta del pie hay una banda elástica, la fascia plantar, que va desde el hueso del talón (el calcáneo) hasta las cabezas metatarsales (la zona anterior de los dedos). Esa estructura se tensa en cada paso que damos y funciona como un acumulador de energía que ayuda a impulsarnos en cada paso. Cuando la forma de pisar o la forma de nuestro pie no es correcta, se puede generar un aumento de tensión en esa estructura que da lugar a una de las patologías más frecuentes que vemos en la consulta, la fascitis plantar, que suele acompañarse con dolores en el talón.

Pronación y supinación

No hay que olvidar que nuestros pies soportan entre dos y cuatro veces nuestro peso en cada paso que damos. En el caso de los deportistas esta circunstancia se potencia exponencialmente y, por tanto, el cuidado de la pisada debe extremarse.

En los argumentos comerciales para la venta de zapatillas se distingue con frecuencia entre la pisada neutra, la pisada pronadora -que tiende a desplazar la carga hacia el interior- y la pisada supinadora, que desplaza al exterior la carga del pie. Pero en realidad, sobre todo en el caso de los corredores, la mayor parte de las pisadas supinan en el primer momento de paso y pronan a continuación. Es decir, son dos movimientos normales si se producen en el momento que se tienen que producir.

Ahora bien, cuando la supinación o la pronación es excesiva tenemos que tomar medidas y es cuando en muchas ocasiones hay que regular la pisada mediante una plantilla personalizada, dándole a cada plantilla el grado justo de elasticidad que requiere cada paciente con el objetivo de mejorar su rendimiento deportivo y prevenir lesiones.

Para cuidar la pisada de cualquier persona o deportista, amateur o profesional, lo más importante es realizar un correcto análisis biomecánico de la pisada, tanto caminando como en carrera en el caso de los deportistas, que nos permita conocer y prevenir posibles patologías y lesiones del pie.