Malas zambullidas

Francisco Rodríguez ArgaizJefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud Marbella

Malas zambullidasLas zambullidas sin tener experiencia, ni una técnica adecuada para saltar desde determinada altura en lugares donde se desconoce la profundidad es, desafortunadamente, relativamente frecuente. Solo hay que remitirse a los datos publicados por el Ministerio de Sanidad en el que destaca la cifra del centenar de españoles que acaban cada año en silla de ruedas debido a una mala zambullida. Son la cara visible más negra de una estadística que sitúa en 1.000 casos al año las lesiones medulares producidas por saltos en superficie acuática.

La imprudencia es el factor determinante en estos accidentes debido a que se producen a causa de saltos al mar, ríos o pozas sin que se haya verificado previamente la profundidad existente. Existe una sensación generalizada de falsa seguridad en el agua, se considera un medio seguro en el que cualquier caída o impacto no implica riesgos debido a su textura líquida. Sin embargo, es muy importante que se tome conciencia de que es un pensamiento erróneo ya que el impacto en el agua, a cierta velocidad, puede ser causante de lesiones porque tiende a comportarse como un medio sólido. En este apartado no me refiero solo a zambullidas en piscinas, ríos o mar sino que también hay que tener especial precaución en el uso de embarcaciones de recreo como motos acuáticas y barcos. También se registra otro porcentaje importante de lesiones en esta época del año vinculadas a la pérdida de control de estas maquinarias y son situaciones que pueden derivar en un accidente con consecuencias muy graves.

La cautela es el mejor aliado para prevenir traumatismos craneoencefálicos y lesiones medulares en el agua. Es muy importante que los padres y tutores conciencien a los niños y adolescentes del peligro escondido tras un mal salto al agua. En la piscina el choque contra el suelo es un accidente que puede entrañar incluso tetraplejia, si la lesión se produce a nivel cervical. Esta recomendación ha de tenerse especialmente presente cuando el agua donde se quiere hacer la inmersión está turbia o hay poca visibilidad debido a que puede haber ocultas rocas, ramas u otros obstáculos.

Francisco Rodríguez Argaiz
Francisco Rodríguez Argaiz

Si se presencia una mala zambullida, hay que avisar de inmediato a los Servicios de Emergencia y socorrer a la persona afectada porque en muchos casos se pierde la conciencia y el riesgo de ahogamiento es elevado. Es importante sacarle con extremo cuidado del agua para mantener las vía respiratorias libres de líquido. A partir de ahí, hay que mantener la columna y las cervicales en una línea lo más recta posible para que no haya lesiones adicionales a la que se haya podido producir.

Un accidente en el agua con consecuencias fatales supone un cambio dramático en la vida de la persona afectada pero también es una circunstancia que deben afrontar las personas que componen el círculo íntimo del afectado. Las lesiones medulares representan una situación bastante trágica para el sujeto y para su entorno familiar y social puesto que producen al paciente gran incapacidad según el nivel de la columna que se haya visto afectado. En los casos más extremos pueden desembocar en una tetraplejia. Es decir, la parálisis conjunta de las cuatro extremidades del cuerpo.