Los tres años, edad ideal para iniciar a los niños en la actividad física

Dr. Abel Emir MurgioServicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella

El sedentarismo en la población infantil comienza a arrojar cifras preocupantes. Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud señala que alrededor del 80% de los menores -niños y niñas- no realiza la actividad física diaria apropiada para su edad.

Los tres años, edad ideal para iniciar a los niños en la actividad física

Sin embargo, la actividad física, que juega un papel fundamental para la salud en todas las edades de la vida, constituye, durante la niñez, un factor esencial para propiciar un desarrollo adecuado y saludable.

Un niño sedentario, por lo general, suele arrastrar problemas en sus relaciones sociales, tener una personalidad con baja autoestima y, en algunos casos, evidenciar alteraciones de desarrollo psicomotor.

Día a día

Los beneficios que el ejercicio supone en la etapa de desarrollo son incuestionables. La actividad física genera endorfinas, que son los neurotransmisores cerebrales llamados hormonas de la felicidad, pero, además, aumenta la capacidad de atención, la concentración y la memoria del niño.

El deporte también es importante para su desarrollo en sociedad, en la medida en que aprende a seguir reglas, interioriza la disciplina y le ofrece un contexto fantástico para que se relacione con otros niños y establezca amistades.

Pero el hábito deportivo hay que construirlo enseñándoselo al menor con la participación de toda la familia y buscando y creando oportunidades para que descubra y mantenga una actividad física regular.

Etapas de desarrollo y deporte

Desde el Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella estamos convencidos de que la edad de tres años es la ideal para iniciar a los pequeños en la realización de alguna actividad, si bien es aconsejable que antes, a los dos años, realicen ejercicios de psicomotricidad para estimular sus capacidades motrices: fuerza, flexibilidad, coordinación, equilibrio, agilidad, etc.

Un esquema razonable de las etapas del desarrollo del niño y su incorporación a la actividad física y al deporte es el siguiente:

A partir del primer año, o cuando el niño empiece a caminar sin la ayuda de sus padres, el bebé empezará a moverse de acuerdo con sus capacidades motoras, es decir, su fuerza, coordinación, resistencia y flexibilidad. Poco a poco, logrará más movimientos a través de los juegos. Esa es su primera y obligada actividad física.

A los 3 años el niño puede ser capaz de saltar, tirar y recoger, andar en triciclo y correr.

Entre los 4 a los 6 años el niño tendrá un desarrollo motor más avanzado y puede que consiga jugar al balón, saltar con solo un pie, montar en bicicleta, e incluso mover una pelota con los pies.

Desde los 6 años el niño y la niña ya está físicamente preparado para hacer ejercicio de forma rutinaria. Lo ideal es que practiquen algo de deporte en el colegio o en algún polideportivo, o con sus padres y amigos en parques o en el campo.

Desde los 7 años su capacidad de aprendizaje y entrenamiento es cada vez mayor. Normalmente, los niños de esta edad poseen ya un número notable de habilidades y velocidad.

Desde los 8 años, los niños ya pueden realizar mini-deportes que exijan saltos, carreras, etc.

Desde los 10 años podrán formar parte de equipos deportivos puesto que ya son capaces de asumir y seguir las normas, y, además, poseen más resistencia y dominio sobre su propio cuerpo.

Dr. Abel Emir Murgio
Dr. Abel Emir Murgio

Entre los 13 a 15 años los menores entran en la etapa de la pubertad. Gozan de un momento en el que consiguen una gran madurez motora con la que desarrollan mucha actividad física, pero es cuando se produce un mayor abandono de la actividad deportiva. En esta etapa empezarán a sentirse más fuertes, más valorados frente a los demás y tendrán más control de sus emociones y por eso es importante que mantengan la práctica del deporte. El ejemplo de los padres en esta etapa es especialmente importante.

En resumen, la actividad física es una pieza crucial en el desarrollo humano, y en el caso del menor la inacción y el sedentarismo pueden acarrear en la personalidad del menor patologías difíciles de revertir. Es importante que los padres tomen conciencia de esto.