Por qué no debes dejar pasar el dolor en tu boca al bostezar o al masticar

Dr. Javier BaraJefe de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Instituto Bara-Gaseni y director de la unidad de ATM del Hospital Universitari Sagrat Cor

A lo largo del día utilizamos constantemente nuestra articulación temporomandibular (ATM). Esta se sitúa a ambos lados de la mandíbula. Es la que nos hace posible abrir y cerrar la boca, al actuar como una bisagra que conecta la mandíbula al cráneo. De hecho, esta articulación es una de las más utilizadas, ya que se usa al masticar, hablar, tragar, reír o bostezar, entre otras muchas acciones.

Por qué no debes dejar pasar el dolor en tu boca al bostezar o al masticar

Por eso, si empieza a dolernos debemos estar alerta y no dejar pasar el tiempo, porque ese dolor puede cronificarse y ser más difícil su desaparición, pudiendo llegar a mermar seriamente la calidad de vida del paciente.

Así, los trastornos de la articulación temporomandibular pueden provocar dolor o malestar temporal en la articulación mandibular, así como en los músculos que controlan el movimiento mandibular. De ahí, de nuevo, la importancia de no dejarlos pasar. Es una articulación que trabaja duro en el día a día.

Concretamente, hay una articulación temporomandibular en cada lado de la mandíbula. Ambas actúan de forma sincronizada permitiendo movimientos de descenso y de elevación, así como desplazamientos anteriores, posteriores y laterales de la mandíbula.

Síntomas sobre los que estar atentos

Los síntomas de trastorno en la ATM son: dolor o sensibilidad en la mandíbula, dolor en una o en las dos ATM, dolor dentro y alrededor del oído, dolor o dificultad al masticar, dolor facial y bloqueo de la articulación, dificultando abrir o cerrar la boca.

Pero, aparte, los trastornos de la ATM también pueden provocar un chasquido o una sensación chirriante al abrir la boca, o también al masticar. A veces estos síntomas pueden iniciarse tras una lesión, si bien en otras ocasiones pueden aparecer sin razón aparente.

Evitar que se cronifique el dolor

Con frecuencia resulta difícil determinar la causa exacta del trastorno, ya que se puede deber a una combinación de factores como artritis, lesión mandibular o causas genéticas. Algunas personas que padecen trastornos de ATM tienen tendencia a apretar o rechinar los dientes, lo que se conoce como bruxismo, aunque no todas las personas con este problema pueden presentar un trastorno de estas características.

Con ello, es importante evitar la cronificación del dolor. Este no debe superar los 6 meses de evolución y se debe tratar la fase aguda del dolor, independientemente de la causa que lo provoque.

A la hora de diagnosticar un trastorno en la ATM, el especialista en Maxilofacial o el dentista previsiblemente escucharán tu articulación al abrirla o cerrarla, podrán presionar varias zonas de la misma, podrán realizar radiografías dentales, así como TAC para facilitar imágenes más detalladas de la zona, o incluso otras pruebas de imagen si fuera necesario.

Aliviar el dolor, el primer paso

Así, el dolor o malestar en la mayor parte de los casos logra aliviarse con atención autocontrolada o a través de tratamientos no quirúrgicos. En algunas ocasiones los síntomas desaparecen sin tratamiento, si bien si los síntomas persisten se recomienda siempre consultar con un especialista.

Entre los medicamentos que suelen aconsejarse en este tipo de situaciones se encontrarían los antiinflamatorios y analgésicos, así como los relajantes musculares o incluso, en algunas ocasiones, los antidepresivos tricíclicos que en dosis bajas pueden aliviar el dolor provocado por el bruxismo o el insomnio.

A veces las férulas orales o los protectores bucales son de gran ayuda en este tipo de situaciones, así como la fisioterapia, con la que fortalecer o estirar los músculos de la mandíbula, y en otras personas puede ser idóneo el asesoramiento o la terapia psicológica.

La cirugía, el último recurso

La cirugía es el último recurso, en caso de que las medidas conservadoras no funcionen. De los tratamientos quirúrgicos mínimamente invasivos destacan las infiltraciones de ácido hialurónico (viscocirugía), la terapia regenerativa mediante la aplicación de plasma rico en plaquetas o de células madre, tratamientos con toxina botulínica o la artroscopia.

Otros consejos para el día a día

También ante el dolor en la articulación temporomandibular puede ser de gran ayuda ser conscientes de aquellos hábitos del día a día que nos provocan tensión y que pueden favorecer el daño o tensión en la ATM. Por ejemplo, se debe huir de apretar la mandíbula, de rechinar los dientes o, incluso, de masticar lápices.

Puede ser útil en otros casos la aplicación de calor o de frío en el costado de la cara donde se presente el dolor, así como los masajes o estiramientos en la zona, siempre aconsejados por un especialista en la materia, y evitar el uso excesivo de los músculos de la mandíbula a la hora de masticar, siendo lo idóneo por un tiempo cortar los alimentos en trozos, evitar comida dura o comer chicles.